Giro en la economía
La exportación de servicios no turísticos se duplica en 10 años y ya adelanta a los de sol y playa
La venta al exterior de tareas de ingeniería, diseño, transportes, empresariales, financieras, tecnológicas o culturales supera los 100.000 millones de euros en un año
España registra el mejor verano de su historia tras un récord de casi 11 millones de llegadas internacionales en agosto

Varios trabajadores en el laboratorio de la fábrica de Reig Jofre en Barcelona, que exporta medicamentos y servicios. / Kike Rincón - Europa Press


Rosa María Sánchez
Rosa María SánchezRedactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
No todo es sol y playa. Las exportaciones de servicios no turísticos por parte de las empresas españolas se han duplicado en los diez últimos años, van camino de superar los 100.000 millones de euros en 2024 y, ya desde el ejercicio pasado, se sitúan por encima de los ingresos que reporta el turismo internacional, pese al auge imparable de este. (En 2020, 2021 y 2022, también fue así, pero fueron años marcados por la pandemia).
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ve en esta evolución un cambio estructural en la economía española a favor de una mayor productividad. En ello coinciden servicios de estudios como los de la fundación BBVA, Fedea, Funcas o el Banco de España, que ponen el acento en el mayor valor añadido y la mayor calidad del empleo que vienen de la mano de la venta al exterior de servicios empresariales, financieros, tecnológicos, de transporte, de telecomunicaciones o de transformación y reparación de bienes, entre otros.
Sectores intensivos en conocimiento
"El buen desempeño de las exportaciones de servicios de telecomunicación e informáticos, y de los servicios empresariales es una buena noticia para la economía española. Estas partidas componen el grupo de servicios para empresas intensivos en conocimiento, también conocido como 'KIBS' por sus siglas en inglés (Knowledge-intensive business services)”, subraya el economista Asier Minondo, autor del informe ‘El desempeño exportador de España: claves de un éxito’, publicado por la fundación FEDEA. Los ‘KIBS’ -añade- son importantes, pues generan conocimiento y empleo de más alta cualificación y salarios más elevados.
En 2023, la exportación de bienes no turísticos alcanzó los 97.040 millones de euros. En junio de 2024, la cifra acumulada de cuatro trimestres se acerca a los 102.000 millones.
Según los datos de la Balanza de Pagos correspondientes a 2023, las exportaciones de servicios no turísticos se concentraron principalmente en los servicios empresariales (36% del total), de transporte (20,5%), y de telecomunicaciones, informática e información (21%). El resto corresponde a servicios financieros (6,30%), transformación, mantenimiento y reparación de bienes (5%), patentes (4%), servicios personales, culturales y recreativos (3,42%), seguros y pensiones (1,96%) y a construcción (1,38%).
En particular, en el epígrafe de servicios empresariales se engloban actividades comerciales, contables, jurídicas, de publicidad y estudios de mercado, de investigación y desarrollo, de patentes, de asesoría, de arquitectura, de ingeniería, de diseño, de traducción e interpretación, de seguridad, de formación, etcétera. Por su parte, la rúbrica de transportes recoge fletes, pasajes, servicios auxiliares (como los de carga y descarga, almacenamiento de equipo, etc.) y servicios postales y de correos.
"No hemos encontrado un 'sector milagro' que explique el auge de estas exportaciones. Creemos que es una mejora general", respondía el director general de Funcas, Carlos Ocaña, al ser preguntado si hay sector que sirva para explicar el auge de las ventas de servicios no turísticos al exterior.
El gran experimento de la pandemia
En 2013, la economía española exportaba servicios no turísticos por un valor cercano a 46.000 millones de euros. En 2023 esta cifra alcanzó los 97.040 millones, lo cual implica un crecimiento del 111%. En el mismo periodo, la exportación de servicios turísticos ha subido el 65%; mientras que la de bienes ha aumentado el 63% en los diez últimos años.
La explosión del comercio internacional de los servicios empresariales, tecnológicos, financieros o de transporte (entre otros), no es un fenómeno exclusivo de España. Es un fenómeno global, del que también está participando la economía española.
La principal razón que está detrás de este fenómeno es el notable desarrollo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, que permiten comercializar estos servicios por vía telemática, subrayaba el Banco de España en un análisis publicado en julio de 2023.
En este sentido, "la pandemia supuso un enorme experimento de trabajo en remoto", abunda Asier Minondo en su análisis sobre las exportaciones españolas. “Esto es una oportunidad para los servicios a empresas, como la consultoría, la investigación de mercados, los servicios técnicos en ingeniería o arquitectura, y la investigación y desarrollo, que demandan una interacción asidua entre el cliente y el proveedor”, añade el profesor de la Universidad de Deusto.
"Cuando un diseñador de moda español envía su diseño por Internet a una empresa italiana se estará produciendo una exportación en remoto", describe Minondo. Los datos muestran que esta forma de exportar ha crecido de forma ininterrumpida desde 2015 y que su crecimiento se acelera a partir de 2020, con la pandemia. En cambio, se observa un estancamiento en las operaciones que requieren del traslado al extranjero del cliente o del proveedor.
Menos que Alemania y Francia, pero más que Italia
La exportación de servicios no turísticos ha pasado de representar el 0,9% del PIB español en 1995 a un peso actual en el entorno del 6,5%. El Banco de España calcula que esta actividad aportó 1,8 puntos al crecimiento del PIB de 2022 (que fue del 6,2%).
La mayor atracción reciente de inversiones extranjeras, el acceso al mercado latinoamericano, la ausencia de 'cuellos de botella' en la oferta laboral y el coste competitivo de la mano de obra son factores que, desde el punto de vista del Ministerio de Economía, han ayudado al fuerte crecimiento de estas exportaciones desde España.

Estudio de videojuegos IO Interactive, en Barcelona. / Manu Mitru
Con todo, el peso de los servicios no turísticos en el PIB es todavía inferior al de otros grandes países europeos como Alemania o Francia, si bien supera al de Italia. "La comparación internacional sugiere que todavía podría existir un importante margen de recorrido al alza [en España], ya que su peso relativo en el producto permanece por debajo del observado en la zona del euro y sus principales economías, con la excepción de Italia", subrayaba en 2023 el anális sobre las exportaciones del Banco de España.
Valor añadido y empleo cualificado
Un reciente estudio publicado por la Fundación BBVA sobre cadenas globales de valor muestra que las exportaciones de servicios no turísticos dejan más valor añadido en el país que las de otros bienes y servicios. Se calcula que las exportaciones españolas de bienes solo dejan dentro del país el 65% del valor añadido que generan. El otro 35% del valor se queda en los países de donde proceden los bienes y los servicios que precisan las empresas españolas para producir lo que luego van a exportar. Sin embargo, en el caso de los servicios, el valor añadido doméstico se eleva al 88,5%, con únicamente el 11,5% de valor añadido importado, apunta el estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Valencia y el Ivie, dirigido por los profesores Francisco Pérez e Iván Arribas.
En general, las exportaciones de servicios no turísticos se concentran en las empresas de mayor tamaño (de más de 250 trabajadores). Sin embargo, tanto en los servicios empresariales como en el transporte, las empresas pequeñas (0-49 trabajadores) tienen una mayor cuota de las exportaciones que las empresas medianas (50-249 trabajadores). Además, el porcentaje de las exportaciones realizadas por las pequeñas empresas no está muy lejos del porcentaje de las empresas grandes, analiza el informe de Fedea.
“A diferencia de las manufacturas, el tamaño empresarial juega un papel menor a la hora de determinar el estatus exportador de una empresa en los servicios”, señala Asier Minondo. Aquí, “la cualificación de los trabajadores, variable estrechamente unida a la calidad del servicio ofrecido, es una de las claves para la exportación”.
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