Empresas

De Sant Cugat al espacio: la ingeniería catalana que ha enamorado a Pablo Casado

Gutmar se posiciona en el nuevo mapa europeo de Defensa con tecnología de precisión y ambición global tras la reciente inversión de los fondos Lauria Partners e Hyperion Fund

Miguel Camino y Álvaro Horstmann Sendagorta, consejeros delegados de Gutmar y fundador de Lauria Partners.

Miguel Camino y Álvaro Horstmann Sendagorta, consejeros delegados de Gutmar y fundador de Lauria Partners.

Pablo Gallén

Pablo Gallén

Madrid
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En una calle tranquila del polígono industrial Can Magí, en Sant Cugat del Vallès, se esconde la joya industrial desde la que Catalunya quiere dar un paso adelante en el rearme que prepara la Comisión Europea. En la antigua fábrica de Delphi se encuentra Gutmar, la compañía de ingeniería de precisión en la que acaba de invertir el nieto del fundador de Sener, Álvaro Horstmann Sendagorta, a través del fondo que dirige junto a Miguel CaminoLauria Partners— e Hyperion Fund, el vehículo de inversión en Defensa de Pablo Casado, el expresidente del PP, y Ricardo Gómez-Acebo, el sobrino de Ana Botín, que cuentan con una posición minoritaria.

Gutmar es el fruto del sacrificio de dos maestros industriales, Juan Martorell y Bernabé Gutiérrez, que se asociaron en 1951 para transformar la fábrica de motores de avión Elizalde. 70 años después su especialidad sigue siendo la misma: afinar la precisión hasta la micra. Desde su moderna planta de Sant Cugat, esta compañía familiar se ha especializado en el mecanizado de componentes de altísima complejidad técnica para sectores como la aeronáutica, la defensa y, cada vez más, el espacio. En 2024, cerraron con una facturación de 17 millones de euros, pero los nuevos consejeros delegados tienen el propósito de crecer en ingresos “a un ritmo de entre el 15% y el 25%”.

“Tras analizar más de 1.000 compañías y visitar en profundidad unas 30, valoramos mucho el capital humano de Gutmar. Nos encontramos con un equipo muy motivado y entusiasmado con el proyecto de crecimiento que les proponíamos. Y eso, en el mundo industrial, no es tan frecuente”, sostiene Horstmann. Lauria Partners llega con vocación de permanencia a largo plazo, sin un horizonte temporal de desinversión y con el propósito de modernizar la gestión, impulsar el crecimiento gracias a los planes de gasto militar y asumir el relevo generacional de “una compañía familiar que no tenía sucesor”. El hasta ahora presidente de la empresa e hijo de uno de los fundadores, Joan Martorell, sigue en la dirección y cuenta con una pequeña participación en el capital. “No somos un fondo de ‘private equity’ que vaya a salir en cinco años”, tranquilizan.

Más carga de trabajo, más empleo

La industrial está preparada para asumir más contratos y dispuesta a ampliar su plantilla actual, de 110 trabajadores, ya que reconocen los nuevos directivos que tienen capacidad ociosa en la antigua planta de Delphi, de 15.000 metros cuadrados, que llegó a emplear a 1.540 trabajadores. En su cartera de pedidos actual destacan proyectos como el avión de carga Airbus A400 M, los cazas Eurofighter, el Airbus A330 MRTT, los helicópteros NH90 y el Tigre del Ejército de Tierra, y el satélite de observación Paz. “Nuestro objetivo es estar desde el principio en nuevos programas como el FCAS o el carro de combate europeo”, subraya Camino.

El reto de traducir la ambición en contratos

Pero, ¿cómo se va a beneficiar del probable aumento del gasto en defensa entre los países de la OTAN hasta el 5% del PIB? “Esa ambición todavía debe traducirse en presupuestos y programas concretos. Luego, las grandes empresas de Defensa deben trasladarlo a sus cadenas de suministro. Las pymes como Gutmar suelen notar ese impacto con 12 a 18 meses de retraso”, explican. Lo que tienen claro es que van a seguir asentados en Catalunya y quieren que la comunidad tenga algo que decir en el plan de reindustrialización que llega gracias al impulso del gasto militar: “Exportar es lo difícil y Gutmar ya lo hace, con un 75% de las ventas fuera de España. Ahora esperamos un mayor peso del mercado nacional gracias al aumento de la inversión pública. Gutmar es la principal empresa catalana con capacidad industrial en el sector aeroespacial y de Defensa y eso hay que potenciarlo”, remarcan.

Todo ello con innovación tecnológica, colaboración con los centros de formación profesional y las universidades y la promesa de invertir entre 3 y 5 millones de euros los próximos dos o tres años. Gutmar, además, guarda un as en la manga: tiene experiencia como proveedor de Fusion 4 Energy y del proyecto ITER, el mayor proyecto del mundo en llegar a producir energía de fusión y el único que ha unido a todas las potencias mundiales, que reúne a países como Estados Unidos, China, Rusia o India. “Todos entienden la importancia estratégica de una nueva forma de energía limpia y sostenible. Sigue adelante a pesar de las tensiones geopolíticas y de la guerra”, sentencian.

Suscríbete para seguir leyendo