Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Banca

BBVA-Sabadell: la opa fallida no altera el mapa bancario pero abre la puerta a nuevas fusiones en España y Europa

La entidad que dirige Carlos Torres debe reorientar su estrategia, aunque el mercado ve positivo su plan estratégico, mientras que el banco catalán debe superar el reto de haberse desprendido de su filial británica TSB

Archivo - La OPA de BBVA sobre Sabadell llega a su recta final

Archivo - La OPA de BBVA sobre Sabadell llega a su recta final / EUROPA PRESS - Archivo

Pablo Gallén

Pablo Gallén

Madrid
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El tablero financiero español no cambia tras el fracaso de la opa hostil lanzada por BBVA al Banco Sabadell. La aceptación de la oferta tan solo por el 25,33% del capital social de la entidad catalana deja todo como estaba hace 17 meses, con tres grandes bancos como Banco Santander, BBVA y Caixabank, que concentran el 65% de la cuota de mercado, y siete medianos que encabeza Banco Sabadell por delante de los activos que gestionan entidades como Bankinter y Unicaja. El gran beneficiado de esta larga batalla entre el segundo y cuarto banco del mercado nacional, curiosamente, ha sido el primero, Banco Santander, al reforzarse con la compra de la filial del Sabadell en Reino Unido, TSB. Con 1,8 billones es el cuarto banco europeo y gestiona el doble que el BBVA, con 776.974 millones. Sabadell tendrá que mirar hacia Unicaja, Abanca, Ibercaja o Kutxabank para crecer o incluso fuera de España con una fusión transfronteriza. ¿Posible opa a la vista?

Todos coinciden. La frustrada opa que concluyó este jueves no pondrá fin al proceso de concentración, sino que abrirá una nueva etapa. Su relevancia no reside únicamente en el tamaño de los protagonistas, sino en el cambio de lógica respecto a fases anteriores: ya no se trata de salvar entidades en crisis o anticiparse a un escenario de ingresos deprimidos, sino de aprovechar un ciclo de beneficios históricos y exceso de capital. La banca europea debe ganar tamaño en un contexto global dominado por los gigantes estadounidenses y chinos y ante la cada vez mayor competencia de actores 100% digitales como Revolut, N26 o Trade Republic.

Un sector en máximos de rentabilidad

Desde la quiebra de Lehman Brothers en 2008, que precipitó la crisis financiera internacional y el estallido de la burbuja inmobiliaria en España, el sistema bancario español ha atravesado distintas fases de consolidación. La primera, entre 2009 y 2017, estuvo marcada por los rescates y absorciones de entidades en dificultades —como Banco Popular, Caja Castilla-La Mancha, CAM o Bancaja—, con un elevado coste para las arcas públicas. Posteriormente, entre 2020 y 2021, se produjo una segunda etapa en la que bancos sólidos (unos más que otros) optaron por fusionarse, como en los casos de CaixaBank-Bankia o Unicaja-Liberbank, para hacer frente a un contexto adverso de tipos de interés bajos e incertidumbre política. Desde 2024, ha comenzado una nueva ola de operaciones motivadas por los buenos resultados del sector, con la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell como primera gran muestra de esta fase de concentración.

Eso sí. La banca española vive un momento de fortaleza: el pasado año las entidades registraron un beneficio récord de 33.246 millones en el mercado nacional, un 36% más que en 2023 y por encima incluso del máximo alcanzado en 2007, en plena burbuja inmobiliaria. A nivel global, las ganancias superaron los 37.600 millones, con una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 14,1%.

Esa mejora ha permitido acumular capital, reforzar la solvencia y devolver atractivo a las cotizaciones en bolsa, muy castigadas durante la década anterior. Dividendos y programas de recompra de acciones han sido la vía utilizada para retribuir al accionista y sostener la valoración bursátil. Las perspectivas, además, acompañan al sector por el ciclo de crecimiento que vive la economía española y un escenario de tipos de interés estable en el que la inflación no desaparece del todo.

Las fundaciones aún tienen mucho poder

La concentración bancaria ha alcanzado niveles no vistos en España. Según el Banco Central Europeo (BCE), el índice Herfindahl se situó en 1.296 en 2024 (zona amarilla), lejos del monopolio pero muy por encima de los niveles de los años previos a la crisis. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) calcula que de haber salido adelante la potencial fusión entre BBVA y Sabadell se hubiera elevado hasta 1.408 en el conjunto del país, con picos preocupantes en Catalunya y en segmentos como el crédito a pymes.

Tras su desinversión en Reino Unido, el Sabadell podría verse abocado a explorar alianzas alternativas con el objetivo de ganar tamaño y rentabilidad, con nombres como Abanca, liderado por el hispanovenezolano Juan Carlos Escotet, que dice no plantearse entrar en este tipo de operaciones, o Unicaja en el horizonte. En el banco andaluz, el peso de las fundaciones -Unicaja y Caja de Ahorros de Asturias- es del 36% frente al poder omnímodo que ejercen otras fundaciones como la de Ibercaja o las de Kutxabank -la Fundación Bancaria BBK cuenta con el 57% de las acciones, la Fundación Bancaria Kutxa el 32% y la Fundación Bancaria Vital el 11%-. BBVA, por su parte, también debe reorientar su estrategia tras el fracaso de la operación y mirar más allá de España con el objetivo de ampliar su diversificación, además de México y Turquía.

Desde hace años supervisores como el BCE empujan para que haya fusiones trasnacionales, aunque los ejecutivos no lo acaban de ver claro porque ni la cultura empresarial ni las sinergias apoyan esta estrategia. Además, los gobiernos tampoco apoyan (cuando no dificultan) esta tesis al considerar a la banca un sector estratégico que aporta autonomía a las economías nacionales y un apoyo imprescindible a las familias y las pymes. El ejemplo más palpable es la oposición del Ejecutivo alemán a la intención del italiano Unicredit para alcanzar un 29% del accionariado del Commerzbank, tras adquirir en verano un 26%.

Suscríbete para seguir leyendo