Tecnología

El estudio de videojuegos de Barcelona que lleva un BAFTA y tres 'Óscars'

Nomada Studio ha destinado cuatro años y 3 millones de euros a su segundo juego, Neva, que en seis meses ha recuperado la inversión

Nomada Studio lanza su segundo juego con el archipremiado Gris como referente: ha vendido un 2.000% más de lo esperado

Una de las pantallas del videojuego Neva, de Nomada Studio.

Una de las pantallas del videojuego Neva, de Nomada Studio. / NÓMADA STUDIO

Paula Clemente

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Barcelona
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No importó que el bebé durmiera, ni que fueran las tantas de la noche (o no, pero el traje de progenitor de un recién nacido implica que las horas del día funcionen algo diferente). A Conrad Roset le salió el grito del alma. No era para menos. Su segundo videojuego acababa de ganar un BAFTA. Era la segunda vez que la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión hacía de un producto nacido de su empresa, Nomada Studio, un candidato a llevarse estos prestigiosos premios que, aunque más conocidos por el lado de las películas y los programas de tele, también tiene una gala para los videojuegos.

Gris, la ‘opera prima’ de esta desarrolladora barcelonesa que Roset cofundó en 2016 junto a Adrián Cuevas y Roger Mendoza, concurrió en 2019 a las categorías Logro Artístico del año, Mejor Música y Mejor Debut, pero se fue de vacío. Con este precedente y siendo este año solo una la nominación, este ilustrador se convenció de que sus posibilidades eran prácticamente nulas. Pero Neva acabó imponiéndose, convertida en el logro artístico de 2024, según esta organización.

Unas semanas antes se había llevado otra estatuilla al mejor juego de impacto, esta vez en Los Ángeles, en la gala que el sector identifica como sus propios Óscar, los The Game Awards. Galardón, por cierto, que ya ganaron con Gris. Y también los Premios Annie (de nuevo estadounidenses y de nuevo considerados los Óscar de la animación) se han decantado por este producto catalán como Mejor animación de personajes en un videojuego.  

¿De qué va el juego?

Neva, el videojuego en cuestión, cuenta la historia de una chica llamada Alba que va siempre acompañada de un cachorro de lobo blanco. “La historia se estructura en cuatro capítulos en los que el cachorro va creciendo y va cambiando la relación [y obligaciones] que tiene Alba con él”, explicaba el propio Roset a EL PERIÓDICO días antes de publicar el juego. Han pasado 6 meses desde aquel momento y aunque no ha sido el bombazo que fue Gris, su primer lanzamiento, en este estudio con sede en l'Eixample de Barcelona están más que satisfechos con el recibimiento.

“Gris funcionó extremadamente bien –justifica quien entonces explicaba que el juego había recaudado un 2.000% más de lo esperado–, pero no consideramos que este haya ido mal”, afirma. “Lo importante para una empresa como la nuestra es que el juego recupere la inversión, y eso ya lo ha hecho”, asegura. De hecho, de lo que factura Nomada actualmente, un 70% proviene de este juego. El estudio no desvela la cifra anualizada, solo que destinó 3 millones de euros a producir el juego y que ya han vendido lo suficiente como para recuperar la inversión.

¿Quien hay detrás de Nomada Studio?

Con ‘una empresa como la nuestra’, Roset se refiere a un pequeño estudio de videojuegos empeñado en mantener su esencia e independencia para trabajar en los proyectos que guste. Nomada Studio es una desarrolladora con unos 20 trabajadores que fundaron Roset, Cuevas y Mendoza tras conocerse de casualidad a través de amigos en común y decidir apostar por la idea creativa que había tenido el ilustrador. Tienen detrás a la distribuidora de películas y videojuegos estadounidense Devolver Digital, no como dueña, pero si como la socia que les financió el lanzamiento de Gris cuando estaban a punto de darse por vencidos, y que les ha mantenido a flote los cuatro años que han estado desarrollando Neva.

¿Y ahora qué? Devolver les ha dicho que cuenten con ellos para un tercer y un cuarto juego. “Somos rentables, funcionamos… por lo tanto, tenemos vía libre para hacer un tercer y hasta un cuarto juego”, aplaude Roset, que no deja de celebrar su situación ni un minuto, teniendo en cuenta lo complicada que está la cosa para las empresas medianas y pequeñas, especialmente las independientes, aun en una Catalunya que ha logrado hacer de este sector una industria de unos 800 millones de euros de valor, el doble que hace cinco años.

Así, el plan actual de Nomada Studio es medir con cautela sus siguientes pasos. “Tenemos propuestas encima de la mesa”, desvela este emprendedor, sin dar mucha más pista al respecto, solo que se niegan a crecer por crecer (“Hemos visto muchos estudios que crecen desmedidamente porque parece que el camino correcto es hacer cada vez más cosas y no siempre sale bien”, argumenta) y que la prioridad será siempre mantener su esencia

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