Cosmética natural
La empresa austríaca de cosmética Ringana abre un almacén logístico de 5.000 metros cuadrados en Parets del Vallès
La marca ha invertido 3 millones de euros en la instalación, que prevé llegar a tener 200 trabajadores y que está pensada para crecer en España, Portugal y Francia
Los ingresos del sector de la cosmética crecen en tres años lo mismo que en los anteriores diez

Andreas Wilfinger, cofundador y consejero delegado de Ringana, empresa austríaca de cosmética. / Victòria Rovira / EPC / Victòria Rovira

Esta historia empieza el día que su hijo llega del colegio con una pasta de dientes que le habían proporcionado en un taller para aprender a cepillarse los dientes. No entendió, Andreas Wilfinger, que el Gobierno austríaco (de donde es este emprendedor) se empeñara en obligar a las empresas a etiquetar sus productos cosméticos o de higiene indicando todos y cada uno de los componentes, pero que no importara a nadie que aquella pasta de dientes llevara dos o tres ingredientes con posibles efectos adversos para la salud.
Aquel fogonazo terminó en carta indignada a Greenpeace sin respuesta, pero también provocó que este emprendedor se interesara por el universo de la cosmética, empezara a investigar para desarrollar una línea con cuantos menos tóxicos mejor y montara Ringana, una compañía austríaca que hoy factura en torno a 300 millones de euros, emplea a 800 personas y que ha hecho de España su segundo mercado más importante, con unos ingresos de unos 70 millones de euros aproximadamente.
La empresa acaba de poner en marcha, de hecho, una nueve sede logística en Parets del Vallès (Barcelona). Hasta ahora operaba con unas oficinas en Barcelona (que mantienen) y un pequeño almacén en Girona, pero ha decidido dar el salto a un enclave logístico de 5.000 metros cuadrados en esta localidad perteneciente a la provincia de Barcelona.
Han invertido 3 millones de euros en la instalación y esperan llegar a producir en torno a 7.000 pedidos al día. La planta empieza a funcionar con 40 trabajadores, pero la ambición es llegar a disponer de 200 operarios.
El modelo de Ringana
Ringana produce y envasa en Austria, y de allí distribuye a los países donde tiene un mínimo de red comercial: Alemania (su principal mercado), España, la propia Austria, Italia, México, Colombia, Turquía (donde acaban de empezar)… La particularidad es que no vende sus productos en ninguna tienda, solo a través de su página web.

Andreas Wilfinger, cofundador y consejero delegado de Ringana, empresa austríaca de cosmética. / Victòria Rovira / EPC
Según explica Wilfinger como cofundador y consejero delegado de la firma, esta empresa cuenta, además, con una red de embajadoras de distinto tamaño en función del mercado (en España es de las grandes), mayoritariamente ‘influencers’, cuya misión es proporcionarles clientes. No hacen venta directa, insiste el ejecutivo, solo promoción. La aclaración viene a cuento de que el fenómeno ha crecido tanto en España que también a Ringana se la ha acusado de prácticas polémicas como tener que pagar para convertirse en vendedora, recibir el dinero prometido solo si se vende cierta cantidad…. Wilfinger las niega.
“[Estos embajadores] solo generan los ‘leads’ [la captación de clientes], nosotros no los obtenemos de Meta (Facebook o Instagram) o Alphabet como otros comercios electrónicos que pagan por ‘click’, nosotros obtenemos nuestros ‘leads’ de nuestros agentes de ventas”, explica. “Nuestros agentes no compran y venden, no tienen que invertir ni un euro en ser socio”, asegura el mismo.
Rumbo a los 1.000 M€
¿Por qué, entonces, solo la venta ‘online’? “No podemos dejar nuestro producto en la tienda por el tiempo de estantería que es necesario allí”, se explaya el directivo. La compañía ha hecho de la “frescura” de sus ingredientes su principal reclamo, y esta frescura tan “ventajosa” por sus propiedades, tiene el inconveniente de que gozar de una vida más corta. “Hoy en día hay mucha competencia, se ve sobre todo en redes sociales, pero seguimos siendo diferentes: nadie hace lo que hacemos de la forma como lo hacemos”, subraya Wilfinger.
Sirvan de muestra sus números: calculan que terminarán el año con esos 300 millones de euros de facturación, un 27% más que el año pasado, y prevén llegar a 2030 superando los 1.000 millones. “Vamos a crecer todavía más rápido, porque pretendemos crecer en Estados Unidos el año que viene”, ejemplifica el cofundador de Ringana.
Es en esta ambición de crecimiento que será clave la sede logística de Parets. No tienen planes para abrir ninguna otra de momento en Europa, con lo que se convertirá en uno de los puntos de referencia para alimentar su crecimiento en los mercados donde ya operan actualmente (foco claro en España) pero también su llegada a Portugal y Francia, mercados donde todavía son bastante desconocidos. Sus planes también contemplan la llegada al Norte y Este de Europa, y a Estados Unidos.
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