Banco de España

La banca vigila 33.565 millones en créditos a los hogares por su riesgo de impago

El Banco de España vigila que las entidades no den hipotecas demasiado baratas

El Banco de España rebaja a unos 200.000 los beneficiarios del plan para las hipotecas del Gobierno

La cantidad es un 7% superior a la de 2021, mientras que en empresas bajó un 22%

Archivo - Fachada del edificio del Banco de España situada en la confluencia del Paseo del Prado y la madrileña calle de Alcalá.

Archivo - Fachada del edificio del Banco de España situada en la confluencia del Paseo del Prado y la madrileña calle de Alcalá. / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

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Al contrario de lo previsible y de lo sucedido en otras crisis, la morosidad de los créditos bancarios no ha aumentado durante la pandemia y el 'shock' inflacionista de los últimos tres años. De hecho, la tasa de impagos sobre el total de préstamos se ha reducido hasta el 3,5%, el nivel más bajo desde diciembre de 2008 (albores de la Gran Crisis Financiera). Sin embargo, los bancos detectaron el año pasado un aumento del riesgo latente de que los hogares no puedan hacer frente a sus deudas. Las entidades, así, tenían al cierre de 2022 un total de 33.565 millones de euros de préstamos de familias en España en vigilancia especial por su alto riesgo de impago, 2.153 millones y un 6,8% más que en 2021 y 3.071 millones y un 10% más que en 2019, según datos del Banco de España.

Lo más llamativo de este incremento es que fue el único deterioro que se produjo durante el ejercicio entre los indicadores que miden la capacidad de pago de los clientes de la banca, que registraron una "mejora generalizada" y a un "mayor ritmo" que en el periodo 2020-2021. "La desaceleración de la actividad a lo largo del año pasado no parece estarse reflejando, al menos por el momento, en un aumento de los deterioros de calidad crediticia en España registrados por las entidades", apuntó el supervisor en la reciente edición de su bianual informe de estabilidad financiera

Así, los activos morosos -más de 90 días de impago- descendieron "a un mayor ritmo que los años previos" (un 18,5%, a 39.936 millones que equivalen al citado 3,5% del total de créditos), con una mejora "generalizada" entre sectores. Los impagos empresariales bajaron al 4,73% (23.000 millones) y los de los hogares al 2,77% (16.936 millones). Los créditos refinanciados o reestructurados, asimismo, se redujeron un 16,5%, al 4,2%. Y el crédito en vigilancia especial también cayó (un 12,2%, a 80.989 millones, el 7,1% del total), pero el descenso se debió exclusivamente a las empresas (-22,3%, a 47.424 millones, el 9,75%), ya que en los hogares se produjo el citado "aumento moderado" (al 5,48% del total de préstamos a familias). Además, en conjunto siguen un 24,5% por encima de los niveles previos a la pandemia, como destacó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe sobre España de enero

Hogares penalizados

Estos datos de riesgo de impago percibido por los bancos parecen apuntar a que la subida de los tipos de interés para combatir la inflación amenaza con penalizar más a los hogares que a otros agentes económicos. El Banco de España ya viene advirtiendo de que la subida de 400 puntos básicos del euríbor, una vez se traslade completamente al crédito (por ahora solo lo ha hecho en un 30%), podría incrementar el número de hogares endeudados en situación vulnerable (pago de intereses superior al 40% de la renta) de forma notable. Así, pasarían de ser el 10,4% del total (1,19 millones) al 13,9% (375.000 más, hasta los 1,56 millones).

No todos los créditos en vigilancia especial terminarán siendo impagados, pero parte de ellos sí, lo que hace previsible que la morosidad comience a crecer a lo largo del año. Lo cierto es que el apoyo sin precedentes desplegado por el sector público al privado para paliar los efectos de la pandemia y la espiral inflacionista ha ido retrasando este aumento esperado de la morosidad. Pero el despliegue de los efectos de las subidas de tipos (cada una tarda hasta 24 meses en alcanzar su impacto pleno en la actividad económica), junto al progresivo fin de las ayudas contra el alza de precios, hacen esperable que, esta vez sí, los impagos crezcan este año por primera vez en una década.

Prudencia

Autoridades y entidades, en este sentido, estiman plausible que la tasa de impagos comience a crecer a partir del verano, y sobre todo en la última parte del año, una vez el conjunto de créditos a tipo variable se haya revisado el precio en línea con la acelerada alza del euríbor. Las hipotecas, por ejemplo, normalmente se revisan una vez al año, o como mucho cada seis meses. Los problemas de pago, estiman, se centrarán en las familias de menores ingresos, las empresas más pequeñas y endeudadas, y ciertos subsectores empresariales más afectados por el alza de precios. Pero en cualquier caso, consideran que será un incremento de los impagos moderado y manejable, si bien previsiblemente durará algunos meses.

En ese contexto hay que interpretar las constantes llamadas a la prudencia que viene realizando el Banco de España a las entidades. "En un entorno de incertidumbre tan elevada, incluido en relación con el grado de endurecimiento de la política monetaria, resulta necesario que nuestras entidades lleven a cabo una política prudente de planificación de provisiones y de capital", les instó el gobernador, Pablo Hernández de Cos, hace unos días. Los impagos son una variable clave del negocio bancario porque la regulación obliga a las entidades a reservar dinero para hacer frente a las pérdidas que le provocarán los créditos en mora, con el objetivo de que no se vea afectada su solvencia. Por tanto, cuántos mayores sean dichos préstamos impagados, menos rentables son las entidades y menos recursos tienen para financiar a familias y compañías, con el consiguiente impacto en el crecimiento económico.

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