Sector bancario

La opa al Sabadell amenaza el idilio de Illa con el establishment barcelonés

El Govern de la Generalitat, como el ejecutivo central, han hecho bandera del rechazo a la operación

"Donde más sentido tiene mantener la marca Sabadell es en Catalunya y en el segmento empresarial"

Las empresas claman contra la opa del BBVA al Sabadell: "Se perderán 75.000 millones en crédito"

Pedro Sánchez y Salvador Illa, en un encuentro en La Moncloa.

Pedro Sánchez y Salvador Illa, en un encuentro en La Moncloa. / JOSÉ LUIS ROCA

Albert Martín

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Barcelona
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“Lo que más me ha impresionado es que son todos del PSC. Pero todos”. Con estas palabras explicaba un importante directivo madrileño la primera impresión que tuvo al llegar a Barcelona y conocer a algunas de las más destacadas familias de la burguesía empresarial catalana. Su sorpresa tenía que ver con la tradicional inclinación de estos sectores a partidos ubicados a la derecha del panorama político, como el PP. Pero la desaparición de Convergència y de Unió y las posiciones de Junts en el campo identitario han llevado a sectores tradicionalmente conservadores a abrazar la causa socialista

Todo ello cobra especial relevancia en plena opa del BBVA sobre el Banc Sabadell. En un ambiente en que la totalidad del establishment catalán está contra la opa, la pregunta surge sola: ¿Cómo afectaría al PSC, al Govern de la Generalitat y al mismo Salvador Illa una victoria de la entidad de origen vizcaíno en esta operación?

Conviene recordar que desde que se conoció el interés del banco que preside Carlos Torres por la entidad catalana, en abril del 2024 y a escasos días de la celebración de las elecciones al Parlament, todas las instituciones gobernadas por el PSOE han sido rotundas contra la conveniencia de la opa. Esta unanimidad (que se extiende a organizaciones empresariales, sindicales y a gobiernos autonómicos de otro color) ha incluido declaraciones claras tanto de Pedro Sánchez como de Salvador Illa en contra de la operación

El órdago de la consulta

Un ejemplo de ello se dio durante las jornadas del Cercle d’Economia en Barcelona, a principios de mayo. El presidente del ejecutivo español anunció por sorpresa una consulta pública abierta a ciudadanos e instituciones que quisieran argumentar qué inconvenientes veían a una opa que amenaza con dejar sólo tres grandes bancos en España, en lo que fue su contundente respuesta a la luz verde que había dado Competencia a la operación sólo unos días antes. El president Illa, por su parte, manifestó que el ejecutivo y él personalmente defenderían “los intereses” tanto de las pymes como de los ciudadanos catalanes y afirmó que tiene una opinión “clara” y “en sintonía” con lo que piensa una mayoría de catalanes: “Yo preferiría que no saliera adelante”, manifestó. Asimismo, el president dejó claro que se está moviendo contra la operación que promueve el BBVA: “Hago más de lo que digo, pero hago”. 

A lo largo de su mandato Illa y su Govern se han esforzado por transmitir la idea de que el retorno del PSC al Palau de la Generalitat es un retorno a la centralidad de la vida pública tras los años convulsos del Procés. De hecho, el ejecutivo catalán capitalizó el regreso de la sede social del Banc Sabadell a Catalunya, que se conoció en enero, y al que siguieron la Fundació La Caixa y Criteria. El Govern defendió entonces que el paso respondía al hecho de la normalización política: “Esto demuestra cuál es el buen camino: estabilidad institucional y jurídica. Nuestro objetivo es seguir trabajando en esa dirección”, manifestó Illa. 

Lo cierto es que el gobierno central debe decidir en las próximas semanas si impone nuevas condiciones al BBVA para avanzar con la operación, y si impone barreras tan duras que el banco de origen vizcaíno prefiera retirar la operación, escenarios en los que la cobertura legal del ejecutivo es dudosa. Del mismo modo que para Banc Sabadell la opa supone una amenaza existencial (podría ser el fin de una entidad fundada en 1881), Illa y Sánchez corren el peligro de aparecer en la foto como los presidentes que asistieron a una opa que el mundo económico y social rechazaba de un modo casi unánime

Me consta que están preocupados; nunca un tema entre privados había generado tantísimo ruido institucional; el Sabadell puede estar muy orgulloso del consenso que ha generado”, explica una fuente empresarial. “El problema es que si ahora la opa se lleva a cabo, la sacudida será mayúscula”, añade en referencia a la posición que han mantenido hasta ahora el ejecutivo catalán y el español. 

“Illa se juega mucho porque hizo bandera del retorno de las sedes empresariales”, añade otro importante directivo desde el anonimato. “Sería un torpedo a su línea de flotación y también a la de [Pedro] Sánchez, que tiene aquí su bastión electoral”, agrega esta voz. 

Las motivaciones de los socialistas

Una voz del ámbito político es clara a la hora de apuntar hasta qué punto se la juegan los socialistas. "Tienen la obligación de implicarse porque tienen las armas para hacerlo", dicen, con relación a la aritmética parlamentaria que se da tanto en el Parlament como en el Congreso. “Les pedirán que rindan cuentas por ello”, añade. Esta fuente recuerda que al margen de los compromisos políticos, que la opa fracase ayuda a Pedro Sánchez desde otro punto de vista: “Al PSOE le interesa que haya poder económico y mediático fuera del Madrid político”

Las voces consultadas van más allá a la hora de medir los posibles daños en el Govern Illa de una desaparición del Sabadell. “En las jornadas del Cercle se pudo ver que lo que inicialmente era una entrega absoluta por parte de los empresarios a su Govern se ha ido enfriando”, apuntan. “Illa habló de intervenir el mercado inmobiliario y de hacerlo subiendo impuestos, si hacía falta, y eso a muchos les ha abierto los ojos”, explica. 

Es muy probable que todo ello esté en los radares de Moncloa a la hora de tomar la trascendental decisión respecto a la opa en consejo de ministros. Porque como dice un destacado empresario catalán, “Sánchez sólo toma decisiones pensando en el interés propio, y aquí se juega muchísimo”. 

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