Nuevos negocios

10 años de Glovo: la ‘startup’ que lo pudo todo cumple una década

La plataforma celebra el aniversario con un acto al que ha asistido el President de la Generalitat, Salvador Illa, que ha asistido para mostrar su apoyo a la empresa en su nueva etapa con repartidores asalariados

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Lorenzo Di Pietro (Barcelona Activa); Nadia Quevedo (Ajuntament de Barcelona), Pol Gibert (Generalitat), Josep Sánchez Llibre (Foment del Treball), Sacha Michaud (Glovo), el president Salvador Illa, Oscar Pierre, (Glovo), Pepe Álvarez (UGT), Javier Pacheco (CCOO), Mercè Conesa (Barcelona Global)

Lorenzo Di Pietro (Barcelona Activa); Nadia Quevedo (Ajuntament de Barcelona), Pol Gibert (Generalitat), Josep Sánchez Llibre (Foment del Treball), Sacha Michaud (Glovo), el president Salvador Illa, Oscar Pierre, (Glovo), Pepe Álvarez (UGT), Javier Pacheco (CCOO), Mercè Conesa (Barcelona Global) / Glovo

Paula Clemente

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Barcelona
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No hay forma lineal de contar la historia de Glovo. Aunque lo cierto es que la suya ha sido una historia de todo menos lineal. Más bien al contrario. Empezando porque la socia con la que se alió Oscar Pierre para montar aquel proyecto de plataforma de reparto a domicilio, Marta Ripoll, dejara la empresa antes siquiera de que empezara a rodar. Continuando porque tres jóvenes también emprendedores y también ubicados en Barcelona Activa, como ellos, trabajaran, entonces, en una plataforma idéntica (Unplis, se llamaba). “Me quitaban el sueño”, reconocerá, años más tarde, el propio Pierre, que acabó ganando aquella batalla. Por no hablar de que tras su primera presentación formal a un panel de cien inversores y mentores, solo 3 se acercaran a interesarse por aquello entonces bautizado como Globo. Quiso la suerte que fueran los 3 indicados, porque, a partir de ahí y tras tocar unas cuantas puertas más, todo empezó a cambiar.

Aquella idea que recaudó 140.000 euros de varios pequeños inversores y logró entrar a formar parte de Conector, la aceleradora de Carlos Blanco, celebra este lunes diez años de vida. Lo hace convertida en una empresa con poder para convocar, en su celebración de aniversario, tanto a líderes sindicales como Pepe Álvarez (UGT) y Javier Pacheco (CCOO), como al presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, o el mismísimo president de la Generalitat, Salvador Illa

“La conmemoración de los 10 años de una compañía tan relevante como Glovo es una señal inequívoca de que vamos en la buena dirección y de que estamos en el buen camino”, ha afirmado, para inaugurar la jornada, el líder patronal. Illa la ha clausurado explicando que su presencia en el acto respondía a su voluntad de felicitar a Glovo por el aniversario, de hacer un alegato a favor de la tecnología, de mostrar todo su apoyo a que la plataforma viva muchas décadas más, pero también para “acompañar a la empresa” en la nueva etapa que empieza a partir del 1 de julio, que es cuando empezará a funcionar con repartidores contratados. “Para nosotros es muy importante: queremos empresas como Glovo en Barcelona, pero queremos también empresas que se adapten su esquema de negocio a las regulaciones y a lo que dicen las instituciones”, ha afirmado. 

Hitos empresariales

Lo cierto es que, para llegar a este punto, Glovo ha pasado por mucho. Los cofundadores de la aplicación, Oscar Pierre y Sacha Michaud, han destacado haber sobrevivido a haber estado varias veces al borde de la quiebra o a haber tenido que despedir “a gente muy valiosa” y abandonar líneas de negocio… hasta plantarse, una década después, operando en 23 países, facturando unos 2.000 millones de euros, disponiendo de una plantilla de 3.000 trabajadores de oficina (la mitad, en Barcelona), otros 3.000 dedicados a la atención al cliente y a las incidencias, y unos 250.000 repartidores, así como con 30 millones de usuarios al año. Entregan aproximadamente 1 millón de pedidos cada día y acaban de superar, por cierto, su encargo número 1.000 millones. 

Lo han hecho, además, como parte de un grupo alemán que cotiza en bolsa (Delivery Hero) y con algo más de 900 millones de euros recaudados en rondas de inversión antes de alcanzar la meta más común en el universo emprendedor: el ‘exit’, conseguir vender la empresa o sacarla a bolsa.

La compañía ostenta el logro, asimismo, de haber introducido a Catalunya en la liga de los unicornios, aquellas jóvenes empresas tecnológicas que consiguen estar valoradas en más de 1.000 millones de dólares en un corto periodo de tiempo. En función del criterio que se aplique, tendría que encabezar esta lista eDreams Odigeo, pero cuando esta agencia de viajes ‘online’ alcanzó el hito, el término ‘startup’ no sonaba tan fuerte como después de que Glovo eclosionara en medio de un ecosistema que vivía, ese 2015, una conjunción perfecta: primeros programas de incubación, primeros fondos especializados, primeras asociaciones…

Retos laborales y culturales

Glovo también atesora el (dudoso) logro de haber visto creada una ley casi a medida para corregir el modelo laboral en el que se sustenta su negocio. El propio Pierre se ha encontrado declarando en un juzgado por estar imputado por este asunto, haber cometido un supuesto delito contra los derechos de sus trabajadores. En parte por eso –en parte porque la amenaza de multas que enfrentaban empieza a ser mucho mayor a lo que podían encajar–, la plataforma ha desplegado un plan para que a partir del mes que viene, su flota de repartidores sean trabajadores asalariados, no autónomos, como hasta ahora.

Esto marcará, sin duda, el arranque de la nueva década que, también hoy, empieza para Glovo. La meta oficial es ir creciendo sobre todo en los negocios de entrega de productos más allá de la restauración (supermercados, parafarmacia, ropa, comercio en general…), pero, por el camino, tendrá que ir marcándose varias otras.

Levantar el ánimo de la plantilla

Por ejemplo, levantar el ánimo de una plantilla y equipo directivo algo alicaídos desde la compra de Delivery Hero (que, algunos trabajadores, relacionan con que formar parte de Glovo ya no sea todo lo divertido y desafiante que era) y, también, por como han terminado años de pulso con el ministerio de Trabajo y Economía Social liderado por Yolanda Díaz. El malestar: que la empresa haya sucumbido, al fin, a la voluntad de Gobierno y se disponga a contratar a los ‘riders’, y que toda multa o pena que sobrevolaba sobre la plataforma, siga sin esfumarse.

Que se vive una especie de cambio de ciclo lo ha confirmado el propio Pierre al explicar, en su discurso, que cada vez tiene más presente un consejo que le dieron hace no mucho: que quizás es hora de ir dejando atrás la faceta de emprendedor, para pasar a ser empresario. En cualquier caso, la visión y ambición permanecen inmutables. “Creemos que Glovo todavía es pequeño, pero ya tiene un rol muy relevante en todas las economías en las que operamos y de aquí en adelante queremos seguir construyendo mucho más cerca de totas las instituciones y agentes sociales”, ha asegurado. 

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