Entrevista | JOSÉ DONOSO Director general de la patronal fotovoltaica UNEF

"La fotovoltaica no ha ido ni demasiado lejos, ni demasiado rápido"

José Donoso. director general de UNEF, en una intervención.

José Donoso. director general de UNEF, en una intervención. / El Periódico

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El apagón masivo ha dejado muchas dudas sobre el sistema eléctrico. Un debate en el que se ha señalado directamente a las renovables, en particular a la fotovoltaica, tecnología en la que Extremadura es líder y a dos de cuyas plantas se llegó a situar en el origen del colapso.

¿Considera que tras el apagón del pasado 28 de abril ha quedado dañada la imagen de la fotovoltaica?

No tendría por qué y creo que, al final, cuando se aclare todo, no se verá perjudicada para nada porque no hemos tenido ninguna responsabilidad en lo que sucedió. Las plantas fotovoltaicas cumplen con toda la regulación establecida tanto a nivel europeo como nacional. Su responsabilidad termina en el momento en el que, respetando todas estas regulaciones, introducen la energía eléctrica en la red. Con lo cual, que haya habido un poco de precipitación en la comunicación o visiones interesadas que hayan querido presentar las cosas como no son, eso ya no es responsabilidad de la fotovoltaica.

Ventaja competitiva

¿Le parece que se ha sido injusto con el papel de esta tecnología? 

Absolutamente, la energía fotovoltaica es la que está dando a España, y en particular a Extremadura, una posibilidad de crecimiento económico y de reindustrialización. Si en este momento hay 119 gigavatios (GW) de peticiones de empresas, centros de datos y almacenamiento que quieren venir a instalarse a este país es por el bajo precio de la electricidad que facilita la fotovoltaica. Para hacerse una idea de lo que son estos 119 GW, el consumo medio que hay ahora mismo en España se mueve en el entorno de los 24 o 25 GW. Aunque solo el 15% o el 20% de estas peticiones se concretasen, estaríamos duplicando la demanda. En este país nunca hemos tenido una ventaja competitiva en una revolución industrial: tuvimos carbón caro y malo; no hemos tenido gas y petróleo ni para los mecheros. Sin embargo, ahora contamos con un sol que nos permite que una planta fotovoltaica produzca durante 2.000 horas al año, mientras que en el norte de Europa lo hace de 850 a 900. Eso lleva a que el precio del kilovatio-hora sea la mitad. Y eso es por lo que están viniendo estas inversiones aquí. Está siendo también uno de los motores de nuestro crecimiento económico, ayudando, por ejemplo, a tener una inflación más baja que en el norte de Europa, lo que supone también más competitividad. Y todo con una energía limpia que contribuye a descarbonizar la economía. El sol y la energía fotovoltaica son nuestra riqueza y tenemos que cuidarla. 

Donoso durante una visita en 2022 a una planta fotovoltaica en Talayuela.

Donoso durante una visita en 2022 a una planta fotovoltaica en Talayuela. / Toni Gudiel

¿Qué piensa cuando escucha que la aportación de las renovables al ‘mix’, en particular de la fotovoltaica, ha crecido demasiado rápido?

Que no es verdad. El Plan Nacional de Energía y Clima establece unos objetivos de 76 GW de fotovoltaica. En este momento no estamos muy lejos de esa cifra, y ese es el objetivo establecido por el Gobierno español y aprobado por la UE. No hemos ido ni demasiado lejos, ni demasiado rápido. El cambio y la emergencia climática están ahí. Además, cuanto antes aprovechemos esa ventaja competitiva de la que he hablado, antes estaremos reduciendo nuestra dependencia energética del exterior. No olvidemos que España paga todos los años de 40.000 a 60.000 millones de euros de factura de hidrocarburos. No hay ningún exceso de velocidad.

También se ha hablado de carencias o falta de modernización en las redes para adecuarse a ese crecimiento de las renovables…

El nuestro es un país en el que surgen los expertos de debajo de las piedras, ya sea en covid, economía, o en el sector bélico. Y ahora pasa con la energía eléctrica. Nuestra responsabilidad es suministrar a la red con las mismas características de calidad, seguridad y predictibilidad, que las antiguas fuentes de producción de energía eléctrica. Y esto para nosotros es posible, aunque la tecnología sea variable en función del recurso, con el almacenamiento y con la electrónica de potencia, que dan firmeza a la red. ¿Qué es lo que sucede? Que ahí sí que vamos con retraso. La tecnología existe, pero los criterios para su utilización tienen que ser establecidos por la UE y la CNMC. En almacenamiento empezamos a hacer ahora lo que tendríamos que haber hecho hace dos años. Pero es algo que tiene remedio, porque las principales barreras para extenderlo son las administrativas, que son las que se pueden eliminar de forma rápida si se introduce un poco de sentido común y racionalidad en la tramitación. Una unidad de almacenamiento no es otra cosa que un contenedor de muy rápida instalación, no tiene ningún impacto, con lo cual, hibridar aquellas plantas que ya existen con esas unidades debería ser algo automático y no plantear ninguna necesidad de autorización. Sin embargo, con la regulación actual, se considera una modificación sustancial del proyecto y se obliga a comenzar la tramitación administrativa desde cero, lo que nos lleva varios años. Es absurdo.

¿Teme que algunos proyectos planteados de fotovoltaica puedan retraerse a partir de ahora?

Considero que no. Creo en eso de que de las crisis hay que sacar oportunidades y que esta es una para acelerar precisamente el proceso de transición ecológica, especialmente el almacenamiento y la electrónica de potencia, que hemos visto la necesidad de acelerar. Pero dicho todo esto, hay que ser cautos. Desconocemos cuál ha sido la razón de lo que ocurrió, pero de lo que estamos convencidos es de que no ha sido responsabilidad de la fotovoltaica. Una vez que se aclare qué es lo que ha pasado, en ese momento habrá que tomar las medidas adecuadas en función de la naturaleza del problema. 

"Desconocemos cuál ha sido la razón de lo que ocurrió, pero de lo que estamos convencidos es de que no ha sido responsabilidad de la fotovoltaica"

Después de que en los primeros días se hablase de la desconexión de dos plantas, presumiblemente solares, del suroeste peninsular, ¿disponen ahora de más información de lo que pudo ocurrir para que cayese a cero el sistema?

Se sigue sin saber qué es lo que pasó. En aquel momento, imagino que con los nervios del primer momento, hubo una precipitación en la comunicación. Todas las vías de investigación están abiertas, incluidos los problemas de ciberseguridad. En todo caso, lo más normal sería que esas dos famosas plantas de las que se habló, que no se sabe cuáles son, se parasen como otras a consecuencia de las alteraciones que hubo en el sistema. Se desconoce, y probablemente tardaremos tiempo en conocer, la causa raíz que produjo unas alteraciones en la red que a su vez hicieron que las protecciones en las plantas fotovoltaicas y eólicas, pero también nucleares, y la interconexión con Francia, saltaran y se desconectaran. 

No confrontar

Hay quien parece plantear este debate como una confrontación entre energía nuclear y renovables…

Nosotros no vemos las cosas de forma maniquea. Hablamos de nuestra tecnología, que es muy competitiva económicamente y que, si hacemos las cosas bien, nos puede dar la posibilidad de reindustrializarnos. En especial a las zonas como Extremadura, en las cuales la historia económica se ha detenido muy poco. Lo que hay que ver es cómo proseguimos de la mejor posible nuestro camino, sin entrar en confrontaciones con nadie.