Coyuntura

El empuje de las economías en vías de desarrollo pierde fuelle

El conjunto de países experimentará el ritmo de crecimiento más débil desde el año 2000, según el Banco Mundial

La economía global cerrará este año el quinquenio de menor crecimiento en tres décadas

Trabajador en una fábrica china de coches eléctricos

Trabajador en una fábrica china de coches eléctricos / Europa Press

Agustí Sala

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Las economías en vías de desarrollo, que impulsan el 60% del crecimiento mundial, registrarán al finalizar el primer cuarto del siglo XXI con crecimiento más débil desde el año 2000, según el último informe de 'Perspectivas económicas globales' del Banco Mundial. Aunque la economía global se estabilice en los dos próximos años, este conjunto de países avanzará de forma más lenta en su objetivo de alcanzar los niveles de ingresos de las economías más avanzadas.

La entidad estima que el producto interior bruto (PIB) mundial crecerá este año el 2,7%, al igual que en 2024 y mantendrá el mismo ritmo en 2026. Lo atribuye a la inflación y los tipos de interés. El crecimiento en los países en vías de desarrollo se mantendrá estable en alrededor del 4% los próximos dos años. Se trata de un ritmo inferior al de antes de la pandemia e "insuficiente para el progreso necesario para aliviar la pobreza".

Este es el primer informe sistemático que realiza el Banco Mundial sobre la evolución de los países en vías de desarrollo en el primer cuarto del siglo XXI. Este conjunto de estados creció durante la primera década de este siglo al mayor ritmo desde los años 70. Con la crisis financiera que empezó en 2008, el crecimiento se debilitó. Y lo ha vuelto a hacer con las nuevas restricciones comerciales globales en 2024.

Como resultado, el crecimiento económico general cayó: del 5,9% en la década de 2000 al 5,1% en la de 2010 y al 3,5% en la de 2020. Desde 2014, con la excepción de China y la India, las tasas promedio de crecimiento del ingreso per cápita en las economías en desarrollo han sido medio punto porcentual más bajas que en las economías ricas, lo que amplió la brecha entre ricos y pobres.

Los próximos 25 años

“Los próximos 25 años serán más difíciles para las economías en desarrollo que los últimos 25”, según Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo del Grupo del Banco Mundial. “La mayoría de las fuerzas que alguna vez contribuyeron a su ascenso se han disipado. En su lugar han llegado enormes obstáculos: elevadas cargas de deuda, crecimiento débil de la inversión y la productividad, y los crecientes costes del cambio climático. En los próximos años, las economías en desarrollo necesitarán un nuevo manual que enfatice las reformas internas para acelerar la inversión privada, profundizar las relaciones comerciales y promover un uso más eficiente del capital, el talento y la energía”.

Las economías en desarrollo son más importantes para la economía global que a principios de siglo. Actualmente representan alrededor del 45% del PIB mundial, frente al 25% en 2000. Su interdependencia también ha aumentado: más del 40% de sus exportaciones de bienes se destinan a otras economías en desarrollo, el doble que en 2000.

Las economías en desarrollo también se han convertido en un importante fuente de flujos de capital globales, remesas y asistencia para el desarrollo a otras economías en desarrollo: entre 2019 y 2023, representaron el 40% de las remesas globales, frente a 30% en la primera década del siglo.