Tribunales
La jueza del 'caso Cellex' cifra en 6,2 millones el perjuicio provocado por los albaceas de Pere Mir
La magistrada sostiene que los albaceas de la fortuna del empresario químico y su esposa "actuaron en su propio interés"
Los Mossos sospechan de la no inclusión en el testamento de joyas y relojes valorados en 2,1 millones de euros
Investigados por "administración desleal" los albaceas de la fortuna de Pere Mir, entre ellos el oncólogo Josep Tabernero

El edificio Cellex, donde funciona el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO), es un centro de referencia en medicina personalizada en Oncología creado en 2006. / VHIO


J. G. Albalat
J. G. AlbalatRedactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Premio del Col.legi de l'Advocacia de Barcelona a la Trayectoria en el Periodismo del Sector Legal 2023. Colaborador de publicaciones jurídicas. Ha ejercido de profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
La jueza de Barcelona Myriam Linage Gómez ha cifrado en 6,2 millones de euros el perjuicio ocasionado por las presuntas operaciones irregulares de los albaceas testamentarios del empresario químico y mecenas Pere Mir, de los que 2,2 millones corresponden a la Fundación Privada Cellex, creada por este industrial para financiar la investigación científica, según el auto judicial por el que se interviene esta entidad, la Fundació Privada Mir Puig y cuatro sociedades asociadas. Los investigados por presunta administración desleal y apropiación indebida son Jordi Segarra Pijuan, mano derecha de Mir; Josep Tabernero Caturla (jefe de Oncología Médica del Hospital Vall d'Hebron y director del Vall d'Hebron Institut d'Oncologia), y el abogado Juan Francisco Capellas Canes.
La resolución judicial, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, subraya que las personas investigadas actuaron "en su propio interés" o de terceros y "han desviado o retenido bienes que deberían haber sido entregados a las fundaciones beneficiarias como herederas del patrimonio" del matrimonio de Pere Mir, que murió en 2017, y de su mujer, Núria Pàmies, fallecida un año después.
Los investigados niegan las acusaciones y sostienen que han actuado conforme a la voluntad del empresario químico. Los hasta ahora gestores de la Fundación Cellex recalcan que entre 2014 y 2023 esta entidad recibió donaciones por 77,4 millones de euros procedentes de "la estructura de mecenazgo" de Pere Mir y se han destinado a ayudas para la investigación científica por 72 millones de euros, por lo que califican su actuación de "eficaz y constructiva".
Los hasta ahora gestores de la Fundación Cellex sostienen que entre 2014 y 2023 esta entidad recibió donaciones por 77,4 millones de euros
El epicentro de la investigación realizada por los Mossos es, sobre todo, uno de los albaceas. Se trata de Jordi Segarra, mano derecha de Pere Mir, y que, según los cálculos de la jueza, podría haberse apropiado de 287.968 euros. Las pesquisas sitúan en un nivel inferior al segundo de los albaceas, JosepTabernero, y al abogado Juan Francisco Capellas Canes. La defensa de los imputados han alegado en el juzgado que los oficios policiales "son sesgados", que hay "insuficiencia indiciaria" y que, por lo tanto, no corren peligro los bienes heredados. El matrimonio Mir-Pàmies encargó, precisan, directamente a Segarra "la ejecución de las operaciones necesarias para el cumplimiento del testamento" y así lo hizo. La jueza, además de la intervención de las fundaciones y las empresas, ha prohibido la venta de cuatro inmuebles situados en la ciudad de Barcelona, dos de Segarra y dos de Tabernero y su esposa, así como otras dos fincas de este matrimonio en la localidad de Salardú (Valle d'Arán).
Préstamos y joyas
Los Mossos y la jueza sitúan a Segarra en la mayoría de operaciones presuntamente irregulares y que van desde transferencias de empresas asociadas a las fundaciones a su cuenta personal, "simulando" adelantos de nómina, la concesión de tres préstamos en condiciones ventajosas (uno de 1,5 millones de euros), reintegros en efectivo realizados desde la cuenta de Núria Pàmies, emisión de cheques cuando la mujer ya había fallecido y la utilización de fondos "para fines ajenos a la gestión" de un albacea, como efectuar transferencias a antiguos trabajadores del matrimonio, y a familiares de estos, con las que conseguiría ganarse su lealtad o su silencio". El auto concreta, con base en las pesquisas de los Mossos, que se "ha podido observar" el cobro efectivo de cheques con cargo a la cuenta de Núria Pàmies, "careciendo de justificación o con justificaciones que no procederían".
Los Mossos consideran que las operaciones presuntamente irregulares ha provocando además un "deterioro patrimonial" y no descartan que existan más bienes en el extranjero
Los Mossos, además, considera sospechosa la no inclusión de joyas y relojes del matrimonio fallecido, y valorados en 2,1 millones de euros, en el inventario de la herencia que acabó recibiendo la Fundación Cellex. Y añade: "Se desconoce su destino". A Tabernero, que fue el médico del empresario, la magistrada le atribuye una supuesta apropiación de 954.000 euros vinculados a la donación a él y a su esposa por parte de una de las empresas administradas por Segarra (Simex) de una vivienda y dos plazas de aparcamientos en la Vall d'Aran, así como la entrega de 312.000 euros. Según la jueza, las fincas y el dinero donado formaban parte del patrimonio de una de las compañías asociadas y debería haber ido a la fundación Cellex. Fuentes cercanas a Tabernero han asegurado a este diario que Pere Mir le donó esos fondos y propiedades de palabra en vida y se ejecutó su voluntad.
Los Mossos consideran que estas operaciones "han ocasionado perjuicios sustanciales" en las sociedades, "incurriendo la mayoría de ellas en pérdidas financieras", provocando además un "deterioro patrimonial" que, de no haberse producido, "habría podido ser utilizado en beneficio de las propias entidades" y repercutido en las fundaciones privadas Cellex y Mir Puig, entidades herederas del patrimonio de la familia Mir-Pàmies. La policía apunta que podría existir "una parte importante" de bienes en el extranjero no revelados hasta la fecha". La jueza recalca en su auto que los albaceas deberían haber administrado los bienes del matrimonio fallecido, pero que "no lo han hecho así, o al menos de forma completa, habiendo omitido entre los activos bienes de alto valor cuya localización se desconoce", y "destinado otros a ellos mismos o a terceros vinculados".
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