Tribunales

Los Mossos incautan documentos y joyas a los albaceas del empresario Pere Mir

Los agentes tratan de esclarecer si las alhajas proceden o no de los bienes del mecenas o si son propiedad de los tres investigados

La jueza del 'caso Cellex' cifra en 6,2 millones el perjuicio provocado por los albaceas de Pere Mir

El edificio Cellex, donde funciona el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO), es un centro de referencia en medicina personalizada en Oncología creado en 2006.

El edificio Cellex, donde funciona el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO), es un centro de referencia en medicina personalizada en Oncología creado en 2006. / VHIO

J. G. Albalat

J. G. Albalat

Barcelona
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El pasado 7 de abril, la jueza de Barcelona que investiga las presuntas operaciones irregulares de los tres albaceas testamentarios del empresario químico y mecenas Pere Mir ordenó la entrada y registro en la Fundació Privada Cellex, en la sede de diversas sociedades vinculadas a la misma y en el domicilio de los investigados: Josep Tabernero Caturla (doctor del mecenas, jefe de Oncología Médica del Hospital Vall d'Hebron y director del Vall d'Hebron Institut d'Oncologia), Jordi Segarra Pijuan (quien fue la mano derecha de Mir) y el abogado Juan Francisco Capellas Canes. Los Mossos requisaron documentos y joyas, según han explicado a EL PERIÓDICO diversas fuentes conocedoras de la investigación policial y judicial.

Aparte del supuesto desvío de fondos y propiedades hacia usos particulares, la jueza Myriam Linage y la policía de la Generalitat están investigando la posible desaparición de una importante colección de relojes y de joyas de Pere Mir, que murió en 2017, y de su mujer, Núria Pàmies, fallecida un año después. En el auto judicial por el que se intervenía la Fundación Privada Cellex y la Mir Puig, así como cuatro sociedades vinculadas a ellas, la magistrada precisa que no se incluyeron en el inventario de la herencia del empresario alhajas valoradas en 2,1 millones de euros.

Los agentes deberán comprobar si las joyas incautadas realmente proceden o no de la herencia de los Mir-Pàmies, por lo que ya han avisado a algunos testigos de que posiblemente deberán acercarse a comisaría para identificarlas. Fuentes cercanas a los investigados han asegurado a este diario que las joyas son propiedad de los imputados y que las alhajas del empresario y su mujer se repartieron entre otros miembros de la familia del empresario químico. Los Mossos también están analizando la documentación confiscada en las fundaciones y sociedades mercantiles intervenidas en busca de más pruebas. Las investigaciones, además, han apuntado a la existencia de un entramado en el extranjero, como las fundaciones panameñas Tama y Elyane.

"En peligro"

Uno de los aspectos que propició que la fiscalía solicitara el nombramiento como administrador judicial de las fundaciones y empresas al Protectorat de Fundacions de Catalunya, dependiente de la Conselleria de Justícia, fue para garantizar la integridad del patrimonio de las entidades españolas designadas como herederas de Pere Mir y de su esposa, las cuales, a su entender y en base a las pesquisas policiales, "se hallarían en peligro", pues las últimas operaciones presuntamente irregulares que se han detectado son recientes. En concreto, la concesión de un préstamo el pasado 19 de marzo o la venta de un inmueble en diciembre de 2024. Sin embargo, los representantes legales de los tres investigados aseguran que ese peligro no existe y rechazan que esa medida sea "proporcionada, idónea o necesaria".

La jueza ha acogido la propuesta de la fiscalía y destaca en su resolución que el investigado Jordi Segarra, que preside el patronato de las fundaciones Cellex y Mir Puig, también está "al mando de la estructura societaria ubicada bajo el paraguas" de las panameñas Tama y Elyane, en las que Pere Mir aportó el patrimonio que había de entregarse a las fundaciones españolas.

Dos testamentos

La magistrada señala que Segarra "no ha garantizado que las fundaciones Cellex y Mir Puig recepcionaran la completa herencia del matrimonio Mir-Pàmies". "Cabe por ello con toda lógica pensar que no ha actuado priorizando sus intereses, sino los particulares y/o los propios de terceros vinculados", añade la togada en su decisión de intervenir las fundaciones españolas. El administrador judicial deberá hacer un informe sobre el estado financiero de las dos fundaciones.

El primer testamento de Pere Mir y su esposa se firmó el 18 de junio de 2013 en Ginebra (Suiza) ante el notaría de Corine Roset Bovine. Según el texto, en caso de fallecimiento de los dos, los bienes debían destinarse a la Fundación Privada Cellex y se designaba como albaceas a Jordi Segarra y José Tabernero, y a otro médico como sustituto. Este acuerdo sucesorio se modificó el 11 de enero de 2017, meses antes de que el empresario muriera, en Barcelona. Y ahí se añadió al tercer albacea, Juan Francisco Capellas. En este nuevo documento, el matrimonio encargaba a Segarra "la ejecución de las operaciones necesarias para el cumplimiento de las instrucciones testamentarias, aunque facultaba a los tres albaceas otorgar poderes a terceras personas. De ahí que Segarra sea una de las claves para esclarecer si ha existido administración desleal o apropiación indebida.

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