ABENÓJAR

El pueblo manchego que albergará un proyecto "estratégico" para la defensa de la UE: "Con el wolframio nos ha tocado la lotería"

Abenójar, en Ciudad Real, aguarda con expectación los trabajos en la mina de El Moto, que generarán al menos 288 empleos directos y más de 700 indirectos

El proyecto, considerado clave por la Unión Europa, permitirá reducir la dependencia de China sobre un mineral esencial en defensa, tecnología electrónica e industria aeroespacial

José Luis y Antonia, vecinos de Abenójar, han realizado durante el último año cursos para poder trabajar en la mina de wolframio.

José Luis y Antonia, vecinos de Abenójar, han realizado durante el último año cursos para poder trabajar en la mina de wolframio. / JOSE LUIS ROCA

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Abenójar (Ciudad Real)
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Es mediodía y apenas se ve gente por las calles de Abenójar (Ciudad Real, 1.324 habitantes). Algún paisano camino al bar, alguna mujer a hacer recados. Una joven pareja llega con un carrito de bebé a la Plaza del Pilar, situada frente a la farmacia y que alberga un pequeño estanque donde unos anfibios dan la razón al que le puso el nombre a una de las calles que la emboca: Cantaranas [VEA UN ÁLBUM DEL PUEBLO]. 

Los jóvenes son José Luis y Antonia, treintañeros, de los pocos de su quinta que se han quedado a vivir en el pueblo, principalmente agrícola y ganadero, que en la actualidad roza el 22% de paro. “Aquí hay poco trabajo, yo he estado estudiando, formándome, y algunas veces trabajaba limpiando casas”, cuenta ella. “Yo estaba en una fábrica de hormigón de Puertollano, pero llevo tiempo en paro”, relata él. 

Una máquina realiza trabajos a la entrada de la mina de wolframio en Abenójar, Ciudad Real.

Una máquina realiza trabajos a la entrada de la mina de wolframio en Abenójar, Ciudad Real. / JOSÉ LUIS ROCA

Cursos de maquinaria y excavación

A ambos, sin embargo, les va a cambiar la vida muy pronto, y no solo por Marina, la pequeña de apenas dos días que acaban de tener y que mecen con mimo durante un paseo mañanero, sino por que la mayor mina de wolframio de Europa, un mineral “estratégico” para la Unión Europea, está en el pueblo y su explotación va cogiendo forma. “En el último año, gracias a la empresa, hemos estado haciendo cursos de manejo de maquinaria exterior, de excavación y de explosivos. A ver si nos llaman pronto. Aquí en teoría va a haber trabajo para 30 años o más, dicen que hay más mineral de lo que se pensaba en principio”, barrunta la pareja. 

La empresa que citan es Abenójar Tungsten, que, apoyada por EIT RawMaterials, ha llegado como un maná del cielo a dinamizar esta comarca de la España vaciada donde años tras año siguen cerrando comercios y los jóvenes emigran a ciudades o a pueblos más grandes. “Perdemos habitantes a una velocidad de vértigo. Hemos perdido un 25% de población en apenas 20 años”, lamenta Damián García, concejal de Economía y Urbanismo que por las mañanas trabaja en una sucursal bancaria.  

Reportaje sobre la apertura de una mina de Wolframio en Abenojar, Ciudad Real, que va a generar 300 empleos.

La alcaldesa de Abenójar, Verónica García (izq.), junto a la responsable de administración del proyecto minero de Abenójar Tungsten, en el Ayuntamiento. / José Luis Roca

Abenójar Tungsten será la encargada de explotar la mina de El Moto, situada en una zona de monte bajo a ocho kilómetros de la localidad y que alberga, según distintas proyecciones, 91 millones de toneladas de mineral de wolframio con una ley media de 0,44 % WO3, y 1,2 millones de onzas de oro. El wolframio, también conocido como tungsteno, es un mineral clave para la Unión Europea, ya que es esencial en sectores como la defensa, la tecnología electrónica y la industria aeroespacial y hasta ahora el 80% de su producción provenía de China. De ahí que la UE ha definido este proyecto como "estratégico".

Según cálculos de la empresa, se generarán 288 empleos directos y 707 más indirectos en una mina que comenzará a producir entre 2027 y 2028. “A ver si empiezan ya, que van a ayudar a poner en pueblo patas arriba. Aquí hay poca salida para los jóvenes, porque el campo [principalmente olivos y cereal] está abandonado”, cuenta Luis, jubilado, al salir de un bar cercano al Ayuntamiento. 

Reportaje sobre la apertura de una mina de Wolframio en Abenojar, Ciudad Real, que va a generar 300 empleos.

Un vecino de Abenójar (Ciudad Real), que tiene una tasa de desempleo del 22%, en una de las calles del pueblo / José Luis Roca

“Parece que sí, que nos ha tocado la lotería, pero por ahora se ve poca cosa, las oficinas y poco más”, cuenta un poco escéptica Antonia, dueña de uno de los tres comercios de alimentación que sobreviven en el pueblo tras el cierre de dos por jubilación el mes pasado. “Si al final viene tanta gente nos irá muy bien, claro”. Hasta el momento de las 10 personas que trabajan en oficinas y realizando sondeos sobre el terreno hay cinco vecinos de Abenójar, cuyo Consistorio espera que la mina les ayude a desdibujar el panorama desolador que tienen.  

"Gran consenso vecinal"

“El pueblo ha acogido el proyecto con mucha satisfacción, va a suponer un importante desarrollo económico y social para el pueblo”, relata la alcaldesa, Vernónica García, que recuerda que toda esta zona es “zona minera; tenemos muy cerca la mina de Almadén y muchos antepasados de vecinos están vinculados a la minería". "Para ese gran consenso que hay entre los vecinos de apoyo al proyecto ha sido clave que hemos dado toda la información puntualmente y que es una mina sostenible, como reconoce la exigente declaración de Impacto Ambiental conseguida en 2014”. 

La alcaldesa, que trabaja codo con codo con Rosa Simón, responsable de administración y finanzas de Abenojar Tungsten, es consicente de que los servicios públicos del municipio tendrán que ir creciendo según avances los trabajos. “Tendremos que hacer un estudio para tener cubiertos los servicios primarios. Ahora mismo tenemos un centro médico que funciona las 24 horas al día y un colegio con bastantes niños. Ya le dije al director provincial que habrá que estudiar si tenemos que ampliarlo”, relata en una de las oficinas del Consistorio, donde a continuación va acudir a una presentación de empresas de hidrógeno verde.  

Falta de vivienda

Hay quien en el pueblo se muestra escéptico por los números que se manejan y que duda si el pueblo podrá absorber tanta gente. “¿Es qué donde van a dormir? Mi hermana tiene una casa rural para 20 personas, pero pocas cosas más hay”, desvela Eladio, dueño de Salones Restaurante León, donde varios paisanos están echando el aperitivo. El menú del día en el enorme local, donde se podría dar de comer a más de 60 personas en un turno, cuesta 13 euros. “Aquí lo malo es que no hay gente para trabajar de camarero. Nadie quiere”, cuenta el empresario, que tiene cuatro empleados fijos, pero en fin de semana puede llegar a tener 12-13.  

Reportaje sobre la apertura de una mina de Wolframio en Abenojar, Ciudad Real, que va a generar 300 empleos.

El concejal de Economía de Abenójar (Ciudad Real), Damián García, en una calle del pueblo. / José Luis Roca

La falta de alojamiento es algo sobre lo que la empresa que gestiona la explotación ha puesto también el foco. “Hemos hecho una primera estimación de alojamientos tiristicos y rurales de la comarca y por el monento es suficiente para cubrir la demanda inicial para empleados, pero sí es verdad que vamos a necesitar vivienda, y viviendas de alquiler para todos estos perfiles profesionales que van a venir de forma permanente”, cuenta Simón, que afirma que ahora mismo la empresa está en búsqueda de financiación para garantizar la viabilidad del proyecto, que conterá con 100% de financiación procedente de Europa.

“Queremos acabarla antes del verano”, añade Rosa, que señala que ahora mismo se está construyendo la balsa y el emboque de la rampa de acceso, para luego llevarse a cabo las infraestructuras auxiliares y la planta de tratamiento. Y es que la idea de la empresa es que se procese el material en las propias instalaciones de la mina, lo que aumentaría aun más su proyección y generaría muchos más trabajos. 

Eladio, dueño de los Salones de Abenójar, dice que no encuentra camareros para trabajar en su local.

Eladio, dueño de los Salones de Abenójar, dice que no encuentra camareros para trabajar en su local. / JOSÉ LUIS ROCA

Además de la gran influencia que tendrá sobre el comercio y los negocios que puedan surgir, el proyecto dejará un buen monto en las arcas municipales. “Podremos estar entre 200.000-300.000 euros de ingresos por el impuesto del ICIO; eso nos permitriá tener mejores servicios”, estima el concejal de Economía. "Es un proyecto muy importante. Va a dar trabajo a dos o tres generaciones", concluye.