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Empresas

Catalunya refuerza su peso en la industria de defensa en el último año: crece un 13% su contribución al PIB y el empleo un 20%

Las empresas dedicadas a la aeronáutica, el espacio y la seguridad generaron 28.563 puestos de trabajo. Indra se interesa por el tejido empresarial de la comunidad

Archivo - Un vehículo blindado 8x8 Dragón desarrollado por el consorcio Tess Defence, controlado por Indra.

Archivo - Un vehículo blindado 8x8 Dragón desarrollado por el consorcio Tess Defence, controlado por Indra. / INDRA - Archivo

Pablo Gallén

Pablo Gallén

Madrid
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Catalunya no quiere perder el tren de la reindustrialización que supone el plan de rearme europeo dotado de 150.000 millones de euros. Las empresas catalanas del ámbito de la defensa, la seguridad, la aeronáutica y el espacio generaron en la comunidad 1.820 millones de euros, equivalentes al 0,6% del PIB autonómico, y sostuvieron 28.563 puestos de trabajo entre empleos directos, indirectos e inducidos el pasado año, según el informe sobre el impacto económico y social publicado esta semana por la patronal TEDAE y elaborado por PwC. La contribución a la economía aumentó un 13% y el empleo un 20% más respecto a 2023. 

El estudio, elaborado para la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), sitúa a Catalunya como la cuarta comunidad donde las empresas del sector generan mayor impacto económico, por detrás de la Comunidad de Madrid, Andalucía y País Vasco. En concreto, Madrid representa el 40% de la actividad de estas empresas al ser la sede de Airbus, Indra o Navantia. Catalunya destaca por su ecosistema de pymes tecnológicas, ingenierías especializadas y centros de innovación, que la posicionan como un referente en la cadena de valor nacional e internacional, con empresas punteras como Sateliot o Pangea Aerospace.

La facturación de las empresas catalanas del sector se elevó hasta los 189 millones de euros, lo que representa tan solo un 1% del total. La mayor aportación llega de la industria aeronáutica con una facturación de 120 millones, mientras que las empresas ligadas al espacio ingresaron 56 millones el pasado año. Las tres principales comunidades autónomas —Madrid, Andalucía y País Vasco— concentran cerca del 80% de las ventas de la industria con 13.000 millones y del empleo directo (cerca de 61.000 trabajadores), reflejando el peso de los grandes polos industriales.

A nivel nacional, la industria de la defensa generó en 2024 un impacto total de 21.919 millones de euros en el PIB español, el 1,4% del total nacional, y 260.049 empleos, lo que representa el 10% del empleo industrial del país. Además, alcanzaron 9.931 millones de euros en exportaciones, equivalentes al 61% de su facturación, y destinaron 2.614 millones a I+D+i, casi un tercio de toda la inversión industrial en innovación en España. La industria española de defensa, seguridad, aeronáutica y espacio consolidó en 2024 su recuperación tras los años de pandemia, alcanzando una facturación conjunta de 16.153 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 16,2% respecto a 2023 y el mejor resultado histórico para el sector. 

Indra se interesa por Catalunya

El Govern de Salvador Illa se está moviendo para que el presupuesto que maneja Moncloa de 10.471 millones para modernizar y reforzar las capacidades del Ejército lleguen a las empresas catalanas. “Mientras otros territorios de España están orientados a segmentos más clásicos de Defensa, en Catalunya tenemos un ecosistema empresarial muy sólido en tecnologías duales. El Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa del Gobierno de España tiene en cuenta nuestras prioridades”, subrayó Jaume Duch, conseller d'Unió Europea i Acció Exterior de la Generalitat de Catalunya, en el I Foro de Prensa Ibérica sobre Paz y Seguridad en Europa celebrado hace unos meses en Barcelona.

En esos movimientos tectónicos entre la administración y las empresas del sector destaca la posible inversión de Indra, participada por el Estado en un 28% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), en la empresa catalana Comforsa, compañía controlada por el conglomerado público Avançsa de la Generalitat. Comforsa cuenta ahora mismo con una plantilla de 370 personas y cuatro fábricas en la comarca gerundense del Ripollés, tres en la población de Campdevànol y una en Ripoll. En 2024, cerró con beneficios de 1,6 millones y una facturación de 66 millones. 

A pesar de ello, estas cifras no pueden esconder que entre 2016 y 2020 la compañía recibió una inyección pública de 36 millones por parte de la Generalitat. El plan de Ángel Escribano pasa por aprovechar estos centros de producción para fabricar munición y dotar de autonomía estratégica al Ejército. Illa mantendría el empleo gracias a los planes de crecimiento de Indra y a cambio borraría las pérdidas de una empresa que está bajo el paraguas de la Generalitat desde 1998.

Este jueves la compañía participada por el Estado ha firmado una alianza con la fabricante de componentes del automóvil Ficosa para colaborar en el desarrollo de equipos electroópticos con capacidades de apoyo a la conducción y vigilancia (LSAS, Local Situational Awareness System) para los vehículos VCR 8x8 Dragón y VAC. Paralelamente, también ha suscrito un memorando de entendimiento con la empresa barcelonesa Sirt, especializada en ciberseguridad, con el objetivo de impulsar soluciones avanzadas en ciberdefensa y en el ámbito espacial.

La industrial catalana Gutmar, que ocupa la antigua sede de Delphi en Sant Cugat, también aspira a grandes contratos en defensa tras alcanzar un acuerdo a comienzos de octubre con General Dynamics-Santa Bárbara. La empresa controlada por los fondos Lauria Partners e Hyperion Fund, que lidera Pablo Casado, aspira a participar en la producción de los sistemas lanzapuentes sobre ruedas Anaconda que la multinacional estadounidense pretende proporcionar al Ministerio de Defensa. El modelo también se emplea en casos de emergencias y es un ejemplo paradigmático del uso dual civil y militar de la tecnología que desarrollan estas compañías. Gutmar nació en 1951, cuenta con 110 empleados y está especializada en soldadura de aluminio y mecanizados de alta precisión. 

La propia Margarita Robles aseguró hace unos días en un acto en el Cercle d'Economia que Catalunya cuenta con un “enorme potencial” en esta industria que juega un papel trascendental en la autonomía estratégica europea. Hasta ahora, el 70% de la tecnología empleada por los ejércitos del Viejo Continente proviene de Estados Unidos.

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