Estafas
Atención si recibes una carta naranja: cómo reconocer si se trata de una estafa
Este fraude simula un aviso urgente de una administración pública o una entidad bancaria, perfectamente elaborado para evitar sospechas

La estafa del sobre naranja engaña a los usuarios con una apariencia seria y formal. / EPC
Helena Sala
Helena SalaRedactor de Activos
Podría parecer un aviso de Hacienda, una comunicación del banco o incluso una notificación judicial. Llega con aspecto serio, lenguaje formal y colores que captan la atención. Pero no es lo que parece. La estafa del sobre naranja ha comenzado a recorrer buzones por todo el país, apelando a una antigua pero efectiva fórmula: el miedo.
En un mundo saturado por amenazas online, este engaño destaca por su sencillez: nada de correos electrónicos ni SMS sospechosos, solo una carta física, perfectamente diseñada para parecer legítima. El sobre, de un color naranja llamativo, destaca entre las cartas habituales. Y eso no es casualidad.
Dentro, encontramos un documento que parece redactado por una administración pública o una entidad bancaria. Sin faltas, con terminología jurídica y, sobre todo, urgencia en cada línea: se exige una acción inmediata, se advierte de consecuencias legales o económicas y se apela a una respuesta rápida.
El objetivo: activar el miedo y evitar el pensamiento crítico
Mensajes como "Pago inmediato", "Notificación de embargo" o "Última oportunidad" aparecen en grande, subrayados o en negrita, acompañados a veces de códigos QR o enlaces web que conducen a portales falsos. Allí, los estafadores esperan robar datos personales, bancarios o incluso autorizar cargos económicos sin que la víctima se dé cuenta.
Quienes caen suelen ser personas mayores, desconfiadas de lo digital pero confiadas ante lo físico. Acostumbradas a creer en el valor de un sello y en el peso de un documento impreso. Y es precisamente eso lo que explotan los delincuentes: la confianza en lo tangible.
¿Qué hago si me llega una carta sospechosa?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha asegurado que “las entidades oficiales no solicitan pagos urgentes por este medio, ni emplean un tono amenazante”. Ante cualquier duda, lo más recomendable es no escanear, no llamar y no entrar en ningún enlace. La mejor reacción es detenerse, leer con calma y contrastar con los canales oficiales de la entidad que supuestamente firma la carta.
Si el contenido genera sospechas, se recomienda notificarlo a la policía o a una oficina de defensa del consumidor. Porque aunque parezca un trámite administrativo, puede ser el principio de un fraude bien orquestado.
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