Mercado inmobiliario
Guim Costa, decano de los arquitectos catalanes: "Hay que planificar bien este impulso a la vivienda... ¡A ver si al final nos van a faltar andamios!"
"Los arquitectos no estamos de acuerdo con la licencia básica porque no tiene sentido", afirma el presidente del colegio oficial de arquitectos
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Guim Costa Calsamiglia, decano del Col·legi Oficial d'Arquitectes de Catalunya (COAC), en la azotea de la sede colegial, en Barcelona. / MANU MITRU / EPC


María Jesús Ibáñez
María Jesús IbáñezPeriodista
Redactora en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA desde el año 2002. Especialista en Alimentación.
Guim Costa Calsamiglia (Barcelona, 1968) es el decano del Col·legi Oficial d'Arquitectes de Catalunya (COAC) desde 2022, un año en el que el sector inmobiliario estaba empezando a recuperarse del fuerte impacto que le supuso la pandemia del covid. Desde entonces, el problema de la vivienda se ha colocado como una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, según revelan las encuestas, y parece que por fin las administraciones han tomado la iniciativa y han empezando a impulsar la construcción.
En siete meses de Govern Illa, parece que por fin se está regulando y se reactivado la actividad en el sector de la construcción, con medidas que deberían acelerar la obra nueva y hacer más accesible la vivienda...
Sí, parece que han pisado el acelerador, y estamos encantados de que se pongan en marcha nuevos proyectos, sobre todo en la cuestión de la vivienda. En los últimos 15 años, hay un millón y medio de catalanes más y muchos de ellos, entre los que se cuentan muchos jóvenes y recién llegados, tienen que vivir en pisos compartidos o en viviendas que no son adecuadas para desarrollar sus proyectos de vida, sus planes... Hay que construir más vivienda, necesitamos más oferta, porque venimos de dos décadas de déficit, primero por la crisis económica que supuso el estallido de la burbuja inmobiliaria, entre 2008 y 2014, y luego por el covid, que volvió a paralizarlo todo. El mercado de la protección oficial desde 2012 ha estado prácticamente parado. En cambio, la población no ha dejado de crecer.
¿Y ya no?
El otro día hicimos en el colegio la presentación de un estudio sobre vivienda social que han elaborado los economistas Agustí Jover y Miquel Morell y una de sus conclusiones es que en esta parálisis ha habido una componente importante de falta de inversión por parte del Estado. Bien, pues ahora que el gobierno central, el autonómico y también el municipal, en el caso de Barcelona y de otras ciudades, están alineados, es momento para que toda esta agitación se plasme en la realidad. El problema, como advertían Jover y Morell, es que para llegar a cubrir la demanda hay que multiplicar por 17 el ritmo de construcción. Y eso significa multiplicar por 17 la actividad de los arquitectos, multiplicar por 17 la de los constructores, multiplicar por 17 la de las empresas que prestan los servicios...
¿El sector está preparado para eso?
Aquí lo importante es que haya una buena planificación a años vista: que este año, por ejemplo, el ritmo se acelere por dos o por tres, y que el año siguiente se multiplique por cinco. Lo importante es que no nos precipitemos y se hagan las cosas con los medios y recursos adecuados. ¡A ver si al final nos van a faltar andamios para poder construir! En todo caso, sí puedo afirmar que los arquitectos, los que proyectamos al inicio del proceso, sí que estamos preparados y con ilusión para afrontar el reto.

Guim Costa Calsamiglia, decano del Col·legi Oficial d'Arquitectes de Catalunya (COAC), en la azotea de la sede colegial, en Barcelona. / MANU MITRU / EPC
¿Cree que las medidas que se han ido aprobando o que ha anunciado el Govern van en esta línea?
Hay cuestiones como las que prevén un nuevo modelo de financiación para los promotores que construyan vivienda de alquiler a precio asequible que van por buen camino, porque hay que dar facilidades para que la iniciativa privada entre en este ámbito. Debemos contar con los constructores y los promotores privados, porque la administración pública, por sí sola, no va a poder sacar adelante este proyecto. La construcción de vivienda debe venir del ámbito tanto público como privado y las nuevas medidas del Govern van en la línea de facilitarla.
Pero tengo entendido que hay otras medidas, como la licencia previa básica, con la que ustedes no están demasiado de acuerdo...
Los arquitectos no estamos de acuerdo con la licencia básica porque no tiene sentido. Hay que dar las licencias con el proyecto ejecutivo acabado y hay que poner más manos a trabajar para revisar los proyectos y a conceder licencias, para ir más rápido. La licencia básica es una demanda principalmente de los promotores, pero los arquitectos creemos que puede complicarnos la vida a todos ¿Qué pasa si se realiza un movimiento de tierras para, por ejemplo, instalar un ascensor, donde no corresponde exactamente? ¿O si se colocan unos cimientos sin haber realizado los cálculos que son necesarios para ello? Pues lo que pasa es que se traslada la responsabilidad a los arquitectos... Nosotros lo que decimos es que se cumpla la ley actual, que las licencias se otorguen dentro del plazo de dos meses que está previsto, y que no se demoren hasta siete u ocho meses como pasa ahora. Y que sean licencias bien dadas, licencias ajustadas a la normativa. A todas las normativas: la de incendios, la de accesibilidad o la de habitabilidad. Otra cuestión importante es que la administración pública debería simplificarlo para agilizar el proceso. Hemos acumulado una cantidad de normativa ingente, imposible de encajar toda en un proyecto sin que haya contradicciones. Y, además, los proyectos se han convertido en una relación de gran cantidad de documentos muy difíciles de digerir a la hora de tramitar las licencias.
En todo caso, en Catalunya, todavía no se ha hablado de rehabilitación, que es justamente una de las vías que más defiende el colegio de arquitectos
La rehabilitación tiene que abordarse con fuerza. Tiene que haber un plan potente de inversión pública, que cuente con la colaboración de la iniciativa privada, para recuperar edificios ya existentes, de manera que los cascos urbanos consolidados sigan teniendo vida y atraigan a los jóvenes. ¡Los cascos históricos son la mejor 'ciudad de los 15 minutos', con todos los servicios cerca! Ese plan debería convencer a los promotores de que hay posibilidad de ganancias en la rehabilitación, es decir, tendría que poder equipararse a los precios de la obra nueva. Otro aspecto que debería tenerse en cuenta, por ejemplo, es el de actuar sobre edificios enteros, a menudo de una alta calidad constructiva, para ser rehabilitados, actualizados según la normativa, y puestos de nuevo en el mercado. Y en este punto, vuelvo a insistir, los arquitectos estamos preparados para este cometido.
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