Los súper retiran contra reloj la comida que ha quedado en mal estado por el apagón

Desde primera hora de esta mañana, los supermercados que el lunes tuvieron que cerrar por falta de suministro eléctrico han dedicado a parte de sus plantillas a supervisar los productos de neveras y congeladores para asegurarse de que no se había roto la cadena del frío y, por tanto, de que seguían en buen estado y podrían ser comercializados. "Ha ocurrido solo en algunos establecimientos, aquellos que no disponen de grupos electrógenos o que el generador no ha funcionado, ya que para garantizar la calidad de los alimentos y la seguridad alimentaria no pueden ser puestos a la venta", ha detallado una portavoz de la cadena catalana BonPreu, que ha reconocido que, en su caso, "hay algunas tiendas afectadas", pero que todavía no se ha realizado una valoración de daños.

"Más allá de casos puntuales de retrasos en las entregas de algunos productos frescos, el abastecimiento y la seguridad alimentaria están garantizados y la práctica totalidad de las tiendas han abierto con puntualidad y normalidad", ha valorado Asedas, la asociación en la que están integradas las grandes cadenas de supermercados que operan en España. "Las plataformas logísticas, por su parte, están funcionando también a pleno rendimiento y las entregas de mercancía llegan puntuales a los puntos de venta", ha agregado esta asociación.

Una de las pocas empresas que ya han echado números este martes es Ametller Origen, que calcula unas pérdidas de medio millón de euros en productos malogrados y un descenso de las ventas, durante la jornada del lunes, de en torno al 70%.

Maquinaria dañada

La patronal que agrupa a las empresas del sector agroalimentario, la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), ha indicado que "ya se han reportado daños en maquinaria, la pérdida de producción y de materias primas", en todos los ámbitos de la alimentación y las bebidas. También "se han perdido turnos de trabajo y el apagón ha impactado en algunas rutas de distribución", ha detallado la entidad, que tampoco tiene todavía una estimación económica al respecto.

La federación ha advertido sobre la sensación de "inquietud", ya que "se desconocen exactamente los motivos del incidente y, por tanto, "qué medidas se van a tomar para que no se repita". "Sin duda, algunas industrias alimentarias han resultado perjudicadas por la paralización de sus cadenas de producción y por el efecto que la pérdida de suministro eléctrico puede haber ocasionado en productos que lo necesitan para su tratamiento y conservación", han explicado fuentes de la federación.

"En general, la caída de las telecomunicaciones durante buena parte del martes generó las mayores dificultades para coordinar la respuesta", ha lamentado por su parte La Distribución, la antigua Anged, otra de las entidades representativas del sector. De hecho, también en mercados mayoristas como Mercabarna, una de las principales quejas ha sido la dificultad que hubo para comunicarse con clientes y proveedores. En este caso, el mercado central barcelonés estima unas pérdidas de en torno al 10% porque no pudieron realizarse los pedidos. 

En Barcelona va por barrios

Tampoco el comercio de Barcelona ha hecho estimaciones sobre las pérdidas provocadas por el apagón, dado que la afectación ha sido muy distinta según los barrios. Desde Barcelona Oberta, la patronal que aglutina los ejes más céntricos y turísticos, han apuntado que en torno al 80% de sus establecimientos cerraron después del mediodía por imposibilidad de trabajar sin luz y sin datafonos para los cobros. Su principal preocupación la noche del lunes al martes ha sido la seguridad en los casos de persianas que no se pudieron bajar manualmente y de alarmas sin activar, pero consideran que el despliegue policial fue satisfactorio.

Las pérdidas en el segmento del fresco alimentario no han sido significativas, añade el presidente de la entidad, Gabriel Jené, que destaca la colaboración y recursos aportados por el ayuntamiento desde el inicio de la crisis.

En los barrios, Barcelona Comerç tampoco maneja cifras globales sobre la facturación porque cree que la repercusión fue muy irregular: desde comercios que a las 15.00 horas ya habían recuperado el suministro eléctrico, hasta otros que no lo lograron hasta las 2.00 de la madrugada.

El Raval, Nou Barris o Maragall, como ejemplos, reportaron cierres generalizados excepto en terrazas y heladerías, resume esta patronal, aunque este martes se ha retomado la actividad normal sin secuelas. Mientras que barrios turísticos como la Sagrada Família vivieron momentos más caóticos o de confusión, con viajeros que no entendían los cierres ni la situación.

Un elemento que destacan desde esta entidad que reúne a los ejes de proximidad es que cuando muchos bazares se quedaron sin radios a pilas, fueron los anticuarios los que despacharon como nunca aparatos con solera como alternativa. También el hecho de que restaurantes de barrio fiaron a los clientes que no podían pagar con efectivo.