Innovación

Las universidades catalanas propulsan la solicitud de patentes académicas en España, pero otros 9 países lo hacen mejor en Europa

El país agrupa apenas un 3% de los inventos protegidos que proceden del entorno académico, lejos del 24% de Dinamarca o del casi 18% de Francia

España es el país europeo que proporcionalmente más innova e inventa en el campo del agua

El claustre de l’edifici històric de la Universitat de Barcelona (UB).

El claustre de l’edifici històric de la Universitat de Barcelona (UB). / FERRAN NADEU

Paula Clemente

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Barcelona
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De las cinco Universidades de España que más solicitudes de patente registran, tres son catalanas. Lidera este ránking nacional la Universitat de Barcelona (UB), con 330 peticiones de protección de inventos en las dos décadas que van del año 2000 al 2020. En segundo lugar figura la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con 328; y en cuarta posición, la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), con 298. Así lo recoge un estudio de la Oficina Europea de Patentes (OEP) –"el primer análisis exhaustivo de este tipo"–, en el que también queda claro, sin embargo, que el país en su conjunto tiene mucho trabajo por hacer.

Porque, si bien España es la cuarta mayor economía de la Unión Europea, queda en décima posición en el listado de países europeos cuyas universidades más patentan. Tiene por delante a Suecia, Dinamarca, Suiza, Bélgica, Alemania, Francia, los Países Bajos, Italia y Reino Unido. En total, según esta recopilación de datos, son 3.460 patentes en los últimos 20 años, lo que representa un 3,23% del total. A modo de referencia, Dinamarca concentra casi una cuarta parte (24%) y Francia, en torno a un 18%. Además, en el listado de las 25 universidades más activas en este terreno, no figura ninguna española.

"El número de patentes académicas generadas por las universidades es mayor en las regiones más industrializadas de Europa, donde las oportunidades de colaboración y de transferencia tecnológica con la industria son más grandes", señala este documento. "Estas regiones también tienen la mayoría de las universidades que presentaron un gran número de solicitudes de patentes ante la OEP durante el periodo 2000-2019", añade, matizando, a continuación, que las patentes académicas son una proporción relativamente pequeña del total de patentes presentadas en estas zonas.

Las compañías son el otro gran patentador directo, hasta el punto que dos tercios de todas las solicitudes de patentes originadas en universidades europeas en los últimos 20 años no fueron presentadas directamente por ellas, sino por otras entidades. Empresas, en su mayor parte.

Con todo, España tiene una de las tasas más elevadas de 'startups' que se apoyan en la Universidad para gestionar la protección de los descubrimientos nacidos en terreno académico. Si bien en países nórdicos como Suecia o Finlandia solo el 3% y el 5% de las empresas, respectivamente, gestiona este proceso de la mano con estas instituciones, en España son el 45%. Asimismo, la tasa de patentes académicas (un 14% del total) es mayor en España, que en el resto de Europa (10%).

Informe Draghi

Sea como sea, la gran conclusión de este informe es que Europa en general (y España en concreto) no va todo lo rápido que debería a la hora de convertir la investigación académica en productos que lleguen al mercado. "Europa tiene una larga tradición de excelencia académica, pero a veces nos encontramos con dificultades para llevar las invenciones al terreno comercial", apunta el presidente de la OEP, António Campinos. "Al aprovechar el potencial que otorgan las patentes a través de licencias, acuerdos de colaboración o de la creación de 'spin-outs', las universidades pueden amplificar el impacto, impulsando tanto el valor de mercado de su trabajo como su valor social", sostiene.

"Como subraya el reciente informe Draghi aún queda mucho por hacer para lograr un mercado único de investigación y tecnología en Europa", agrega este directivo, quien también enfatiza que las universidades tienen un "rol clave" en estos ecosistemas. "Son la fuente de los desarrollos pioneros necesarios para que Europa mantenga su competitividad mientras la carrera tecnológica global sigue acelerándose", remarca Campinos. "Nuestra investigación muestra que el impacto de las universidades en el sistema de patentado europeo no ha parado de crecer en las dos últimas décadas: más del 10% de todas las solicitudes de patentes se originaron en universidades", celebra, antes de hacer aflorar los retos: que estas instituciones aún trabajan bajo marcos institucionales que están quedando obsoletos y con pocas conexiones transfronterizas entre ellos.

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