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Empresas

Un milagro contra el infierno burocrático de pedir una subvención

GrantsWin desarrolla desde Sant Cugat un software con Inteligencia Artificial para que las pymes accedan a las ayudas públicas

Las universidades catalanas abren paso a la IA en los planes de estudio

El fundador y consejero delegado de GrantsWin, Ton Guardiet

El fundador y consejero delegado de GrantsWin, Ton Guardiet / Ferran Nadeu

Albert Martín

Albert Martín

Sant Cugat
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“Por las mañanas daba clases en Esade y por la tarde iba a la nave a desmontar el parquet y las placas para venderlo todo en Segundamano.com”. Quien habla es Ton Guardiet, que evoca la quiebra empresarial que vivió con una franquicia de muebles en la que perdió 220.000 euros. “Viví la insolvencia muy de cerca; antes me avergonzaba de esto, pero ahora es lo primero que cuento”, añade. Este empresario, que se define como emprendedor en serie después de haber arrancado tres empresas y haber invertido en cinco más, ha fundado ahora GrantsWin. Profesor y consultor, se ha dedicado durante años a Acceleralia, una incubadora de empresas, y no tiene inconveniente en admitir que es un 'workaholic' que trabaja de 60 a 70 horas semanales. 

A sus 52 años, este barcelonés tiene ante sí un nuevo reto empresarial que pasa por facilitar la tormentosa experiencia que vive un ciudadano cuando solicita una ayuda o subvención. Dirigida a las pymes, GrantsWin nació en mayo de 2024 y Guardiet cuenta así su razón de ser: “La gente quiere dinero público y la administración quiere darlo bien, pero la burocracia rompe el dinamismo empresarial y creemos que la tecnología cambiará esto radicalmente”, explica. Además, este emprendedor recuerda que el 46% del PIB español es público, porcentaje que sube al 49% en el caso de Europa. “Hay mucho dinero, el problema es que no te enteras, y cuando sale una licitación es tarde y no tienes tiempo para prepararla”. 

Según Guardiet, las empresas que habitualmente gestionan las peticiones de subvenciones son grandes o pequeñas consultoras, dedicadas a lograr PERTEs, fondos Next Generation o los Misiones. “Las consultoras son caras y mucho de este dinero acaba yendo a ‘Repsoles’ y ‘Seats’”, pero las pymes quedan fuera”, apunta. 

El fundador de GrantsWin recuerda que tanto las ayudas públicas como las subvenciones suelen publicitarse vía BOE, el Portal del contratante en documentos que muy a menudo son “infumables”. ¿Qué plantea esta empresa con sede en Sant Cugat del Vallès? Gestionar todo el proceso de la subvención, desde su búsqueda hasta su redacción y rastreo de posibles acompañantes, en un solo programa que aplica la Inteligencia Artificial. 

La compañía cobra a sus clientes una provisión inicial de aproximadamente 3.000 euros que se compromete a devolver en un plazo de 4 a 9 meses con el éxito de ayudas al final del proceso de esta primera etapa. Cuando eso ocurre, se queda un porcentaje que oscila entre el 3 y el 10% del margen. ¿Algún éxito reciente? Una consultora tecnológica a la que ha asesorado GrantsWin ha obtenido recientemente 220.000 euros de financiación. “Queremos que haya muchas solicitudes y que se ganen muchas solicitudes porque el éxito de los clientes es el nuestro”, explica Guardiet, que apunta que su tecnología también existe para optar a licitaciones (TendersWin). 

“El compromiso con los clientes es que en un mes están aplicando y en cuatro tienen resultados”, explica Guardiet. Hasta ahora suman una docena de clientes con una “mayoría de éxitos”, para una empresa que tiene 45 trabajadores procedentes de diez países y que se encuentran cotidianamente en el metaverso. La previsión de GrantsWin es cerrar este 2025 con 700.000 euros de ingresos y alcanzar el ‘break even’ en el primer trimestre de 2026. “Éste no es un proyecto ‘rondero’ y queremos alcanzar la sostenibilidad cuanto antes”, dice el emprendedor.  

Guardiet admite que la propia empresa ha sido beneficiaria en distintas ocasiones de su solución para conseguir subvenciones y ayudas. “Eso nos ha permitido estar vivos hoy; si no, quemas caja, y ya aprendí en el pasado lo que pasa cuando lo haces”, explica. En esta empresa le acompañan la inversora Marta Villaseca, José Luis Juan (de la empresa de componentes para automoción J. Juan) y Francesc Valenzuela (director de tecnología de la empresa), además de la empresa de software argentina Applica, y todos ellos confían en que la evolución de la IA les permita alcanzar la escalabilidad del proyecto: “Hasta ahora la gestión de los proyectos las hacen nuestros empleados, pero la velocidad de programación se ha multiplicado por 30 sólo desde el mes de julio”. 

Guardiet, entusiasta de esta tecnología, recomienda “abrazar la IA, porque quien no se ponga las pilas con esto, sufrirá”. Quien lo dice es alguien que ha conocido la parte más amarga del mundo de la empresa y que hoy presume, "sin ser tecnólogo", de haber aprendido a programar gracias a la inteligencia artificial.

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