Empresas
Marieta Jiménez (Merck): "En el primer puesto directivo al que opté me propusieron entrar en los comités de dirección solo como oyente"
La presidenta de healthcare de Merck en Europa es una de las ejecutivas españolas de referencia en una multinacional
Acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres en España, afirma, elevaría el PIB más del 17%

Marieta Jiménez, vicepresidenta europea de Merck Healthcare. / José Luis Roca


Natàlia Ríos
Natàlia RíosVivir en Suecia durante dos años supuso un antes y un después en la vida de Marieta Jiménez, presidenta de Healthcare de Merck en Europa, la multinacional alemana de productos farmacéuticos, químicos y de biotecnología. En 2015, recién divorciada, le ofrecieron la dirección de la filial de Merck en Suecia. Sus hijas, Irene y Marta, tenían entonces 16 y 14 años, respectivamente. Después de hablarlo con su exmarido, acordaron que podía ser una buena experiencia para las niñas, así que se trasladaron las tres a Solna (Estocolmo). Aterrizaron en agosto.
Los tres primeros meses fueron "muy duros". "Íbamos mentalizadas que hasta Navidad íbamos a sufrir", añade. Efectivamente, fueron meses duros, pero la igualdad de género que vivió en la cultura empresarial sueca la cambió para siempre. "Están a años luz de nosotros en todos los aspectos. Tienen unas condiciones de igualdad tan reales que cuando volví a España no podía creer la cultura tan jerárquica que tenemos aquí", sentencia la presidenta.
Tras esa experiencia, sus hijas también la hicieron reflexionar: "Una noche cenando con amigos me preguntaron: ‘Mamá, ¿eres feminista?’. No me había planteado nunca la importancia de tomar un papel activo en la causa de la igualdad". Fue entonces cuando decidió que debía hacer algo para ayudar a cerrar la brecha de género y poco después creó la asociación Closingap, que, entre otras iniciativas, mide el impacto económico de la desigualdad para demostrar "que tener condiciones iguales es una fuente de riqueza e impacta directamente en la economía". "El objetivo es trabajar -añade- para cerrar la brecha de género siendo conscientes que si no lo hacemos se genera una pérdida económica relevante y un impacto en el PIB". En el último informe de Closingap, publicado en febrero, se indica que cerrar la brecha de género aportaría a la economía española 255.755 millones de euros, lo que equivale a un aumento del 17,1% del PIB.
Cuando llegó al cargo europeo que ejerce ahora, había un 25% de mujeres en posiciones de dirección general. Ahora son el 42%
Jiménez nació en 1966 en Ciudad Rodrigo (Salamanca), donde se formó hasta los 18 años. Curiosa y activa, pasó su infancia participando en todo tipo de actividades. Iba cada día a clase de francés, hizo un curso de socorrismo, se sacó el título de mecanografía, fue catequista, participó en todos los campamentos de verano y estudió teatro. Explica con orgullo que tiene el premio a la mejor actriz de la provincia. "Me inculcaron desde siempre la importancia de tener una actitud proactiva en la vida, de conocer cosas", recuerda. Estudió Farmacia en Salamanca. En realidad, quería haber estudiado Periodismo. Le atraía la idea de saber qué pasa en el mundo. Quería ser corresponsal. Pero para estudiar Periodismo tenía que irse a Madrid y para sus padres era más sencillo que estudiara en Salamanca. Como también era muy buena en ciencias, sus profesores la animaron a probar en Farmacia. Al acabar el primer año llamó a su padre y le dijo que esa carrera no era para ella. Este le pidió que aguantara un año más. Y durante ese segundo curso empezó a disfrutar de los estudios y descubrió su vocación investigadora.
Vocación oculta
Después de presentar su tesina, su novio, que luego se convirtió en el padre de sus hijas, consiguió trabajo en Madrid y se trasladaron juntos a la capital. Una semana después, Jiménez encontró trabajo en el laboratorio español Lederle, que acabó comprando Wyeth. Luego Pfizer compró Wyeth. Estuvo tres años haciendo estudios clínicos hasta que el director general de la compañía le reveló: "Marieta, aunque no lo creas, tienes una gran vocación comercial y te vamos a pasar a márketing". Lo disfrutó muchísimo y desde ese momento toda su carrera profesional ha estado ligada a la parte más comercial.
Después de la fusión de Lederle con Wyeth, empezó a sentirse atraída por el mundo de la psiquiatría cuando Lilly, especializada en este segmento, le hizo una oferta de trabajo. Aceptó y estuvo siete años en el área de márketing y ventas. Siempre buscando retos: "Los roles me duraban, como máximo, tres años. Pienso que el primer año es para entender; el segundo, para dejar tu impronta, y el tercer año, para demostrar". De Lilly le llamaron de AstraZeneca, donde trabajó los siguientes siete años.

Marieta Jiménez, vicepresidenta europea de Merck Healthcare, durante un momento de la entrevista. / José Luis Roca
Lo más difícil para Jiménez fue conseguir su primer trabajo en un puesto dirección. Fue en Astra Zeneca. "Me costó llegar. Aunque entonces no era consciente, era un momento fundamentalmente masculino -rememora- y llegar a una posición de responsabilidad era muy difícil. Nadie esperaba en aquellos años que una mujer demandara ser directora general".
De hecho, hubo un momento en AstraZeneca, antes de que la nombraran directora, que quedó esa posición vacante. Se presentó al puesto y le dijeron que creían que todavía no estaba preparada. "Me propusieron entrar en las reuniones de dirección solo a observar". Estuvo cerca de cinco meses "en los comités de dirección escuchando y aprendiendo, sin poder contribuir". "Y cuando trataban algún tema delicado -prosigue-, pedían que saliera de la sala". Acabaron nombrando a un director para la unidad de negocio en la que había aplicado Jiménez y tuvo que esperar su siguiente oportunidad, que se presentó un año más tarde. Tenía claro qué era lo que quería. "Me gustan los retos -asegura- pero si me ponen trabas todavía lo anhelo más".
En enero de 2014 la llamaron de Merck para dirigir el área de negocio de fertilidad: "Fue un desafío que me sedujo desde el primer momento", cuenta. Su primer embarazo fue gracias a la fecundación artificial. "No solo podía entender el negocio, también entendía al paciente porque lo había sido". El día que fue a Merck a hacer la entrevista de trabajo se encontró en el ascensor a Belén Garijo, actual CEO global de Merck, y habló 10 minutos con ella. "Me conquistó. Desde entonces, Belén ha sido siempre una inspiración para mí. Quise trabajar en Merck y entré contándoles que quería ser directora general de España", relata. Tras año y medio en fertilidad, le ofrecieron la dirección general de Suecia "algo por lo que necesitaba pasar si quería ocupar el cargo en España".
En Suecia comprobó que, respecto a la igualdad, hay una parte cultural "que hay que cambiar desde abajo, con la educación en casa". "Los niños en Suecia -argumenta- estaban en el parque con sus padres, hombres. Los padres se toman la mitad de la baja de crianza. Los niños crecen entendiendo que es normal que su padre esté en el parque mientras su madre trabaja, ven que el tiempo compartido es realmente por igual. Y las empresas tenemos que facilitar que eso sea posible. Las mujeres siguen soportando la carga no solo de los niños, no también de los mayores. Hay que solucionarlo y debe haber leyes que lo apoyen".
Jiménez volvió a España en 2017 para ser la directora general de Merck en su país, "feliz, transformada y con ganas de hacer muchas cosas". Realizó todos los cambios internos que consideró oportunos y cuando todo empezaba a rodar se planteó: "Qué más puedo hacer para impactar socialmente". Expuso en Merck que quería crear Closingap y solo le pusieron una condición: si los objetivos empresariales se cumplen, no hay problema. "Estaba muy interesada en que se sumaran a Closingap las empresas que cotizan en el Ibex para poder realmente impactar, todas ellas dirigidas por CEO hombres. Me escucharon y se comprometieron. Hablamos de empresas como Repsol, CaixaBank, Telefónica, Endesa, Mapfre... No son empresas menores y eso indica que las cosas están cambiando", subraya.
Hace ya 11 años que entró en el grupo alemán. "Durante un tiempo, mi reto era llegar a posiciones de liderazgo y ahora estoy en otro momento vital donde mis objetivos se dirigen a qué cosas puedo hacer para transformar la sociedad. Merck me ha dado la posibilidad de satisfacer esa necesidad que tenía de generar impacto más allá de la empresa".
Más mujeres en dirección
Cuando llegó a la posición europea que ejerce en estos momentos, había un 25% de mujeres en posiciones de dirección general. Ahora son el 42%. Como líder, Jiménez es una persona comprometida y con mucha seguridad a la hora de conseguir los objetivos. "No desfallezco y genero a mi alrededor un ambiente de optimismo, de ilusión, de ganas y de lucha por llegar a la meta". Se define como una mujer "transparente, de pueblo, con pocas dobleces", y a la que le gusta trabajar en equipo. "Creo que aporto visión, dirección, ganas, ilusión y fe en que las cosas se consiguen". Está absolutamente convencida que su gran crecimiento como líder se produjo en Suecia. "Me transformé totalmente. Siempre he dicho que el liderazgo tiene que ver con el amor, querer a tus empleados y que te quieran a ti. Lo puedes llamar confianza, si quieres. Quiero que me recuerden como una líder que se preocupó, cercana y que peleó por su equipo".
Se siente orgullosa de haber conseguido siempre lo que se ha propuesto. "Nuestro modelo de negocio tiene que ver con medicinas que ayudan a la gente y cada vez que se consigue un objetivo financiero lo que hay detrás es que estamos ayudando a mucha gente. Me siento muy orgullosa de los millones de padres y madres que han tenido hijos gracias a nuestros productos, de la nueva innovación que lanzamos para la esclerosis múltiple, me siento muy orgullosa de la innovación que proporciona nuestra industria". Y se siente muy orgullosa de Closingap: "Es mi legado".
Sin duda alguna, y de forma rotunda, asegura que quiere jubilarse en Merck. "Es la empresa en la que quiero estar. Me ha dado mucho. No solo en la parte profesional. Llegué a mi sueño de directora general y no se quedó ahí. Ahora llevo una responsabilidad de toda Europa, 32 países. Cumplí con creces mi ambición y además me ha permitido ayudar a transformar la sociedad".
Escuchar a los más jóvenes
Uno de los proyectos más recientes impulsados y liderados por Merck y que más ilusión le hace a Marieta Jiménez, presidenta de Healthcare de Merck en Europa, es FutURe, lanzado hace un año. "Queremos ayudar a que los jóvenes estén en los foros de tomas de decisiones para que ese futuro sea también creado por ellos. En estos momentos, estamos tomando decisiones las personas que no vamos a estar en ese futuro. Queremos crear una plataforma para escucharlos, entender lo que necesitan y elevar estas conclusiones a la agenda pública", asegura.
Y es que, según detalla, los jóvenes han crecido en un mundo diferente al de sus predecesores y sus prioridades difieren de las de generaciones anteriores: cuestiones como el cambio climático, la diversidad, la flexibilidad en los entornos laborales y el cuidado de la salud emocional forman parte de lo que ellos entienden por "bienestar".
Por todo ello, desde Merck, se ha puesto en marcha este proyecto en Bruselas, que cuenta con dos pilares básicos. El primero, la investigación: "Hemos hecho encuestas para saber qué opinan los jóvenes sobre temas candentes de la actualidad en relación con sus necesidades, prioridades y preocupaciones, creando una base de datos". El segundo pilar es que se organizan mesas de debate donde se invita a miembros de la Comisión Europea, a jóvenes representativos y a miembros de Merck. "Es un proyecto ambicioso y a largo plazo que quiere hacer oír sus voces para que las instituciones europeas y los responsables de la toma de decisiones tengan en cuenta su realidad y sus expectativas", cuenta la presidenta de Healthcare de Merck en Europa.
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