Alimentación

Ametller invertirá 50 millones en construir otro centro agroalimentario en Mont-roig del Camp

La empresa ha comprado 100 hectáreas de terrenos en desuso para construir invernaderos para cultivos hidropónicos que les permitan elevar hasta un 40% su producción propia

Ametller Origen vende un 23% más en 2024 y ya factura 681 millones de euros al año

Fresas producidas mediante cultivo hidropónico

Fresas producidas mediante cultivo hidropónico / Ametller

Paula Clemente

Paula Clemente

Barcelona
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Parten de datos tan alarmantes como que Catalunya ha perdido un 57% de superficie hortícola en los últimos 25 años. O que la producción de tomate (una fruta estrella en la comunidad) ha descendido un 70% en este mismo tiempo. Todo ello, mientras una población cada vez más cuantiosa eleva la demanda sin parar. ¿Qué hacer? Ametller Origen –una compañía que ha hecho bandera del producto fresco de proximidad– ha decidido forzar como sea la máquina para que vuelva a ser fértil.

La compañía ha anunciado este miércoles la construcción de un nuevo centro agroalimentario, esta vez en Mont-roig del Camp (Tarragona). Situado a escasos kilómetros del solar donde el grupo coreano Lotte alzará su fábrica de componentes de baterías, Ametller construirá un complejo de invernaderos en los que, tirando de todo tipo de nuevas tecnologías y nuevas técnicas agrícolas, tratará de producir frutas y verduras fuera de temporada, por ejemplo. Lechugas, tomates, fresas, plantas aromáticas... El sello de identidad del lugar es que trabajará exclusivamente con cultivos hidropónicos: es decir, cultivos que no se plantan en la tierra, sino en suelo artificial que se construye habitualmente en vertical. "Esto da a la planta exactamente lo que necesita, porque lo controlamos todo", contextualizan desde la empresa, que indica que puede sacar un rendimiento 10 veces mayor a este tipo de plantaciones y recolectar en el momento exacto en que esa fruta o verdura vaya a saber mejor.

La cadena ha destinado 1 millón de euros aproximadamente a comprar todas las pequeñas parcelas que constituyen las 100 hectáreas de las que dispondrá el complejo. Serán 50 las que estén ocupadas por invernaderos de 2 o 3 hectáreas cada uno, para poder adaptar cada módulo a las condiciones que necesite el cultivo. En total, prevén destinar al complejo 50 millones de euros, siendo esta la mayor inversión hortícola que se ha hecho nunca en Catalunya. "No hay precedente de poner tantos invernaderos juntos, en Catalunya", suma Josep Ametller, cofundador y consejero delegado de la cadena. Si todo va bien, la infraestructura estará completamente lista en 5 o 6 años –aunque los primeros cultivos se prevén para principios de 2027– y acabarán trabajando en ella 500 personas.

La idea es que funcione como una especie de extensión del Agroparc de Gelida (Alt Penedès), en el sentido que ambas trabajarán muy de la mano. La infraestructura del Alt Penedès (que, ahora sí, parece que va a empezar las obras este verano) es muchísimo mayor, y acabará albergando la sede central de la compañía y su obrador, pero esta instalación de Mont-roig del Canp será igualmente clave.

Laboratorio de innovación y asociacionismo

Lo será en tanto que les permitirá incrementar sus ratios de producción propia (esperan un 40% más de producto) y, así, poder seguir defendiendo la marca Catalunya en sus supermercados, al tiempo que trabajan en pos del medioambiente. Lo es, también, porque será un espacio donde prime la innovación y desarrollo: aquí se instalará la sede del área de i+D de la compañía y habrá incluso una especie de laboratorio de innovación. Y, por último, porque creen que funcionará como polo de atracción de profesionales al sector agrícola. Sin ir más lejos, pilota el proyecto Joan Simó, doctor en biotecnología que fichó Ametller hace un par de años como director de innovación y sostenibilidad.

Esta revalorización del sector es uno de los elementos que enfatizan tanto Simó como Ametller, como una de las principales bondades del lugar. Resaltan también haberle dado una segunda vida a un terreno especialmente malo para hacer agricultura o que se vaya a regar aprovechando agua de lluvia y desaladoras. Ya han contactado con Lotte –confiesan– para intentar establecer sinergias en este área. También cuentan con la connivencia del ayuntamiento de Mont-roig, que se ha embarcado gustoso en el proyecto, y de la Generalitat, que lo ha calificado de proyecto estratégico.

Pese a esta evidente apuesta por el autoabastecimiento, Ametller deja claro que ahora mismo la fórmula de producción que más les atrae es la asociación con pequeños agricultores. La cadena tiene experiencia cerrando acuerdos de este estilo, en los que invierte en pequeñas explotaciones para dotar de más recursos a los profesionales de la comunidad y asegurarse más producto, sin tener que encargarse ellos de gestionar el negocio. "Se trata de compartir coste de estructura y ayudarles con la parte que menos cómoda se sienten que es la de gestionar la burocracia, por ejemplo", relata Ametller, que asegura que es también la fórmula por la que más aboga la Unión Europea. Es, también, la que más alienta su crecimiento en tiendas. "No vemos viable que Ametller pueda crecer dando servicio a Ametller tienda con el porcentaje de producción propia que tenemos", afirma el empresario. "Si queremos crecer un 20% cada año, solo con producción propia no podremos".