Daños en la economía

Impacto económico del apagón: Catalunya estima pérdidas de casi 900 millones de euros

El corte de suministro ha estropeado productos que dependen de la cadena de frío y ha ocasionado fallos para pagar con tarjeta que aún persisten

Apagón de luz en España, hoy en directo: última hora de las causas del corte, Pedro Sánchez y Red Eléctrica

Paula Clemente
Gabriel Ubieto
María Jesús Ibáñez
Barcelona
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Todos coinciden en que es pronto para conocer la gravedad exacta de la herida y que la prioridad, 24 horas después de que la península ibérica quedara desenchufada, es garantizar que las tiendas abran, operen con normalidad y reciban todo el surtido. Porque una de las primeras complicaciones detectadas este martes a primera hora ha sido que muchos camiones llegaban con retraso. O que muchos de los dispositivos para realizar pagos con tarjetas (TPV) seguían funcionando con dificultad.

"Ya habrá tiempo para analizar las pérdidas", afirma una fuente involucrada en el negocio de la distribución alimentaria. Sin embargo, nadie cuestiona que las ha habido, y ya hay quien ha empezado a cuantificarlas. En una primera estimación, la patronal empresarial catalana Pimec ha cifrado en casi 900 millones de euros las pérdidas generadas por el apagón en la comunidad, una cifra que equivale –dicen– a un día entero de PIB catalán. Serían 1.600 millones a nivel estatal, según otro cálculo de la patronal CEOE.

"Todo el territorio vuelve a tener luz, pero algunos establecimientos sufrieron cortes de más de 10 horas que han provocado daños de productos (cadena de frío, fermentaciones, etc.)", explican desde la patronal, que detecta que la cobertura de las aseguradoras es de lo que más preocupa a los afectados ahora mismo. Pero, además de las pérdidas directas está lo que no hayan podido vender ("muchos comercios aún no disponen de una conexión estable para el TPV", indican también desde esta asociación), así como las horas de sueldo, los trabajadores en casa...

"Constatamos un impacto directo desde el minuto cero del apagón en las ventas, la afluencia de clientes, la organización de los equipos y distintas incidencias en los sistemas informáticos", afirma también Comertia, asociación catalana de la empresa familiar del Retail. "Especialmente grave es el caso de aquellas empresas que han sufrido mermas significativas o se les ha estropeado la mercancía de producto fresco, refrigerado o congelado por falta de temperatura o de conservación", añaden.

La gran industria ha reiniciado su actividad paulatinamente. Seat logró reestablecer su suministro energético sobre la una de la madrugada, para progresivamente reactivar sus líneas de ensamblaje y pintura a lo largo de la mañana y ya poder operar con cierta normalidad en la tarde, según explican fuentes de la compañía. La otra automovilística con fábrica en Catalunya, Ebro, también ha podido reactivar sus producciones a lo largo de la mañana.

Mismo guion han seguido en el gran centro logístico de Amazon, que hasta el turno de tarde de este martes no han podido reestablecer su cadena de distribución y los envíos ultrarrápidos tardarán más de lo habitual en ser entregados.

Las pymes también han reanudado sus producciones. Según calculos preliminares de la patronal vallesana Cecot, las empresas del sector industrial estiman perdidas de 20.000 euros por compañía; en el comercio y la hostalería, la construcción y los servicios estiman pérdidas de 5.000 euros por sociedad. 

En este sentido, Cecot ha reclamado al Gobierno de España que declare el lunes como día inhábil a efectos administrativos para garantizar la seguridad jurídica y evitar perjuicios a las personas y entidades afectadas. "La afectación es generalizada en todo el tejido empresarial, pero el alcance del impacto y las consecuencias difieren en función de variables como el sector, la actividad principal o el territorio donde está el centro productivo", apuntan desde esta asociación, que lo ejemplifica indicando que muchas empresas industriales no han podido empezar con normalidad esta mañana porque muchas líneas de producción requieren tiempo para volver a funcionar. A mediodía, prácticamente la mitad de sus empresas asociadas reconocía haber tenido problemas para arrancar.

Tranquilidad en los supermercados

Lo cierto es que el segmento de los hipermercados y supermercados está tranquilo. "En las plataformas la incidencia es prácticamente nula, porque todas tienen sistemas alternativos de energía y se mantuvo la cadena de frío", explica el secretario general de Cedac, consejo de empresas distribuidoras de alimentación de Catalunya, Roger Gaspa. "Que al principio llegara a cerrar el 50% de las tiendas, no significa que se perdiera la mitad del producto fresco", defiende quien también afirma que la primera impresión que se lleva de sus asociados es que la cosa no pinta "catastrófica".

Con todo, desde primera hora de la mañana de este martes, los supermercados que tuvieron que cerrar por falta de suministro eléctrico han dedicado a parte de sus plantillas a supervisar los productos de neveras y congeladores para asegurarse de que seguían en buen estado y podían ser comercializados. "Ha ocurrido en algunos establecimientos, aquellos que no disponen de grupos electrógenos o que el generador no ha funcionado", ha explicado una portavoz de la cadena BonPreu-Esclat, que ha reconocido que algunas de sus tiendas se han visto afectadas.

En Mercabarna, "el principal problema el día del apagón fue con las telecomunicaciones, que impidieron que muchos clientes pudieran realizar sus pedidos habituales por teléfono, lo que supone que aquí se dejó de vender en torno al 10% respecto a lo que hubiera sido un lunes habitual", ha explicado una portavoz del mercado central barcelonés. El problema de la cadena del frío no parece problema en este caso, sobre todo porque el lunes no hay venta de pescado, que el producto más perecedero.

También las farmacias dependen de la cadena de frío, y, en este caso, el impacto mínimo es algo más incierto. El presidente de Fefac (Federación de Asociaciones de Farmacias de Catalunya), Antoni Torres, explica que todo dependerá del tiempo que se haya pasado sin luz cada establecimiento. "Hay que tener en cuenta que los medicamentos tienen unos márgenes de seguridad, tienen que estar custodiados en entre 2 y 8 grados de temperatura, pero en caso de accidente cada laboratorio dispone de información de reacción", contextualiza.

Por ejemplo, que solo haya que desecharlo si el medicamento ha estado sometido a cierta temperatura cierto tiempo y que el daño sea una fecha de caducidad menor, pero no el viaje directo a la basura. "El efecto es relativo, lo que está claro es que hoy todo el mundo va a hacer esta revisión y que el grado crítico es el tiempo, porque no es lo mismo 4 horas, que 18".