El 80% de la población ve el trabajo en un supermercado como un oficio de último recurso

El sector ocupa a unos 200.000 trabajadores en España y genera el 7% de la riqueza del país, pero aproximadamente ocho de cada diez personas consideran que trabajar en él es una opción de último recurso. “Generamos ocupación, somos un sector dinámico, somos puerta de entrada para empezar a trabajar, generamos oportunidades de crecimiento y, aun así, nos cuesta fidelizar y encontrar talento”, lamenta el responsable del departamento de personas y miembro del comité de dirección de Bon Preu, Albert Aranda. Esta empresa de supermercados ha presentado este miércoles una campaña para reivindicar, precisamente, el valor de trabajar en la industria de la distribución alimentaria en general y en sus establecimientos en particular, un movimiento que toma como punto de partida un estudio encargado a IO Investigación y que confirma que la sociedad “no tiene una imagen demasiado positiva del trabajo que se hace en un supermercado”.

En concreto, este análisis elaborado a partir de una encuesta a más de 1.200 personas, concluye que un 81,7% de la población de Catalunya lo identifica como un trabajo poco valorado (un 75,3% en España); que el 83% lo ve como una opción solo si no hay otra mejor (un 76,6% en el conjunto del país); y un 72% ni se plantea dedicarse a ello o lo haría con alguna objeción (el 65,5% en España).

En esta línea, prácticamente la mitad de la muestra considera que es una carrera sin proyección laboral; seis de cada diez encuestados, que se trata de un trabajo poco cualificado; y el 66%, que está de acuerdo con que nadie estudia una carrera para terminar trabajando en un supermercado.

“Bon Preu no se ve reflejado en este estudio, ya que el trabajo que ofrecemos no responde a la imagen que tiene la sociedad”, ha asegurado Aranda, que ha rebatido una a una estas consideraciones. El directivo sostiene que, en el grupo Bon Preu, más de 700 personas (de una plantilla que actualmente conforman 9.600 trabajadores) han sido promocionados a puestos de más responsabilidad en los últimos cinco años; que casi una cuarta parte de los empleados lleva más de diez años trabajando en la empresa pese a que la plantilla se ha duplicado en los últimos siete años (es decir, que ha entrado mucha gente nueva); que el 23% de los trabajadores tienen carrera y el 18%, un grado superior; y que 1.100 de sus profesionales han pasado por sus aulas de formación para aprender uno de los oficios que se desarrollan en los establecimientos. El grupo invertirá este año 1 millón de euros en los tres centros de formación interna de los que dispone.

Uniformes nuevos

¿Por qué, entonces, esta percepción? “Como vemos solo la parte que es visible, se suele pensar que se trata de un trabajo sencillo y que no aporta valor”, analiza Aranda, que reconoce que la impresión de que los sueldos son bajos también puede ser una barrera de entrada. "Lo son si la mirada es a corto plazo, porque a medio o largo plazo hay muchas posibilidades de crecer", asegura este portavoz.

Ante este escenario, la compañía ha lanzado un campaña llamada ‘Vestits d’Orgull’ que incluye, entre otras cosas, un corto documental con la experiencia de varios trabajadores y un cambio de uniformes en los supermercados de la cadena: los trabajadores llevarán camisetas o delantales donde se lean eslóganes que reivindiquen su oficio. 

"Queremos que la sociedad conozca los oficios de las secciones de pescadería, charcutería, pastelería, cajas o almacén, que son parte de nuestra historia pero también de nuestro futuro", apunta una carta firmada por el presidente y director general del grupo, Joan Font. "Conviene un reconocimiento sincero al talento y a la dedicación de nuestra gente y su importancia esencial en la vida de tantas y tantas personas", conclye.