Sector bancario

Entre la satisfacción reprimida y el cálculo del siguiente paso

Banc Sabadell y BBVA encaran la recta final de una opa que Foment del Treball da por "amortizada"

La CNMC aprueba la opa sobre el Sabadell con compromisos negociados con el BBVA

El caso Koldo tensa la decisión del Gobierno ante la opa del BBVA al Sabadell

Fachada del edificio La Vela, en la ciudad del BBVA, en una imagen de archivo.

Fachada del edificio La Vela, en la ciudad del BBVA, en una imagen de archivo. / Ricardo Rubio / Europa Press

Albert Martín

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Barcelona
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"En el Sabadell están felices". Así se resumía, en un atípico mediodía marcado por las llamadas y los WhatsApps, la reacción del empresariado catalán a las medidas anunciadas por el Gobierno español sobre la opa del BBVA al banco que preside Josep Oliu. "Esto no es definitivo, pero el dragón está tocado", explicaba un destacado financiero catalán, en relación con la reciente campaña publicitaria del Sabadell en que equiparaba al banco de origen vizcaíno con esta criatura mitológica.

La comparecencia de Carlos Cuerpo a las 13.48 horas de este martes de Sant Joan, festivo en Catalunya y posterior a la verbena, colapsó las comunicaciones en determinados entornos de poder. Muchas interpretaciones se hacían en caliente para saber hasta qué punto la decisión del gobierno de impedir que BBVA y Sabadell se fusionen durante tres años podía suponer un punto y final a una operación hostil que se arrastra desde hace ya 13 meses.

"Las condiciones me parecen durísimas y muy difíciles de aceptar", reflexionaba un veterano empresario. "Tal vez me lo esperaba aún más duro, pero los tres años sin fusión son fuertes", añadía un directivo. Esta fuente relataba que había asistido en la noche del lunes a una fiesta privada en Barcelona con cerca de 250 invitados a la que acudieron tanto Carlos Torres, presidente del BBVA, como César González-Bueno, consejero delegado del Sabadell. En esa cena se habló de la inminente decisión del Gobierno y "el ambiente era de que las condiciones serían incluso más favorables al Sabadell de lo que ha acabado siendo".

En el entorno del banco catalán, sin embargo, la consigna este martes era de evitar ningún tipo de euforia o triunfalismo. "No se me ocurre cómo el Gobierno podría haber anunciado unas medidas más duras", decían fuentes cercanas a la entidad catalana. "En todas las operaciones de este tipo que se plantean hay unas sinergias, unos ahorros; aquí ya eran pequeñas y ahora serán inexistentes", apuntaban, para concluir que "el racional de la operación no existe".

Foment, contundente

Foment del Treball, la patronal de la gran empresa catalana, ha sido tal vez el actor más contundente este martes a la hora de valorar las condiciones del gobierno y su efecto sobre la operación: "Esta OPA hostil la podemos dar por amortizada, porque no interesa a los accionistas", manifestó su presidente, Josep Sánchez Llibre. En un comunicado, Foment valoraba "positivamente" la respuesta del consejo de ministros a la opa del BBVA y aseguraba que "el Ejecutivo ha actuado con responsabilidad institucional, considerando que una operación de esta envergadura debe ser evaluada desde un punto de vista de interés general, tal como contempla la legislación financiera europea".

Una vez más, Sánchez Llibre recordaba que "la concentración bancaria que habría resultado de esta operación tendría consecuencias negativas para la competencia", cifrando en 70.000 millones de euros el crédito conjunto que se perdería en caso de fusión. "La preservación del Banc Sabadell como entidad independiente y con proyecto propio es una buena noticia para las empresas, los trabajadores y el conjunto de la sociedad", concluía la patronal.

Otra fuente empresarial coincidía en la dureza de las condiciones impuestas al BBVA y se refería a la difícil papeleta que tendrá Carlos Torres, presidente del banco, en los próximos días: "Si sigue adelante con la opa será por una cuestión de amor propio".

Silencio del BBVA

En el otro rincón del cuadrilátero, el BBVA se imponía silencio. En el banco remitían a un hecho relevante elevado a la CNMV, pero el escueto texto se limitaba a apuntar que la entidad que preside Carlos Torres está "evaluando" la decisión del Gobierno central.

Fuentes cercanas a la corporación de origen vizcaíno ofrecían otra visión de los hechos. "Estas condiciones no son gran cosa, para el banco no son inaceptables y creo que seguirán adelante", explicaba una voz. "Pienso que el BBVA ya se imaginaba que la decisión del Gobierno iría por aquí, y no creo que les parezca muy duro". En la misma línea, otra fuente financiera apuntaba que el ejecutivo "no está vetando la fusión, sólo la está difiriendo; para el Sabadell es una muerte en diferido". "Creo que Torres no retirará la oferta", añadía.

Desde este entorno añadían que las condiciones anunciadas por el Gobierno este martes son "simple maquillaje" que ofrece una "salida honrosa" a los socios de Gobierno para que puedan vender la idea de que hicieron cuanto pudieron para evitar una operación entre privados.

Cabe recordar que la opa del BBVA sobre el Sabadell ha contado desde el principio con la oposición unánime de sindicatos, patronales, empresas y administraciones de distintos colores políticos. En los últimos días, con la imputación del número tres del PSOE, Santos Cerdán, en el caso Koldo, el empresariado catalán hacía cábalas sobre cómo afectaría la debilidad de Pedro Sánchez a su decisión respecto a la opa. Y existía un cierto consenso en que precisamente su mayor dependencia de Sumar, Junts y Esquerra, los tres partidos que han sido más hostiles contra la opa, le haría ser más duro en sus exigencias al BBVA.

Todas las miradas están ahora puestas en Carlos Torres. El presidente del BBVA tiene ante sí la decisión de seguir adelante con la operación, de echarse atrás o de recurrir a los tribunales contra las condiciones apuntadas este martes por el Gobierno. En el entorno del Sabadell se da por seguro que seguirá adelante porque le ven "obcecado" con la operación. Otras voces apuntan que Torres no tiene tantos incentivos para enemistarse con el Gobierno español. Y hay quien recuerda que si el Sabadell vende TSB, que aporta el 19% de los beneficios del banco catalán, tal vez la operación deje de interesarle. La cuestión es clave, ya que distintas fuentes financieras apuntan que la venta podría producirse en cuestión de días y que tan pronto como este viernes podrían conocerse qué ofertas vinculantes hay por la filial británica del Sabadell.

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