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Opinión | Opinión

Empieza la post OPA

Carlos Torres ha vuelto a fracasar en el intento de BBVA para comprar el Sabadell por segunda vez, lo intentó en 2020 y ahora a través de una opa hostil

Carlos Torres, presidente del BBVA

Carlos Torres, presidente del BBVA / Zowy Voeten

A la segunda tampoco ha sido posible. Tras intentarlo en noviembre de 2020, Carlos Torres ha vuelto a fracasar en el intento de BBVA para comprar el Sabadell, esta vez tras haber lanzado una opa hostil. El 5 de septiembre, tras la presentación del folleto de la opa, Torres señaló que si la opa fracasaba, “no pasa nada”, y que el banco tenía la capacidad de seguir su camino en solitario. Reivindicó esas palabras, premonitorias, este miércoles, destacando la capacidad financiera del banco para seguir otro curso. Torres, que en estas últimas semanas intensificó sus declaraciones públicas y privadas, asegurando que la opa lograría tener más del 50% de aceptación por parte de los accionistas del Sabadell, solo podrá reivindicarse si el precio de la acción del banco catalán se derrumba en los próximos días.

Uno de los mensajes más habituales de la dirección del BBVA ha sido que el precio del Sabadell (3,23 euros la acción al cierre del jueves) estaba hinchado por la oferta y que el precio ofrecido y mejorado por el BBVA, que valoraba la acción en 3,39 euros, era ganador seguro. El futuro de Torres queda en manos ahora del consejo de administración del banco y de cómo la nueva estrategia afectará al propio valor de la entidad, cuya capitalización suma 90.000 millones frente a los 16.000 de Sabadell. El BBVA necesita diversificar un negocio que en su mayoría depende de dos mercados emergentes: Turquía y México.

Será la evolución del valor en Bolsa del banco presidido por Josep Oliu desde 1999 quien podría marcar sus próximos movimientos. Las predicciones más optimistas de Oliu eran que el BBVA rozaría el 30% de aceptación. La venta del TSB inglés a Santander por 3.100 millones de euros, que supondrá regar de dividendos a los accionistas del banco catalán, reconvierte a la entidad en un banco eminentemente español, el mayor de los medianos, muy por detrás de Caixabank, Banco Santander y BBVA. Tras varios intentos de conversaciones informales a lo largo del último año y medio para buscar acuerdos con Unicaja y Abanca, Sabadell tendrá que decidir si quiere seguir solo o aumentar de tamaño en España.

La defensa numantina planteada por César González-Bueno, consejero delegado del banco desde marzo de 2021, cuya estrategia ha sabido ponerse a su favor a instituciones políticas de distinto color, además del Gobierno central, y a la patronal catalana, ha sido una victoria que pasará a los anales de las finanzas españolas. Que la victoria, con el tiempo, no acabe siendo amarga, será su nueva misión. En el Sabadell no se les escapa que las nuevas ordenanzas, que no órdenes, procedentes de la Unión Europea, son tener un mercado bancario más grande y consolidado.

Más allá de cómo encaren la nueva estrategia BBVA y Sabadell, esta opa genera otras derivadas. Urge la necesidad de actualizar el Real Decreto de opas de julio de 2007, que se ha quedado obsoleto. La politización de la opa ha sido excesiva y el periodo de duración demasiado prolongado, generando inseguridad jurídica, especulación constante y estresando a empleados y clientes, fundamentalmente de Sabadell.

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