Innovación

Barcelona abre un laboratorio artístico pionero que ya han utilizado el Sónar, el MIRA festival… y el hospital Josep Trueta

Se trata de un edificio de 6 plantas llamado IASlab situado en La Salle Campus Barcelona, institución que ha impulsado el proyecto e invertido en él más de 4 millones de euros

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La sala inmersiva dentro del IASlab de La Salle

La sala inmersiva dentro del IASlab de La Salle / La Salle-URL

Paula Clemente

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La intención no era otra que crear un espacio de experimentación donde las innovaciones artísticas triunfaran o fracasaran sin grandes consecuencias. Ha costado algunos años más de lo previsto, 6 millones de euros (1,8 de los cuales procedentes de los fondos FEDER de la Unión Europea), y varias actualizaciones imprevistas por lo rápido que han evolucionado tecnologías centrales en su propuesta, pero el IASLab (Interactive Arts & Science Laboratory) es ya una realidad.

La Salle Campus Barcelona ha inaugurado este jueves estas instalaciones de 3.000 metros cuadrados que, divididas en 6 plantas, combinan una cámara anecoica (una sala sin eco y completamente aislada del ruido externo), con otra reverberante (un espacio donde se amplifica hasta el más mínimo ruido), un estudio de grabación con sonido envolvente, platós convencionales y virtuales, herramientas de animación y diseño digital, espacios de experimentación con Realidad Virtual (RV) y Aumentada (RA), una sala inmersiva y hasta un área dedicada a la robótica.

Se trata –dicho por la directora de Investigación e Innovación de La Salle-URL, Rosa Maria Alsina– de un laboratorio pionero por ser el primero de España en mezclar tantas disciplinas en un mismo lugar y por ser de los pocos de Europa situado en un campus universitario. De hecho, la idea de esta institución académica es que el edificio esté abierto a todo aquel que lo necesite para probar sus innovaciones o experimentar en clave artística. Artistas, 'startups', centros tecnológicos...

La fórmula no está establecida: si una empresa lo necesita para hacer pruebas comerciales lo podrá alquilar, si una productora necesita estas instalaciones para grabar alguna escena concreta de una película están abiertos a ceder el espacio a cambio de una mención en los créditos e incluso valoran meterse a colaborar activamente en proyectos si los encuentran interesantes.

"Lo más relevante es que, sin haberlo inaugurado oficialmente, ya hubiera tanta vida allí dentro", destaca Alsina. "Ver como los investigadores en acústica quieren probar cosas en la sala inmersiva, y como los de robótica creen que su robot puede reconocer mejor dentro de la sala anecoica o cómo los de las artes digitales piensan que un plató virtual les puede servir como no se imaginaban", ejemplifica la directiva.

Proyectos en marcha

Por allí han pasado ya, por ejemplo, una soprano catalana que probó cantar en la sala anecoica mientras se escuchaba a sí misma a través de unos cascos que emitían una versión grabada en sala reverberante, y todo recogido en Dolby Atmos. En el último Sónar ya presentaron un proyecto de investigación sobre cómo trasladar el sonido a imagen. Tres artistas invitados al MIRA Festival están trabajando ahora mismo en sus actuaciones en estas instalaciones. Pero también hay iniciativas relacionadas con la salud mental (una tecnología de vigilancia de gestos faciales que puedan hacer prever trastornos psicóticos) o con el acompañamiento a personas de la tercera edad (sensores acústicos desarrollados junto a Suara Cooperativa y al Hospital Dr. Josep Trueta de Girona para saber si una persona mayor que vive sola ha comido, si entra o sale... y así reforzar el prediagnóstico del Alzheimer o de ciertas enfermedades degenerativas).

"Poner todos estos laboratorios juntos no es un accidente, está todo muy pensado", asegura Alsina para explicar la amalgama de disciplinas que se pueden cruzar en un espacio así.

Su aspiración es que las utilicen tanto el centenar de investigadores que ya llevan a cabo sus proyectos dentro de La Salle o sus estudiantes, como profesionales y artistas ajenos al Campus que quieran hacer una residencia puntual para desarrollar su proyecto. Ya tienen algunas peticiones, en este sentido. "Podemos ser un lugar de experimentación, aquí puedes venir y probar cosas y que no pase nada, porque es investigación, no hay un cliente detrás que te apriete", recalca Alsina. "Si sale bien, fantástico, lo llevaremos a festivales y lo explicaremos a todo el mundo, si no, pues no pasa nada, porque estamos aprendiendo", concluye.