PROYECTOS
Marabans triunfa desde Mallorca con su café tostado a fuego lento
Constituida en 1997 por Pedro Genestar y Jordi Seguí, la empresa mallorquina ha logrado posicionarse en el mundo cafetero a partir de la apuesta por la mejor calidad de producto, desde los orígenes. El crecimiento y el reconocimiento de la compañía crecen año a año, fruto del trabajo bien hecho… y sin prisas

Pedro Genestar y Jordi Seguí. / 'activos'
Marabans vive momentos de esplendor. La compañía con sede en Can Picafort, perteneciente al municipio mallorquín de Santa Margalida, abastece a su mercado -formado esencialmente por hoteles y cafeterías de Mallorca, Menorca e Ibiza- sin dejar de crecer y la marca se asocia ya indefectiblemente al café de exquisita calidad. Pero si Marabans se halla en su mejor momento no es fruto de la casualidad o de determinada coyuntura, sino que esa situación se explica por varios motivos: entre otros, operar con la mejor materia prima, contar en sus inicios con el asesoramiento de Eusebi Jorba -un gran experto del mundo cafetero, reconocido en todo el mundo-, creer en su trabajo y en el proyecto, innovar constantemente y hacer de la degustación de sus cafés una experiencia.
"¿La clave del éxito? Sin duda, y por encima de todo, la ilusión por hacer las cosas bien, y trabajar con el concepto de calidad prémium del producto. Estos dos factores son los que te llevan a crecer; cuando menos en nuestro caso", expone inicialmente uno de los socios, Jordi Seguí. A su lado, Pedro Genestar, también socio, corrobora esa apreciación, pero la matiza: "La ilusión mueve montañas, pero debe ir acompañada de creer en algo y de ser constante. El café es un producto que constantemente sufre alteraciones; de ese modo, para mantener las calidades, debes tener claro lo que quieres y cómo conseguirlo. Estamos viviendo unos años en los que el precio del café está desorbitado y, en ese escenario, es muy importante la cuestión económica, obviamente, pero lo es más aún creer en lo que estás haciendo. Hay quién se está planteando bajar la calidad del producto; eso es algo que no hemos hecho jamás… ni haremos".
Por el contrario, desde el principio y como filosofía de empresa, Marabans adquiere, elabora y sirve a la clientela un café prémium. "Nuestro crecimiento fue lento -evocan ambos socios-, puesto que no todo el mercado estaba dispuesto a pagar un precio por un café tan distinto en calidad como el que había hace 30 años. Nuestro kilo de café se vendía a 1.460 pesetas, mientras que el precio para el resto del mercado tenía un precio medio de 650 pesetas el kilo".
Un apoyo decisivo
Como CEO de la compañía, Seguí y Genestar coinciden en señalar un nombre propio como baluarte decisivo para poder explicar el desarrollo y el crecimiento de Marabans: Eusebi Jorba. "Jorba fue un gran gurú del café, no solo en Europa sino en todo el mundo, diría. Como lo conocía, le llamé y le dije que tenía que venir a ayudarnos a vender café. Le caímos en gracia; nos vio jóvenes, luchadores, con muchas ganas y que nos los pasábamos bien trabajando día a día", rememora Seguí. "Una de las cosas que teníamos muy claras es que las ganancias ya llegarían si trabajábamos bien, pero que no debíamos tener prisa en ese sentido", añade, en tanto que Genestar recuerda: "Empezamos con cero kilos de café vendidos, y día a día convencíamos a un cliente de que nuestro café era mejor; incluso se dio la anécdota de que ni Jordi ni yo llevábamos dinero encima y debíamos repostar gasolina. Tuvimos que convencer a otro cliente para tener efectivo ese día".
Un mensaje clave de Jorba fue: "No seréis nadie hasta que no tengáis vuestro café y vuestra marca". A partir de ese momento, tras haber colaborado codo con codo con Cafés Ibiza, los dos socios y amigos se embarcaron en su propio proyecto, bajo el nombre de Marabans. Atendiendo una vez más al experto, contactaron con un buen torrefactor para que les tostara, en Barcelona, el café que ellos previamente adquirían en varias latitudes del planeta: Brasil, Costa Rica, Etiopía, Colombia…
"El secreto de un café está conocer los buenos cafés para hacer hacer un blend [mezcla] adecuado a tu idea de café", confiesan Genestar y Seguí. Y, en efecto, la obtención de un producto de la mejor calidad -no ahorrando en ningún detalle- era el punto de partida, pero había que buscar clientes que supieran apreciar esa calidad y pagar por ella. Así las cosas, explica Genestar, "los primeros pasos de Marabans fueron con cafeterías de alto nivel". "Por ejemplo, en Palma -prosigue-, buscamos las cafeterías más elegantes. Una de las primeras fue el Grand Hotel, de la Fundación La Caixa. Poco a poco fuimos evolucionando e incorporando diferentes cafés y diferentes productos alrededor de los mismos: combinados, latte macchiatos, con salsas y siropes, capuchinos… Eso fue porque operábamos en zonas turísticas de Mallorca y teníamos mucha influencia de los mercados alemán, inglés, nórdicos... En esos países, consumen mucho café y productos distintos a los consumidos por el cliente local, que solían quedarse en el café cortado y el café con leche".
Presentación atractiva
Además de la exquisita calidad del producto servido por Marabans, la presentación del café en la taza es otro punto diferencial. "Ya al principio aprendimos a hacer la crema de la leche con la leche y aprendimos a dibujar el corazón en la taza -afirma Seguí-. No fue fácil introducirlo: cuando Pedro y yo íbamos a un cliente y se lo enseñábamos, lo primero que decía era: ‘Es muy bonito, pero aquí no tenemos tiempo'. Sin embargo, cambiaron las tornas y el boca a boca hizo su labor. "Nos empezaron a llamar las cafeterías preguntando: ‘¿Sois vosotros los que hacéis los dibujos?’".
Los dos fundadores y propietarios de la empresa recuerdan que su modus operandi resultó revolucionario en aquellos tiempos. "Cogíamos un molino que pesaba una tonelada, lo llevábamos a la cafetería y lo poníamos en marcha, cosa que nadie hacía. Nosotros íbamos, regulábamos el molino, y después, haciendo un espectáculo de narices, empezábamos a invitar a los clientes, sabiendo de antemano que conseguir nuevos adeptos no es cuestión fácil, puesto que el café es un producto de consumo rutinario, de hábitos".
El siguiente hito en el exitoso camino de Marabans hacia la cima del mundo cafetero fue la entrada en el sector hotelero (siempre hoteles de cuatro y cinco estrellas) y, en concreto, con el café de los desayunos. "Fue allá por 2005 y no eran hoteles cualesquiera, eran hoteles de calidad -subraya Seguí-, de manera que nos posicionamos como el café con glamour, el café de calidad". Empezaron con una cadena hotelera -"se hacía expreso y capuchino con leche natural en el desayuno del hotel"-, y al cabo de poco tiempo eran ya unas cuantas, puesto que el boca a boca funcionó entre los responsables hoteleros de Mallorca, antes de desembarcar Marabans en Menorca y, en los últimos tiempos, a Ibiza.
Elementos cruciales para garantizar la calidad del producto (además de la materia prima y el experto tostado) es el control de calidad (taza) que Marabans pone a disposición de cafeterías y hoteles, y los baristas. "El control de calidad es fundamental para controlar todos los parámetros que propicien que el café se sirva en las mejores condiciones", apunta Seguí. Y Genestar anota en la misma línea que "el barista especializado controla todos los lotes de café antes de ser tostado en la tostadora industrial; también es esencial el control, en la calle, de la taza de café. Hemos de tener en cuenta que no se trata de servir kilos de café; se ha de enseñar al personal de la cafetería a sacar el mejor producto. Por tanto, en la formación que impartimos a los camareros, se tratan cuestiones de limpieza, de equipos, gramajes y punto de molido o detección de un mal café. Cualquier pequeño detalle es importante". Además, desde 2011, la empresa cuenta en su sede de Can Picafort con un laboratorio con su correspondiente tostadora de pruebas.
Comprometidos con el planeta
Por otra parte, como empresa comprometida con el planeta, Marabans participa de un proyecto sumamente interesante, Orang Utan Coffee. "Nuestros comerciales nos decían que el mercado estaba pidiendo cafés ecológicos, cafés sostenibles, comprometidos -razona Seguí-. Nos planteamos qué podíamos hacer al respecto y tuvimos conocimiento de la existencia de Sumatra Orang Utan Coffee Project, cuya matriz está en Suiza, que es importadora de café. Se encargaron en Sumatra de enseñar a cultivar café de calidad extrema (sin pretenderlo, hacen un café de especialidad) y salvar a los orangutanes. Sumatra tiene una tierra estupenda, unas condiciones climáticas fantásticas para hacer el mejor café del mundo, pero los farmers carecían de los conocimientos para producir un mejor café, y además con el agravante de que las empresas productoras de aceite de palma arrasan la selva y arruinan el hábitat natural de los orangutanes y otras especies. Circulan vídeos muy duros e impactantes en este sentido, de orangutanes parando una excavadora que está tirando árboles. Conocida la historia y el proyecto, nos reunimos con ellos y, al final, pudimos comprar su café".
En definitiva, lo que empezó como una valiente aventura empresarial por parte de Jordi Seguí y Pedro Genestar ha convertido a Marabans, casi 30 años después, en una historia de éxito, logrado a fuego lento.
- Ojo con los detergentes de lavavajillas: los pediatras alertan de su relación con la salud intestinal y el aumento de alergias en niños
- Un informe impulsado por Vilajoana apunta que el Barça es el club más endeudado de la historia del fútbol europeo
- Los Premios Princesa de Asturias, cada vez más distanciados de la sociedad
- Así están las encuestas de las elecciones en la Comunidad Valenciana
- Los 'expats' encuentran en el nuevo barrio del puerto de Badalona una alternativa a Barcelona: 'Aquí se vive tranquilo y seguro
- Javier Niederleytner, agente financiero y profesor del IEB: 'Quien tenga hipoteca variable no va a ver grandes alegrías en 2026
- Las dos sentencias ya están en liza antes de que el juicio al fiscal general se declare 'visto para sentencia
- Un profesor de instituto en Catalunya cobra 2.713 euros brutos, 521 euros menos que en el País Vasco