Autoconsumo eléctrico

Sunhero quiebra y negocia un ERE sobre sus 50 empleados

La instaladora de placas solares catalana ha visto bajar sus ingresos y aumentar sus pérdidas en 2024 y ha decidido empezar el proceso para liquidar la compañía

La energética Sunhero cierra una ronda de 3,5 millones para crecer en España

Una instalación de placas solares en Barcelona, en una imagen de archivo.

Una instalación de placas solares en Barcelona, en una imagen de archivo. / MAY ZIRCUS

Paula Clemente

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Barcelona
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Nueva víctima de la crisis que vive el negocio del autoconsumo eléctrico. La instaladora de placas solares catalana Sunhero ha puesto en marcha un concurso de acreedores para, si nada cambia, liquidar la compañía. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, esta decisión supone despedir a los 50 trabajadores que conforman la plantilla de esta empresa con oficinas y almacenes en Barcelona y Madrid. La negociación está en marcha tanto con ellos como con los acreedores, cuenta uno de sus cofundadores, que espera haber podido llegar a una solución que valga para todas las partes como mucho en febrero.

Según cuenta este emprendedor, el problema es la situación financiera de la empresa, extremadamente debilitada por el momento que vive este sector en España. A cierre de 2024, sus ingresos han bajado; sus pérdidas, crecido, y la "poca liquidez y los pocos fondos" (y no haber encontrado una ronda de financiación que les ayude a sobrevivir) no les han dejado otra opción que cerrar.

"El sector fotovoltaico en España está atravesando una situación muy difícil, tanto el de las instalaciones personales como profesionales. El crecimiento es muy bajo", contextualiza Christopher Cederskog, cofundador y consejero delegado de Sunhero. Lo relaciona, el empresario, con que el precio de la luz está todavía bastante más bajo en España que en otros países de Europa, lo que no hace tan atractivo el trasvase al autoconsumo. También con que las subvenciones que se han ido repartiendo para ayudar a costear estas instalaciones, no han sido todo lo útiles que se esperaba ("Tenemos clientes de 2021 que todavía no han recibido su parte de los 'Next Generation', eso hace que no haya fondos", denuncia Cederskog). Y con que la electrificación está avanzando más lenta que en otros países.

"Todo eso lo sabíamos, lo que ha ocurrido es que, además, han cambiado los ciclos de crecimiento, que son muy largos, y esto hace que sea muy difícil para empresas de nuestro tamaño sobrevivir", prosigue el directivo. "Nadie sabe cuando se va a recuperar el sector, así que llegamos al punto de no poder levantar más fondos y, ahora, de negociar con acreedores y empleados para tratar de encontrar la mejor solución para todos", lamenta.

También dice sentirlo por sus clientes, aunque deja claro que aquellos que hayan instalado las placas con ellos no tendrían por qué tener ningún problema, pues son instalaciones que puede mantener cualquier electricista. Su verdadero temor es el efecto que genera que trascienda que otra empresa del sector tiene problemas. "Creo de verdad en que la transición verde y la energía fotovoltaica es una de las formas de luchar contra el cambio climático, y que las personas empiecen a desconfiar del sector es una mala noticia: si un vecino le pregunta a otro que qué tal con sus placas, y este responde que su empresa instaladora cerró, eso genera desconfianza", se explica Cederskog. "Me da mucha pena todo, en general", concluye quien asegura que, en la medida que pueda, seguirá involucrado en el sector.

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