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Empresas

La inyección pública de 6.580 millones de euros a Indra levanta ampollas entre las compañías de defensa

General Dynamics-Santa Bárbara y Aicox defienden su labor durante años en el ámbito militar y tienden la mano a la compañía que lidera Ángel Escribano para que les tenga en cuenta en la cadena de suministro

El presidente de Indra, Ángel Escribano Ruiz, durante  el foro  'A los 40 años de la adhesión: cómo España quiere que Europa sea' organizado por la Fundación Carlos Amberes, en la IE University, a 15 de octubre de 2025, en Madrid (España).

El presidente de Indra, Ángel Escribano Ruiz, durante el foro 'A los 40 años de la adhesión: cómo España quiere que Europa sea' organizado por la Fundación Carlos Amberes, en la IE University, a 15 de octubre de 2025, en Madrid (España). / Diego Radamés - Europa Press

Pablo Gallén

Pablo Gallén

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Indra fue el gran ganador, por goleada, del último Consejo de Ministros. La compañía tecnológica fue el receptor de 6.580 millones a través de créditos al 0% de los Programas Especiales de Modernización (PEM) del Ejército, que tienen como objetivo que España cumpla con el 2% del PIB en gasto militar este mismo año. En concreto, recibió 2.178 millones en préstamos directos y 4.404 millones a través de programas compartidos con otras empresas como Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), Telefónica y sus participadas Tess Defence y Epicom. El 95% del importe de los PEM, por tanto, fue adjudicado a la compañía participada por el Estado, lo que ha generado malestar entre sus competidores.

General Dynamics-Santa Bárbara ha sido la compañía más beligerante. La empresa lanzó un comunicado donde defiende su españolidad, pese a ser filial de una multinacional estadounidense, y aseguraba que es la única compañía con fábricas en el país que tiene capacidad demostrada para asumir mayor carga de trabajo de la que le ha asignado el Gobierno. La empresa que lidera Alejandro Page ha sido seleccionada para modernizar el tanque de infantería Pizarro por 176 millones, con lo que contratará hasta 200 personas, y a pesar de su decepción con los PEM ha tendido la mano a Indra para colaborar en los nuevos programas de modernización de la artillería española.

"Santa Bárbara considera que es la única empresa española que dispone de las tecnologías, capacidades inmediatas actuales, personal e instalaciones para el desarrollo de este tipo de vehículos, por lo que, además de su participación en el desarrollo y fabricación del VAC (vehículos de apoyo a cadenas), pondrá al servicio de Indra un marco de colaboración para el desarrollo y fabricación de los programas del obús autopropulsado a cadenas (ATP) y los lanzapuentes, asignados sin concurso por concesión directa", reza el comunicado. La multinacional añade que sus lanzapuentes Anacona y el obús autopropulsado Némesis "están basados en tecnologías maduras, de propiedad intelectual española y europea y con capacidad de fabricación en España" y por ello considera "no se deba recurrir a otras alternativas fuera del marco de la UE y la OTAN". Esto último, se desliza porque Indra ha firmado un acuerdo con la compañía surcoreana Hanwha Defense que tiene entre su catálogo el obús autopropulsado K9 Thunder y podría ser una alternativa al modelo de Santa Bárbara. Corea del Sur es un socio global de la OTAN, pero no es miembro.

Pese al silencio del resto de compañías del sector, el malestar es grande, porque además del poder que se lo otorga a Indra en estos contratos, "las decisiones en Defensa son lentas y con pruebas excesivas, que condenan a muchas empresas", valora un directivo de una compañía. Se espera que Indra sirva de empresa tractora de sus proveedores con grandes contratos, como ha prometido tras ser la gran beneficiada por parte del Ejecutivo. Sin embargo, la realidad es que el consejero delegado de la tecnológica, José Vicente de los Mozos, se felicitó por haber reducido su cadena de suministro en la última conferencia con analistas tras la presentación de resultados. La empresa que dirige Ángel Escribano también ha prometido la creación de hasta 3.000 empleos en España gracias a las inversiones de estos 6.580 millones.

El Gobierno, por su parte, se acoge al artículo 346 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (UE) para adjudicar a Indra la mayor parte de estos contratos del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa por el que puede otorgar sin concurso lo que considere. La tecnológica garantiza retorno industrial en España, está participada al 28% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y además le sirve para ganar tamaño de cara a los grandes programas europeos que licite la Comisión Europea. Indra, pese a su crecimiento en el último año, aún sigue siendo la empresa de defensa más pequeña entre sus competidores directos del Viejo Continente, como Leonardo, Rheinmetall, Thales, Safran o la británica BAE Systems. Y el sector, a su vez, no puede levantar mucho la voz porque el principal comprador de este mercado son los gobiernos.

"El sector de la defensa en España son 20 compañías, de las cuales grandes por facturación solo tenemos a Indra, Navantia y Airbus. El 70% de los contratos dependen del Ministerio de Defensa y el otro 30% de la exportación, por lo que el Estado tiene mucho que decir en la reordenación de estas empresas. El plan de Indra parece que pasa por ganar cuota en espacio y tierra, donde Alemania es el campeón europeo. En el aire hay poco que hacer contra Francia y sus empresas Dassault, Thales y Safran", radiografía un directivo de una compañía del sector.

Indra por delante de Telefónica

Entre los detalles que destacan de la concesión de estos créditos, sin duda, el más llamativo es que Indra será finalmente la encargada de desarrollar las radios tácticas digitales del Ejército con un presupuesto de 768 millones, gracias a su acuerdo con la finlandesa Bittium. Este contrato fue otorgado previamente a Telefónica y la empresa madrileña Aicox, que contaban con la patente de la compañía israelí Elbit Systems. El embargo de armas a Israel finalmente ha hecho decantar la balanza en favor de Indra.

El consejero delegado de Aicox Soluciones, Carlos Laborda, apuntó en un evento público la semana pasada que Indra debería incluir a las "empresas que por meritocracia" se merecen formar parte de los contratos que se establecerán para desarrollar el programa militar de radios tácticas. "Debe buscar a las empresas que por meritocracia se merecen estar ahí y que han estado trabajando durante años. Deben ver la capacitación real y deben ver que de verdad se pueda dar una solución en un corto plazo (…) Aicox se pone a disposición de todos las empresas tractoras (Indra, en este caso), de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestro país. Creo que todos tenemos una gran responsabilidad que debemos aceptar", subrayó.

Además de Indra, sus participadas y Santa Bárbara, estos créditos también van a llegar a Navantia, Airbus y la gallega Urovesa. La compañía que encabeza Justo Sierra desarrollará el vehículo de exploración y reconocimiento, con una partida de 132 millones, diseñado para operaciones de vigilancia y exploración en condiciones seguras.

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