Manual para accionistas y clientes de BBVA y Sabadell: ¿Cuáles son los siguientes pasos de la opa? ¿Cómo te afectaría la fusión?

El gobierno ha decidido imponer al BBVA la prohibición de fusionarse con el Sabadell en caso de que la opa hostil planteada tire adelante durante un tiempo de tres años, ampliable a cinco. Esta medida responde a razones de interés general y supone el punto final al control público sobre la operación. En caso de que la entidad de origen vizcaíno mantenga la propuesta, el calendario que manejan ambos bancos apunta a que la resolución final de la opa puede producirse durante el verano o incluso después de las vacaciones. Estas son algunas de las principales dudas que se pueden encontrar accionistas y clientes en esta situación. 

¿Qué papel tienen los accionistas de una y otra entidad?

Los titulares de acciones de BBVA no juegan ahora ningún papel, puesto que en su día ya aprobaron la opa. Cuando la CNMV abra el periodo de aceptación, los accionistas del Banc Sabadell deberán decidir si acuden o no a la opa en las condiciones que plantea BBVA. Los accionistas no están obligados a votar y BBVA necesita la mitad de votos favorables para tomar el control del Sabadell.

Opa del BBVA al Banc Sabadell: ¿Y ahora qué? ¿Cuáles son las próximas fechas clave?

¿Los clientes mantendrán el acceso 'on line'?

Si la opa se hace efectiva pero no hay fusión los clientes de ambos bancos seguirán operando como hasta ahora. En el momento en que la fusión se lleve a cabo (pasados tres o cinco años) habrá una integración tecnológica y los clientes de BBVA y del Sabadell pasarán a operar desde una misma página web y aplicación, que sería en este caso la del banco de origen vasco. 

¿Cambiarán los números de cuenta?

Mientras la fusión no se haga efectiva, no habrá novedades. Habitualmente en procesos de fusión se produce un cambio ya sea en el número de cuenta o en los números de ruta bancaria de los clientes del banco absorbido. Si el IBAN se modifica, el banco tiene la obligación de avisar al cliente. 

La CNMC se dispone a aprobar la opa sobre el Sabadell con compromisos asumibles para el BBVA

¿Qué pasará con las oficinas?

Las medidas impuestas este martes por el Gobierno no impiden el cierre de oficinas, pero al mantener las dos entidades de forma independiente durante tres años en la práctica es muy difícil que se produzcan. Habitualmente en las fusiones siempre hay cierres de sucursales. El sentido económico que explica las fusiones empresariales está en quedarse con los clientes de la entidad fusionada atendiéndoles con sólo una parte de sus trabajadores. De este modo se generan los beneficios o sinergias. En el caso de la banca, las fusiones van siempre seguidas de cierre de oficinas. En el ejemplo más reciente que existe, CaixaBank cerró cerca de 800 oficinas (un 15%), tras la absorción de Bankia de 2021. Una de las condiciones fijadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está en evitar que se cierren oficinas en zonas especialmente sensibles, como pueden ser los municipios donde sólo había una sucursal. 

¿Y si tengo una hipoteca?

No hay cambios ni en el tipo de interés (el precio) ni en el plazo de pago. La entidad compradora asumiría las hipotecas de la comprada sin cambios. También se mantienen las condiciones en productos como los depósitos. 

¿Cambiarán las condiciones de los productos?

En los tres primeros años no habrá cambios. Podría haberlos después de la fusión en el caso de los productos sin límite temporal, como es el caso de una cuenta corriente. Si va a haber un cambio de condiciones, el banco debe avisarlo con dos meses de antelación para que el cliente pueda cancelar la cuenta. 

¿Empeorarán las condiciones generales de los productos financieros?

Inicialmente, al no haber fusión, no. Posteriormente, la teoría económica dice que sí. Si hay menos empresas que operan en un mercado, tienen más capacidad para encarecer sus servicios. En España hay un caso reciente que apunta en esta dirección en el campo financiero: pese a la abrupta subida de tipos que se produjo a lo largo del 2023 en plena subida de la inflación, los bancos no aumentaron el tipo de interés que ofrecían a los clientes por sus depósitos tanto como subieron sus hipotecas. Según Morgan Stanley, España se contó entonces entre los países europeos que menos trasladaban a la remuneración de los clientes por sus depósitos las subidas del precio del dinero. El Banco de España también censuró la parquedad de las subidas de tipos ofrecidos por los bancos a los depositantes. 

¿Prestará menos la nueva entidad?

Una vez se produjera la fusión éste sería un tema controvertido. La entidad que preside Carlos Torres mantiene que no será así y que la mayor solidez y tamaño de un BBVA que hubiera integrado al Sabadell le permitiría prestar más. Entre los compromisos asumidos por el banco de origen vizcaíno ante Competencia estaba el de mantener durante tres años las líneas de circulante a todas las pymes de Banco Sabadell y las líneas de crédito y las destinadas a la importación y exportación de todos los clientes autónomos de Banco Sabadell. Además, BBVA se comprometía a mantener el volumen de crédito total de las pymes cuya cuota agregada de BBVA y Banco Sabadell sea al menos del 85%; este porcentaje baja al 50% en Catalunya e Islas Baleares.

Sin embargo, todas las patronales catalanas, tanto las de pymes como las de las grandes empresas, se han alineado con el Sabadell avisando de que se producirá una caída del crédito. 

¿Sufrirá un impacto la economía?

Mientras los dos bancos operen por separado, no. Si se llegara a la fusión, por la naturaleza del sector, las implicaciones de una fusión irían mucho más allá de las implicaciones que tienen los clientes -y por supuesto los accionistas-. Los bancos son los encargados, con líneas de crédito y préstamos, de mantener el riego sanguíneo del conjunto de las empresas. Si se produjera una caída de crédito, como advierten las patronales, el tejido empresarial puede tener dificultades en un movimiento que impactaría en el conjunto de la economía. 

A este efecto habría que sumar el impacto puntual, pero relevante, de los recortes de personal que se prevén en caso de fusión, una vez se produjera, (y que se moverían entre los 5.000 y los 10.000 trabajadores, según las previsiones de los analistas).

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