Políticas arancelarias
Trump desata una guerra comercial global tras imponer aranceles a México, Canadá y China y amenazar a Europa
Las nuevas medidas arancelarias de Trump reavivan las tensiones económicas globales, desatando respuestas de sus principales socios comerciales. "Haremos de América algo grande de nuevo", han sido las últimas palabras de Donal Trump

Trump cumple su amenaza arancelaria pero Canadá y México reaccionan con represalias


Esther Chapa
Esther ChapaRedactora SEO Activos
Periodista especializada en SEO en Activos, vertical económico de El Periódico de España, dentro del Grupo Ibérica.
Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), máster en Periodismo y Nuevos Perfiles Profesionales por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC). Cursando actualmente Máster en SEO por BIGSEO.
La trayectoria profesional comienza como becaria en el Departamento de Comunicación en IFEMA, Feria de Madrid, y continúa como redactora en el portal web Estrategias de Inversión.
Desde su retorno al poder, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desplegado una serie de medidas proteccionistas que prometen reconfigurar el comercio internacional. En un escenario de tensiones crecientes, el mandatario ha apostado por aranceles y amenazas directas con el objetivo de reequilibrar lo que considera relaciones comerciales injustas. Las recientes órdenes ejecutivas, firmadas desde Mar-a-Lago, han puesto en marcha aranceles sobre productos importados de países clave, al tiempo que se ha abierto un nuevo frente en las relaciones transatlánticas con la Unión Europea. La estrategia de Trump se fundamenta en la defensa de la seguridad nacional y la protección de la economía estadounidense, argumentando que los desequilibrios comerciales y el tráfico de fentanilo han puesto en riesgo a su país.
El presidente de Estados Unidos ha defendido este domingo su decisión de imponer una subida de aranceles a China, México y Canadá, si bien ha admitido que las nuevas tarifas "podrían causar algo de dolor" para asegurar a continuación que "el precio valdrá la pena".
"El lobby de los aranceles que encabeza el globalista, y siempre equivocado (diario) 'Wall Street Journal', está trabajando duro para justificar que países como Canadá, México, China y tantos otros por nombrar, sigan estafando a América, como llevan haciendo durante décadas, en términos de comercio, crimen y drogas venenosas que llegan aquí con tanta facilidad", ha manifestado Trump en su cuenta de su plataforma Truth Social.
Trump aludía así al principal motivo por el que este pasado sábado certificó sus aranceles a estos tres países, a los que acusó de quedarse de brazos cruzados ante el tráfico de fentanilo desde su producción hasta el paso por las fronteras norte y sur de Estados Unidos.
"Esos días se han terminado", ha avisado Trump antes de decir que Estados Unidos mantiene un enorme déficit con Canada, Mexico y China, "y con casi todos los países", esgrimir que su país "debe 36 billones de dólares" y avisar que "ya no va a ser el 'país de los tontos'". Sobre Canadá, el presidente ha dicho que, sin esta ayuda de Estados Unidos, "dejaría de existir como país viable".
Aranceles impuestos a México, Canadá y China
En una operación que ya ha comenzado a tener repercusiones, Trump ha impuesto aranceles sobre las importaciones procedentes de México, Canadá y China. Con el objetivo de frenar lo que él describe como una "invasión sin precedentes" de fentanilo ilegal y migración irregular, la Casa Blanca justificó estas medidas en términos de seguridad nacional. Los aranceles sobre México y Canadá se han establecido en un 25% para la mayoría de los productos, con una excepción para la energía canadiense, que tendrá un gravamen reducido del 10%. De igual forma, a las importaciones chinas se les aplicó un arancel adicional del 10%, complementado con el cierre del “vacío de mínimos” que permitía la entrada libre de impuestos a envíos de hasta 800 dólares. Estas acciones se ejecutaron mediante la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, en un contexto de acusaciones directas a los gobiernos de estos países por no haber cumplido con las exigencias en materia de seguridad fronteriza y lucha contra el narcotráfico.
Los aranceles sobre estos tres países entrarán en vigor plenamente el martes 4 de febrero, según las órdenes firmadas por Trump el sábado por la tarde en Florida.
La amenaza a la Unión Europea
Aunque aún no se han materializado aranceles concretos contra el bloque europeo, Trump ha dejado en claro su descontento con la Unión Europea. Desde el Despacho Oval, el presidente afirmó que el bloque “nos ha tratado muy mal” y advirtió que, de no aumentar sustancialmente sus compras de productos estadounidenses, especialmente en sectores como el automovilístico y agrícola, se enfrentarán a medidas arancelarias significativas. La declaración se enmarca en una disputa que ya venía gestándose, pues en noviembre la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, había sugerido que la solución para evitar una guerra comercial con Washington pasara por incrementar las compras de productos energéticos y armamento de Estados Unidos. De esta forma, Trump no solo busca corregir lo que él percibe como un desequilibrio comercial, sino también presionar al bloque para que asuma una postura más activa en la reestructuración de la relación transatlántica.
Reacciones internacionales
La respuesta a las medidas de Trump ha sido inmediata y variada, reflejando la gravedad de la situación en el comercio global. En Canadá, el primer ministro Justin Trudeau se mostró contundente, anunciando una respuesta arancelaria que afectará productos estadounidenses por un valor significativo. Trudeau advirtió que, si se imponen aranceles del 25% a las importaciones canadienses, la respuesta de Ottawa será “decidida” y “contundente”, aunque manteniendo un carácter “razonable”. Mientras tanto, en México, la presidenta Claudia Sheinbaum enfatizó que su país no busca la confrontación, proponiendo la creación de una mesa de diálogo para abordar conjuntamente el problema del narcotráfico y rechazando las acusaciones de complicidad con organizaciones criminales. Por su parte, autoridades británicas, representadas por la ministra del Interior Yvette Cooper, calificaron estas medidas de “realmente perjudiciales” para la economía global y subrayaron la importancia de eliminar barreras comerciales.
El Gobierno de China también ha reaccionado de forma enérgica. El Ministerio de Comercio de Pekín denunció que los aranceles impuestos por Trump constituyen una “grave violación” de las normas de la Organización Mundial del EComercio y anunció la interposición de una demanda ante dicho organismo. El Ministerio de Comercio chino ha reiterado que en una guerra comercial no hay ganadores y ha pedido a Washington iniciar un diálogo franco para gestionar las diferencias. En otro frente, el presidente ruso Vladimir Putin aprovechó la coyuntura para hacer declaraciones polémicas, afirmando que Trump “restablecerá el orden” a expensas de las élites europeas, a las que calificó de conspiradoras en contra de su retorno a la Casa Blanca.
El canciller alemán, Olaf Scholz, advirtió hoy sobre los efectos que podrían traer aparejados los aranceles punitivos de Estados Unidos en el comercio mundial. "El intercambio global de bienes y productos básicos ha demostrado ser una gran historia de éxito que ha permitido la prosperidad para todos nosotros", ha declarado Scholz a la prensa durante una reunión con el primer ministro británico, Keir Starmer.
"Por eso es importante que no dividamos el mundo ahora con muchas barreras aduaneras, sino que también hagamos posible este intercambio de bienes y servicios para el futuro", ha añadido el canciller alemán.
Cuando se le preguntó sobre posibles contramedidas europeas, Scholz se limitó a comentar que la Unión Europea es una zona económica fuerte y tiene "sus propias opciones de actuación", antes de agregar que la UE quiere continuar las relaciones económicas con Estados Unidos sobre la base de esta fortaleza. Por su parte, el candidato conservador a canciller de Alemania y favorito en las encuestas a la sucesión de Scholz, Friedrich Merz, se ha sumado a las críticas al asegurar que "los aranceles nunca han sido una buena idea para resolver conflictos de política comercial".
Además, en el seno de la Unión Europea se han hecho notar voces como la del ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, quien advirtió sobre la existencia de una “Internacional reaccionaria” integrada por figuras como el propio Trump, el presidente argentino Javier Milei, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Albares subrayó que estas alianzas no responden a los intereses europeos y reiteró la necesidad de que Europa defina su propio rumbo sin injerencias externas. Desde Japón, el ministro de Finanzas, Katsunobu Kato, expresó su preocupación por las repercusiones globales de estas medidas, advirtiendo que su equipo evaluará detenidamente el impacto en los intercambios de divisas y en la política monetaria, dado el volumen del comercio bilateral entre Estados Unidos y Japón.
Perspectivas de futuro
La intensificación de la guerra comercial bajo la dirección de Trump marca un nuevo y peligroso capítulo en las relaciones económicas internacionales. Con aranceles ya implementados contra México, Canadá y China y la amenaza inminente contra la Unión Europea, el panorama global se torna cada vez más incierto. Los aranceles han sido justificados por la necesidad de proteger a Estados Unidos de lo que el mandatario considera desequilibrios comerciales y problemas de seguridad, pero las reacciones internacionales evidencian el alto riesgo de una escalada que podría desencadenar consecuencias económicas significativas.
Expertos advierten que sectores estratégicos, como el automovilístico, la energía y la agricultura, podrían verse gravemente afectados, lo que a su vez podría presionar a la Reserva Federal para mantener tipos de interés elevados en un esfuerzo por contener la inflación. La respuesta coordinada de países como Canadá y las medidas de protesta de China y el Reino Unido dejan entrever que la política arancelaria de Trump tiene el potencial de alterar profundamente las cadenas de suministro globales y la estabilidad económica mundial.
"¿Va a doler? Sí, quizás, o quizás no, pero haremos de América algo grande de nuevo y el precio que vamos a pagar valdrá la pena, porque somos un país que ahora está gobernado desde el sentido común y los resultados serán espectaculares", han sido las últimas palabras de Donald Trump sobre esta nueva política arancelaria.
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