Alimentación

Los aranceles de Trump tendrían un impacto de 45 millones de euros en las exportaciones de alimentos catalanes

Los exportadores de vino y de aceite, los que más venden a EEUU, apuntan a México, Reino Unido y Japón como destinos alternativos

Los productos gourmet se convierten en el primer motor de las exportaciones agroalimentarias catalanas

El sector agroalimentario ya aporta casi el 20% al PIB catalán

Unos clientes observan la oferta de aceites en un supermercado de Barcelona.

Unos clientes observan la oferta de aceites en un supermercado de Barcelona. / FERRAN NADEU / EPC

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

Barcelona
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El sector agroalimentario, uno de los motores exportadores de Catalunya, dejaría de vender por valor de torno a 45 millones de euros si finalmente el presidente Donald Trump decide subir los aranceles a los productos europeos que entran en ese país. La medida, según calcula Prodeca, la empresa pública para la promoción exterior de la producción catalana, supondría un impacto de alrededor del 10% de los 550 millones que se exportan actualmente a EEUU. Algunos productos, como el aceite de oliva y los alimentos gourmet o 'fine foods', posiblemente notarían menos el efecto, ya que sus compradores suelen ser de cierto poder adquisitivo y no es de prever que una posible subida de precios les disuada de seguir consumiéndolos. Otros, en cambio, están más expuestos, porque existen en el mercado norteamericano alternativas de la misma calidad y a precios más razonables.

Ante tal panorama, "la Generalitat ya está trabajando en planes de contingencia" para tratar de paliar los efectos, ha subrayado este miércoles el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig. Se trataría, ha dicho Ordeig, de mirar hacia mercados como México, Reino Unido o Japón, unos destinos que, junto a Europa central (con Polonia a la cabeza), ya se convirtieron el año pasado en alternativa para compensar el retroceso que hubo respecto a China, con un impacto directo sobre el sector cárnico, en particular el porcino.

De hecho, el cárnico dejó de ser el sector líder en 2024 en las exportaciones agroalimentarias catalanas. Perdieron un 5% respecto a 2023 tanto en el valor del producto exportado como en volumen. Ese primer puesto lo han ocupado "por primera vez los 'fine foods', que incluyen desde los chocolates, las galletas, las aguas, los zumos o los platos preparados", ha indicado Dèlia Perpinyà, directora gerente de Prodeca. Así, mientras los alimentos gourmet supusieron un 33,1% de las exportaciones del sector, las carnes y embutidos representaron un 32,26%. El tercer lugar lo ocuparon los aceites, en concreto el de oliva, por encima de las frutas y hortalizas, que habían estado hasta ahora en el 'top 3' exportador.

"Son todos ellos productos de valor añadido, y eso es lo que distingue a nuestras empresas exportadoras", ha resaltado el titular de Agricultura, que ha destacado que el agroalimentario es el primer sector de la economía catalana y, en el ámbito de las exportaciones, el año pasado recortó distancias respecto a los dos primeros: las manufacturas y los bienes de equipo. "En estos momentos, uno de cada siete euros exportados por Catalunya proceden del sector agroalimentario", ha declarado Perpinyà, que ha destacado que el comercio exterior en este scetor "ha crecido tres puntos por encima de la media del conjunto de las ventas catalanas". "Catalunya se está convirtiendo en referencia mundial en el sector agroalimentario y en especial en su comercialización", ha apostillado Ordeig.

El pasado ejercicio volvió a marcar un nuevo récord exportador para las producciones agrarias, ganaderas, pesqueras y alimentarias catalanas, con 15.727 millones de euros vendidos a 200 países extranjeros. "La previsión para este 2025 es mantener el volumen de exportaciones y también ese valor añadido, que viene dado, en buena medida, por la innovación y por la seguridad alimentaria de la producción catalana", ha agregado Perpinyà.

Otro de los logros del año pasado, ha continuado la directora de Prodeca, "es que Catalunya ha estabilizado la demanda global y ha conseguido reducir la dependencia de algunos mercados hasta ahora claves como el chino". "Esa es justamente una de las fortalezas del sistema actual, que es capaz de diversificar y de vender en mercados muy distintos", ha remachado el conseller.