Inspección de Trabajo

Treball empieza a vigilar que las empresas que usan inteligencia artificial no la empleen para abusar de sus empleados

La Inspección supervisará que no se produzcan discriminaciones en los procesos de selección o que un algoritmo no sobrecargue a los trabajadores

Un algoritmo podría acabar decidiendo cuál es tu salario

Una empleada frente a un ordenador.

Una empleada frente a un ordenador. / EDUARDO PARRA / Europa Press

Gabriel Ubieto

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Barcelona
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La inteligencia artificial está multiplicándose y echando raíces en los centros de trabajo. Muchos trabajadores ya han incorporado a Chat GPT, Gemini o similares como su copiloto diario, hasta el punto de que, según los datos del último barómetro de Infojobs, uno de cada tres empleados declara usar herramientas de IA en el trabajo de manera recurrente. Y si bien este tipo de aplicaciones se han popularizado hace relativamente poco tiempo entre las plantillas, las empresas van un paso por delante y hace días que tienen integrada la IA como parte de su operativa. Y cada día son más, hasta el punto de que, según un estudio de la consultora Randstad, el 46% de las compañías en España usa de un modo u otro la IA en sus procesos.

La logística, por ejemplo, tira de algoritmos para planificar y distribuir las cargas de trabajo a lo largo de su cadena de distribución y seguir en tiempo real la paquetería de almacén a almacén, pasando por camiones, muelles y cargueros. Las empresas de trabajo temporal (ETT) filtran decenas de miles de currículos que postulan a una única oferta de empleo a través de inteligencia artificial y así luego pueden presentar a la empresa contratante una acotada lista de candidatos. O algunas constructoras monitorizan mediante pulseras inteligentes la temperatura corporal de sus obreros y les salta una alarma cuando esta aumenta y el trabajador corre el riesgo de sufrir una insolación.

Una infinidad de usos que pueden redundar en una mayor productividad y seguridad de los trabajadores, pero que también pueden ser utilizados para discriminar a determinados perfiles y evitar contratarlos, frenar promociones, medir la productividad para luego despedir o adjudicar una carga de trabajo excesiva que acaba lesionando al empleado, entre muchos otros.

"En Estados Unidos hay hoteles que obligan a las camareras de piso a llevar unas pulseras que miden cuánto tiempo tardan en hacer una habitación y si se demoran mucho, pitan", explica el profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Valencia, Adrián Todolí. "Pero también pasa aquí en España. En Alicante hay una fábrica de zapatos que calcula cuánto tiempo tarda cada trabajador en hacer una unidad. El algoritmo estudia la pericia de cada empleado con uno u otro material y luego les ubica en una u otra línea de producción en función de qué tipo de zapato se les da mejor fabricar", añade el jurista, una de las voces más autorizadas en España sobre IA y el mundo laboral

Con el fin de velar por la seguridad y las condiciones laborales de los catalanes, la Inspección de Trabajo ha incluido por primera vez este 2025 en su plan de actuaciones la vigilancia expresa de la inteligencia artificial. Según ha explicado la directora del cuerpo dependiente de la Generalitat, Laura Freixas, este martes en un acto con periodistas, la ‘policía laboral’ empezará supervisando que todas las empresas que utilicen la IA en su día a día tengan informados a sus trabajadores de en qué la están usando y bajo qué parámetros se mueven los algoritmos.

Deber de información

El deber de información de las empresas y el derecho a estar informados de los trabajadores son cuestiones obligatorias incorporadas en el reglamento de la Unión Europea sobre inteligencia artificial. También en la legislación española, concretamente ese derecho de información de las plantillas lo incluyó el Ministerio de Trabajo en la conocida como ‘ley Rider’, aprobada en 2021.

La supervisión de la policía laboral se presume como clave para evitar abusos, dado que el grado de desconocimiento por parte de las plantillas de lo que es y para lo que puede servir la IA es vasto. El 53% de los españoles de 25 a 64 años reconoce saber poco o nada sobre ella, según un estudio al respecto publicado por Funcas a finales del año pasado.

Según ha explicado Freixas, la Inspección empieza ahora a incorporar la vigilancia de algoritmos y demás sistemas automatizados en su extenso catálogo de campos a supervisar. Para ser eficientes y efectivos en ello, están impartiendo formaciones a los 191 efectivos de los que dispone la Generalitat de Catalunya. Y, más concretamente, hay un inspector designado para recibir formación avanzada y específica en programación y algoritmos que pueda liderar actuaciones específicas en materia de IA. 

Los sindicatos, por su parte, han estado formando a sus cuadros durante los últimos meses para que puedan ejercer ese derecho de información de manera eficiente. Uno puede preguntar lo que sea, pero si no sabe qué preguntar, la empresa puede omitir importantes detalles importantes sobre en qué y para qué emplea la IA.

Según explica Todolí, en Alemania la normativa obliga, desde 2021, a que todo programa que la empresa pretenda instalar y afecte a las condiciones laborales de la plantilla debe consultarlo previamente con los sindicatos. Y pagarles la asesoría del experto informático que estos elijan para supervisar el nuevo algoritmo y ver qué potencialidades puede tener.