INNOVACIÓN
Ekonoke, la empresa madrileña que quiere salvar a la cerveza del cambio climático
La start-up impulsa la fabricación de lúpulo en naves interiores y con métodos sostenibles. Estrella Galicia apuesta por ella y cultivarán en Lugo con el apoyo de la cervecera

Una de las plantas interiores de Ekonoke. / Imagen cedida


Celia López
Celia LópezRedactora de 'activos', el vertical de economía de Prensa Ibérica
Periodista especializada en información económica. Graduada en Historia y en Ciencia Política por la Universidad Rey Juan Carlos. He completado el Máster de Periodismo UAM-El País y el Título de Especialista en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. He pasado por las redacciones de Radio Praga, El Mundo, El País, Revista Atalayar y Vozpópuli
La cerveza que tanto se disfruta en las terrazas se compone de cuatro simples ingredientes: agua, levadura, cebada y lúpulo. Pero lo que no es simple es la producción de lúpulo, un cultivo muy sensible al entorno. El cambio climático lleva décadas reduciendo la cantidad y la calidad del lúpulo que se planta. "Es muy especial. Necesita mucha luz en verano, temperaturas templadas y mucha agua. Fruto de la sequía y el calentamiento global, las cosechas cada vez son menos productivas. En Alemania se produjo hasta el 28% menos en 2022", ejemplifica la economista Inés Sagrario, cofundadora de la start-up madrileña Ekonoke y CEO de la empresa.
Este proyecto se inició en 2018 de la mano de la agrónoma Ana Sáez y la propia Sagrario, aunque el cultivo de lúpulo no estaba al principio en su radar. Su idea primigenia consistía en cultivar finas hierbas y lechugas ecológicas en la ciudad para comercializarlas en restaurantes y para particulares. "Nos dimos cuenta de que no había consumidores que reclamasen eso y tuvimos que cambiar la orientación de lo que estábamos haciendo", concede Sagrario.
Y para conseguir el giro del proyecto, se sumaron los investigadores Antonio Rojas y Javier Ramiro, especialistas en el desarrollo de cultivos de semilla y tallos en interior, optimizando al máximo el espacio disponible y mediante agricultura hidropónica.
Temor al desabastecimiento
El lúpulo es clave para definir el sabor y el amargor de la cerveza. Prácticamente el 80% de su cultivo se concentra en Alemania y EEUU, en zonas que cumplen con las condiciones idóneas para esta planta. Pero las cosechas de agosto cada vez son peores y las grandes marcas mundiales temen que en el futuro pueda darse un desabastecimiento de este ingrediente.
"Realizamos el cultivo del lúpulo en vertical, tal y como se hace en el exterior, pero en naves industriales y en un entorno en el que podemos controlar las condiciones en las que crece. El objetivo es recrear el entorno ideal para este cultivo y así hacer que las cosechas sean más productivas. También es una buena solución para mantener la calidad del producto si las condiciones meteorológicas continúan empeorando", explica la cofundadora de Ekonoke. Además, todo el proceso se realiza sin utilizar pesticidas, herbicidas o fungicidas, con tecnología renovable, gastando menos agua y actuando como sumidero de carbono, asegura.
Gran interés comercial
Y al contrario de lo que les sucedió con su primera apuesta, el interés comercial en el desarrollo de este lúpulo sostenible es muy grande. "Los dueños de Estrella Galicia han apostado por nosotros y estamos en conversaciones con las principales cerveceras europeas", asegura Sagrario, que prefiere evitar mencionar algunas de las empresas con las que negocian.
En su primera ronda de financiación consiguieron hasta 400.000 euros, aunque en octubre de 2022 cerraron la mayor ronda que han tenido hasta ahora, de 4,2 millones. Estuvo liderada por Cosecha de Galicia, el centro de innovación agrícola de los dueños de Estrella Galicia (Hijos de Rivera). También participaron en la operación Leanox Impact Ventures, un fondo alemán, y Alazady España, del empresario José María Castellano. Además, el gigante cervecero AB InBEv, que produce el 28% de la cerveza del mundo, ha incorporado a Ekonoke a su programa mundial de aceleración de start-ups.
Gracias a estos fondos, Ekonoke está ahora mismo inmersa en la construcción de una planta piloto de 1.000 metros cuadrados en Chantada (Lugo), antes de escalar a nivel comercial con unas instalaciones de 10.000 metros cuadrados a comienzos de 2024 en la misma región. Después de eso, el objetivo será la expansión internacional y la venta a las grandes cerveceras mundiales.
El lúpulo cultivado hasta ahora en los centros de investigación de la firma en Alcobendas y San Sebastián de los Reyes ha sido utilizado por Hijos de Rivera para realizar la primera cerveza elaborada exclusivamente con lúpulo de interior. "De momento somos 11 personas las que estamos involucradas en el proyecto. Estamos muy ilusionados y no nos ponemos límites", concluye Sagrario.
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