Reacciones a la ampliación

José Alberto Carbonell, presidente del Port de Barcelona: "El pacto con Aena para ampliar El Prat es excelente para el puerto"

El máximo responsable de la autoridad portuaria admite que la negociación para compatibilizar ambas infraestructuras ha sido dura en algunos momentos

El traslado de los radares, que han quedado obsoletos, supondrá un coste de 9 millones de euros, que se pagará a medias entre el Port de Barcelona y Enaire

El presidente del Port de Barcelona avisa de que hay que hacer "compatible" la convivencia del puerto y el aeropuerto

El Port de Barcelona cierra el 2024 con un resultado neto de 63 millones

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, en el World Trade Center.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, en el World Trade Center. / Ferran Nadeu

Cristina Buesa
Patricia Castán
Barcelona
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Pocos días después del anuncio del acuerdo para la ampliación del aeropuerto de El Prat, el presidente de la infraestructura vecina, José Alberto Carbonell, aplaude en esta entrevista con EL PERIÓDICO que el proyecto garantiza la competitividad del Port de Barcelona con sus futuros planes de crecimiento, algo que había estado en entredicho por la prolongación de la pista del mar.

Los resultados del año pasado fueron positivos. ¿Qué esperan del 2025?

Sí, en la parte financiera, es cierto que los resultados de 2024 fueron muy buenos: alrededor de 63 millones de euros de beneficio y una importante capacidad de generación de recursos que nos sirve para invertir mucho. En el primer cuatrimestre de este año, los datos también están siendo buenos. No sé si repetiremos los mismos resultados de beneficio del año pasado, lo veo difícil, porque los tipos de interés nos afectarán, pero el negocio está funcionando muy bien.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, durante la entrevista con EL PERIÓDICO.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, durante la entrevista con EL PERIÓDICO. / Ferran Nadeu

¿Cómo les afecta el contexto económico y los aranceles?

Genera volatilidad e incertidumbre. Desde el covid hemos vivido una disrupción constante. Cada incidencia en el transporte marítimo tiene efectos directos sobre el negocio. En nuestro caso, el peso de las mercancías en el intercambio con Estados Unidos solo representa un 9% y las exportaciones están creciendo de forma notable. Todo el mundo está esperando el acuerdo que puedan alcanzar la Unión Europea y Estados Unidos.

Hasta febrero del año que viene vamos a afrontar un ciclo inversor en infraestructuras que no se veía desde el 2000

El puerto afronta un importante ciclo inversor en nuevas infraestructuras.

Entre febrero de este año y el que viene afrontaremos un paquete histórico por valor de 330 millones de euros. Esta semana se han autorizado unas obras por 34 millones, con lo que ya está licitado el 30% de las mismas. En cuanto a licitaciones y adjudicaciones, hasta el primer trimestre de 2026 viviremos un récord que no se había visto desde los años 2000. Algunas de estas obras finalizan la infraestructura alrededor del Moll de Energia y el Moll Adossat, que hemos adjudicado muy recientemente. Y en el Moll Prat se abre una etapa que en el futuro será mucho más intensa.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, en una de las terrazas del World Trade Center desde donde se ve el Portal de la Pau todavía en obras, futura sede corporativa de la autoridad portuaria.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, en una de las terrazas del World Trade Center desde donde se ve el Portal de la Pau todavía en obras, futura sede corporativa de la autoridad portuaria. / Ferran Nadeu

El martes se anunció el acuerdo para ampliar el aeropuerto. ¿Cómo lo valora?

Llevamos 20 años trabajando para que ambas infraestructuras sean compatibles. La cercanía entre ambas genera interferencias, por ejemplo, por la altura de las grúas, que no es una cuestión menor para nuestra competitividad. Los barcos son cada vez más grandes. Cada semana recibimos buques que portan hasta 24.000 contenedores, que requieren grúas de 90 metros sobre el nivel del mar. Actualmente, operamos con grúas de 80 metros, pero necesitamos llegar a los 90.

¿Y esto está garantizado?

La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) nos autorizó hace unos meses la instalación de dos grúas de 90 metros en el Moll Prat. Para el resto, es necesario trasladar el radar primario y secundario que está en la cabecera del aeropuerto, algo que ya ha sido acordado entre Enaire, el puerto y Aena. Va cerca de la T2, donde hay instalaciones técnicas del aeropuerto. El acuerdo tiene un coste de 9 millones de euros, que nosotros pagamos 4,5. Como el radar no puede quedar fuera de servicio, hay que instalar uno nuevo, validarlo, y una vez funcione, desconectar el antiguo.

La ampliación de la pista afecta a las servidumbres físicas del aeropuerto, pero al elevar la pista del mar un 1% se reduce el impacto sobre nosotros

¿Esto tiene que ver con la prolongación de la pista?

No, se trata de una operación técnica para poder instalar las grúas de 90 metros en el Moll Prat, para compatibilizar ambas infraestructuras. La ampliación de la pista, en cambio, sí afecta a las servidumbres físicas del aeropuerto, eleva la pista del mar un 1% y reduce el impacto sobre nosotros. El pacto con Aena para ampliar El Prat es excelente para el puerto. Las negociaciones han sido intensas, pero el resultado es muy positivo. Esa pendiente del 1% es clave: sin ella, la limitación sobre el puerto habría sido inasumible. En el Moll Catalunya, la afectación es mínima, de entre uno y seis metros, es aceptable. En la mayor parte de la línea del Moll, de 2.000 metros, se podrán operar grúas por encima de 90 metros.

¿Ha sido muy dura la negociación?

Bueno... a veces sí, a veces no. Depende del momento. Se han tenido que realizar muchos estudios. Se ha cerrado el tema principal para el puerto, el de la ampliación, pero no el de la altura de las grúas, nos quedan las servidumbres radioeléctricas. Y aquí tardaremos meses en hacer todas las simulaciones con todo el puerto funcionando a la vez, qué interferencias genera.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, en el World Trade Center.

El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, en el World Trade Center. / Ferran Nadeu

Visto el objetivo del Port de Barcelona de primar los cruceristas de puerto base, con mucho más impacto económico, ¿qué papel jugará la ampliación del aeropuerto de cara a las conexiones internacionales?

Ya se ha visto la importancia de mantener vuelos intercontinentales todo el año. Es una inversión para las aerolíneas, que dicen que la actividad crucerística en Barcelona les ayuda mucho, con ejemplos singulares como los barcos pequeños de menos de 1.000 personas [habitualmente de lujo], cuyos pasajeros muchas veces utilizan Business y Primera, algo que necesitan para hacer rentables las líneas.

Hace dos semanas comentó que el gran auge de cruceristas en abril se debía a un avance de barcos que vienen antes a iniciar la temporada. ¿Cómo han cerrado mayo y cómo apunta el verano?

El acumulado en abril y mayo ha sido sobre el 20% de incremento, pero tal y como preveíamos, en los días que llevamos de junio ya se ha notado una caída importante, porque los barcos llegaron antes. La previsión es que hasta septiembre estaremos por debajo de 2024.

Las conversaciones con el Ayuntamiento sobre los cruceros avanzan y están mejor que el mes pasado... Se están trabajando propuestas que contemplan cuestiones vinculadas a la movilidad dentro de la ciudad

¿En qué punto están las negociaciones con el Ayuntamiento?

Las conversaciones avanzan y están mejor que el mes pasado... Se están trabajando propuestas que contemplan cuestiones vinculadas a la movilidad dentro de la ciudad y en desplazamientos de puerto a aeropuerto. No sabemos aún la cifra de terminales, pero sí queremos que haya una oferta de servicio adecuada para los barcos pequeños Premium y de lujo, que no han dejado de aumentar y atraen a un visitante de más capacidad adquisitiva.

Cruceros en el muelle Adossat del Port de Barcelona.

Cruceros en el muelle Adossat del Port de Barcelona. / Ferran Nadeu

¿Qué opina que los cruceristas estén en el foco de los críticos con el turismo?

Por desgracia en Europa ha habido un cierto rechazo del turismo con identificación con el crucerista. Pero si analizamos los casos de Bergen o Dubrovnik, donde ha sido mucho más conflictivo el tema, vemos que un porcentaje altísimo de sus visitantes llegan por los cruceros y esa identificación tiene sentido. En Venecia también tiene un peso significativo. Pero en Barcelona no podemos identificar al crucerista como el responsable del turismo. Representan en torno al 5% de los visitantes que recibe la ciudad y los comportamientos incívicos de turistas a ciertas horas de la noche no son cruceristas. Lo que hay que hacer es una mejor gestión. Hay que recordar que son los únicos visitantes que pagan tasa turística aunque no pernocten.

Creemos en el concepto de la economía azul, que hemos coliderado con el Ayuntamiento: en Barcelona, su crecimiento es el doble que en otras actividades económicas, y además hay colaboración público-privada

¿Cómo va la descarbonización de los muelles?

El proyecto Nexigen es el que destinamos más recursos y personas, con este fin. Somos el único puerto, al menos que sepamos, que tiene certificadas sus emisiones de CO2. El 61% de nuestras emisiones provienen de los buques, y el 47% de los gases de efecto invernadero proviene de los barcos atracados. Su eliminación es conceptualmente sencilla, pero técnicamente muy compleja. Apenas hay experiencias: en Europa, solo Hamburgo y nosotros. Estamos centrando esfuerzos en el Moll Adossat, en los cruceros, porque aunque no son los que más generan, son los que tienen mayor potencia y, por tanto, complejidad técnica.

Barcelona ha sido reconocida como sede de la UNESCO en economía azul. ¿Qué papel ha jugado el puerto?

Hemos sido uno de los socios imprescindibles, junto con el Ayuntamiento porque en economía azul hay un coliderazgo claro. Creemos mucho en este concepto. La actividad económica en los mares es de unos 3 billones de dólares; si fuera un país, sería el séptimo del mundo, justo por detrás del Reino Unido. En Barcelona, el crecimiento en economía azul es el doble que en otras actividades económicas, y además hay colaboración público-privada. El Parque de Tecnología Marítima o el BlueTechPort son otras apuestas. Este mismo lunes optamos a liderar una nueva Comunidad de Conocimiento e Innovación (KIC) que promueve el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, con 40 entidades internacionales, incluyendo la UPC, la BlueNetCat, Aigües de Barcelona, Esade, y el puerto. Si ganamos, supondrá una inversión de 350 millones en 15 años.

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