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Estudio de la Diputación

La apertura de pisos turísticos se acelera en las ciudades vecinas de Barcelona

Un informe del Laboratori de Turisme de la corporación provincial constata que, pese al aumento en las zonas más próximas a la capital, el número global de propiedades de alquiler vacacional se ha reducido un 9%

L'Hospitalet amplía la suspensión de licencias turísticas a los apartamentos en la ciudad

Unas jóvenes entran con maletas a un pisos turístico en la zona de Collblanc, en L'Hospitalet.

Unas jóvenes entran con maletas a un pisos turístico en la zona de Collblanc, en L'Hospitalet. / MANU MITRU / EPC

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

Barcelona
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La oferta de alojamientos no tradicionales, que incluye distintas modalidades de alquiler vacacional (desde apartamentos y casas enteras hasta villas o barcos), ha crecido de manera significativa en los últimos cinco años en las localidades del Barcelonès (salvo en la capital), con un aumento del 37,3%, y en el Vallès Occidental, donde ha registrado un alza del 22,8%, según recoge el informe 'Análisis de los Alojamientos no tradicionales en la Región de Barcelona', elaborado por el Laboratori de Turisme de la Diputació de Barcelona (LABturisme). En el Baix Llobregat, el incremento ha sido algo más tímido, de un 12% en el número de plazas disponibles entre 2023 y 2025.

Los datos más recientes, correspondientes al pasado mes de agosto, muestran que las plataformas que comercializan 'on line' este tipo de alojamientos ofrecen un total de 10.600 propiedades y 59.434 plazas en el territorio conocido como Región de Barcelona y que corresponde a la provincia barcelonesa excepto la capital. Así, mientras entre 2020 y 2022 se produjo una caída de un 30% en el número de propiedades y del 32% en plazas, fruto de las restricciones que se aplicaron con la irrupción del covid-19 y de la consiguiente caída del turismo, a partir de 2023 se ha observado una recuperación progresiva, que pese a todo sigue siendo todavía ligeramente inferior a los niveles prepandémicos.

El informe constata, como ocurre también con el alojamiento tradicional, que las comarcas de costa concentran la mayor parte de la oferta: tres de cada cuatro propiedades (76%) y siete de cada 10 plazas (70%). El Maresme (24,2%), el Garraf (20,4%) y el Barcelonès (19,7%) concentran cerca de dos tercios de los alojamientos no convencionales. En lo relativo al número de plazas, Maresme (25,9%) y Garraf (20,8%) mantienen el liderazgo, mientras que el Barcelonès presenta una proporción más moderada de plazas (12,2%). En el extremo opuesto, se sitúan comarcas como el Moianès (0,5% en propiedades y 1,4% en plazas), el Anoia (1,5% y 2,9%) o el Alt Penedès (2,5% y 3,9%).

La regulación de la capital catalana

Las poblaciones más próximas a la capital catalana han visto cómo en el último lustro aumentaba esta oferta, auspiciada, en buena medida, por la prohibición de nuevas aperturas en la ciudad y por el anuncio del alcalde Jaume Collboni de derogar 10.000 licencias ya existentes, otras comarcas como el Garraf, el Maresme u Osona han registrado descensos de propiedades y de plazas. Con todo, el territorio que ha experimentado la mayor caída ha sido el Berguedà, con una reducción del 34,1% en los últimos cinco años.

En global, en las comarcas de Barcelona (de nuevo la provincia, sin la ciudad de Barcelona), el número de propiedades dedicadas a turismo vacacional ha disminuido un 9,2%, mientras que el de plazas disponibles se ha recortado en un 19,5%. El informe analiza la oferta desde enero de 2019, y con periodicidad mensual, a partir de los anuncios publicados en las cuatro grandes plataformas de comercialización 'on line' de alojamientos turísticos: Airbnb, Booking, Vrbo y Tripadvisor.

La clasificación por tipologías de estos alojamientos muestra que casi la mitad (45%) de las propiedades ofertadas son apartamentos (suponen el 59,6% de las plazas disponibles), pero también destacan las casas (36,2% de las propiedades y 25% de las plazas) y las villas (8,4% de las propiedades y 4,2%). Otras tipologías como chalets, barcos, casas adosadas o de invitados, entre otros, suponen menos del 4% de la oferta.

En general, los porcentajes de ocupación media en el alojamiento no tradicional están entre el 55% y el 65% en los meses de temporada alta estival, es decir julio y agosto; entre el 40% y el 50% en primavera y entre el 30% y el 40% en otoño e invierno. El estudio constata, asimismo que, si bien la pandemia supuso una ruptura de tendencias y parecía que en 2022 se empezaba a hablar de recuperación, los dos últimos años, 2024 y 2025, se ha registrado un ligero descenso en algunos meses. Esto podría obedecer, por ejemplo, a las ofertas que han lanzado algunas cadenas hoteleras para tratar de compensar la competencia de este tipo de alojamientos. Los valores generales se mantienen, sin embargo, bastante estables.

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