Experiencia de compra
Keonn diseña desde Barcelona para todo el mundo la nueva tienda del futuro
Cadenas como Zara, Lefties, Decathlon y H&M ya utilizan la tecnología de la empresa, que integra autopago, antirrobo, inventario automatizado y probadores inteligentes
La compañía empieza ahora a recoger los frutos de años de trabajo: en 2024 aumentó su facturación más del 80% y en 2025 contempla doblarla, hasta los 40 millones de euros
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El CEO y cofundador de Keonn, Ramir de Porrata-Dòria, muestra el sistema de reconocimiento de productos que dispensa en los provadores de las tiendas. / Zowy Voeten


Glòria Ayuso
Glòria AyusoPeriodista
En la tienda de ropa del futuro, el cliente entra en el probador y toda la información sobre el producto que se está probando aparece automáticamente a un lado del espejo: las tallas y colores disponibles, las características de los materiales e imágenes de las mejores combinaciones con otras piezas de ropa. Si es necesario un cambio de talla, el cliente puede apretar un botón solicitando una nueva pieza sin tener que salir del probador.
“El cliente está en la tienda y en Internet a la vez”, explica el CEO y cofundador de Keonn, Ramir De Porrata-Dòria. Eso ya es posible mediante la tecnología del internet de las cosas (IoT) que ofrece esta empresa barcelonesa a las grandes cadenas de ropa y de deporte que venden en todo el mundo.

Ramir de Porrata-Dòria, CEO de Keonn. / Zowy Voeten
Sin intervención humana
Por el momento, y utilizando la misma tecnología de detección por radiofrecuencia, ya ha implantado con éxito otra solución innovadora en tiendas como Zara, Lefties y H&M, entre muchas otras. Se trata de un sistema de identificación y monitorización de los productos a través de sus etiquetas, que incorporan minúsculas antenas y chips.
Por una parte, como sucede en Decathlon, los clientes depositan la compra en las cajas de autopago, donde se detecta de forma automática todo el contenido y se muestra el importe a pagar. Realizada la compra, el sistema descuenta automáticamente los productos del stock de la tienda y desconecta su sistema de alarma. Cuando se realiza una devolución, el proceso se invierte: el producto se incorpora al stock y se activa la alarma.
Keonn equipa la tienda con los sensores y el hardware de reconocimiento. En los comercios, desaparecen las barreras de las puertas por un sistema anti-hurto invisible en el suelo.
Apagar las luces
En la tienda que ya es del presente, al cerrar, el personal ya puede apagar las luces y marchar: es un robot el que se activa para realizar el inventario. Durante la noche, advierte de aquello que será necesario reponer, y ofrece la localización de las piezas de ropa que se encuentran mal ubicadas marcando en el ordenador su lugar. “Esta solución es la que dio el nombre a la empresa: mostramos qué hay y dónde se encuentra (què y on en catalán)”, explica De Porrata-Dòria.
Para las grandes tiendas, un sistema de reconocimiento fijo en el techo se encarga de realizar ese mismo inventario cada cinco minutos durante todo el día. La misma tecnología de reconocimiento es “capaz de detectar a distancia todo el contenido de un palet con más de 200 productos en segundos, sin tener que escanear ni un solo código de barras”, remarca el consejero delegado y cofundador de la empresa.

Etiquetas que incorporan un chip y una antena para el reconocimiento por radiofrecuencia mediante el software de Keonn. / Zowy Voeten
Aumento de ventas
Según Keonn, su tecnología permite una mejor experiencia de compra que repercute en un aumento de ventas de entre el 5% y el 10%. “El cliente encuentra en su lugar lo que necesita, y no es necesario que salga del probador ni hacer una larga cola para pagar. El personal de las tiendas, en vez de tener que buscar y poner orden entre los productos o estar en caja, puede destinarse en las tareas de ayuda y atención a los clientes”, afirma el directivo.
La tecnología de Keonn se encuentra en los grandes retailers que controlan toda la cadena de suministro e indican a sus proveedores que coloquen las etiquetas con las antenas y chips de radiofrecuencia que requiere la tecnología de Keonn, y que “son muy económicas”, asegura el empresario.
Si bien existen competidores, la suya es “la única propuesta que permite a los retailers incorporarlo todo: autopago, antirrobo, inventario automatizado y probadores inteligentes”. Keonn exporta el 95% de sus ventas, a un total de 70 países, contando con oficinas comerciales en Estados Unidos, Inglaterra y Singapur. La firma empezó su andadura en 2011. Con 70 empleados, “competimos con empresas mucho mayores y la única forma de hacerlo es con I+D”, a lo que se dedica uno de cada tres trabajadores, explica el CEO.

Robot de Keonn que realiza en inventario de productos de forma automatizada. / Zowy Voeten
Ascenso meteórico
Es ahora cuando la empresa empieza a recoger los frutos de años de trabajo. Keonn alcanzó una facturación de 19 millones de euros en 2024, un 84% más que el año anterior, y en 2025 contemplan doblarla hasta los 40 millones. “No hemos repartido dividendos, todo se ha invertido siempre en I+D”, resalta.
En su nave en el barrio de Bon Pastor de Barcelona, no solo diseñan su tecnología, sino que también la ensamblan. “Tener la producción localizada aquí permite identificar mejoras y reducir costos”, explica. El desafío de emprender en el sector industrial radica en la alta inversión inicial requerida. Sin embargo, el CEO de Keonn defiende que el resultado son empresas que impulsan la innovación, con propuestas que afrontan poca competencia internacional. Se trata de "una industria limpia, sin humos ni ruidos, pero con un alto valor añadido, importante para lograr una economía diversificada".

En las instalaciones de Keonn en el barrio de Bon Pastor de Barcelona se ensambla la tecnología que luego distribuye por todo el mundo. / Zowy Voeten
La clave: Barcelona
La empresa ha realizado tres rondas de financiación, la última en 2019, con inversores catalanes. Aun así, los fundadores mantienen más del 50% de la propiedad.
Hace poco más de dos años, tuvieron que abandonar Poblenou debido al alto costo de la zona y se trasladaron a Bon Pastor para mantenerse en la ciudad. Esta decisión resultó clave para atraer talento: “Mi negocio depende de captar talento para desarrollar productos innovadores. Si me voy de Barcelona, pierdo a la gente”, concluye De Porrata-Dòria.
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