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Herencias

Álvaro Gracia, abogado especialista, advierte sobre los errores más comunes al aceptar una herencia: "Hay cosas que siempre se deben verificar"

Un repaso por los errores más comunes en los procesos de sucesión, cómo evitarlos y qué cláusulas puede incluir quien deja patrimonio para minimizar conflictos y costes para sus herederos

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Álvaro Gracia García, abogado especialista en herencias y sucesiones.

Álvaro Gracia García, abogado especialista en herencias y sucesiones. / CEDIDA

Marcos Rodríguez

Marcos Rodríguez

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La percepción de que repartir una herencia entre hijos en partes iguales es lo habitual no siempre se corresponde con la realidad jurídica. Según el abogado especialista en sucesiones Álvaro Gracia García, "al aceptar la herencia se aceptan también todas sus deudas", lo que abre la puerta a consecuencias financieras imprevistas para los herederos.

Los errores más frecuentes

Gracia apunta que uno de los fallos más comunes es no verificar el patrimonio y las deudas del causante antes de aceptar. El plazo para presentar el impuesto sobre Sucesiones y Donaciones en España es de seis meses desde el fallecimiento (con posibilidad de prórroga si se solicita en los primeros cinco meses).

También destaca que, en comunidades autónomas con bonificaciones importantes (como Comunidad de Madrid o Andalucía), es estratégico valorar los inmuebles lo más alto posible en la escritura de adjudicación, ya que puede reducir el impuesto y aminorar una futura ganancia patrimonial en caso de venta.

¿Cuándo conviene aceptar a beneficio de inventario?

Cuando existe la sospecha de que el fallecido dejaba pasivos ocultos o negocios poco claros, Gracia recomienda la aceptación de la herencia a beneficio de inventario. Esta modalidad permite que el heredero responda por las deudas solo hasta donde alcancen los bienes heredados, sin comprometer su patrimonio personal.

Las renuncias a herencias baten su récord para evitar asumir las deudas asociadas

Imagen de archivo de una persona recibiendo una herencia. / ARCHIVO

El procedimiento exige cumplir plazos: si el heredero ya tiene bienes del causante, tiene 30 días desde que conoce su condición para manifestar su intención.

Ignorar este mecanismo puede poner al heredero en situación de responsabilidad total de las deudas del difunto.

Las donaciones y el reparto de la legítima

Otro aspecto relevante es la colación: las donaciones realizadas en vida a hijos pueden tener que "traerse a colación" y sumarse al caudal hereditario al hacer la partición, a fin de asegurar la legítima de los demás herederos. Gracia subraya que ese efecto puede evitarse si el donante expresa que la donación "no será colacionable", aunque siempre sin perjuicio de la legítima legal.

Ignorar este paso genera desequilibrios entre coherederos y potenciales reclamaciones.

Cláusulas que facilitan la sucesión

Para quien deja patrimonio, Gracia aconseja reflejar en el testamento cláusulas que reduzcan la incertidumbre para los herederos: nombrar un albacea que tenga facultades de cobro, pago o venta; prever un seguro de vida o cantidad disponible para el pago de impuestos; designar un contador-partidor para realizar la partición y administración de bienes; establecer quién se encargará de la conservación cuando haya menores o personas con discapacidad.

El objetivo es convertir una futura herencia en un trámite más ordenado, con menos costes y menos riesgos de conflicto.

Y si hay desacuerdo entre herederos...

Cuando surge disputa —por valoración del bien, interpretación del testamento o reparto— Gracia explica que lo ideal es evitar el litigio mediante la designación de un contador-partidor por los propios herederos. Si no es posible, el juez puede nombrarlo. La vía judicial debe reservarse a los casos complejos o donde la mediación resulta inviable.

El coste temporal, personal y económico de los pleitos suele penalizar a todos los implicados.

Laura Lobo, abogada especialista en herencias, recuerda que no es obligatorio repartir la herencia a partes iguales entre los hijos.

Foto de dos personas preparando su testamento. / CANVA - ARCHIVO

En definitiva, la gestión de una sucesión en España exige más que una división equitativa de bienes. La fiscalidad, las deudas ocultas, la correcta valoración de los activos y la prevención de conflictos son ingredientes esenciales.

Con esta guía, tanto herederos como testadores pueden moverse con mayor seguridad en un terreno que tradicionalmente genera tensiones y sorpresas no deseadas.