El club femenino Juno House supera las 500 socias en su primer año

Abrió sus puertas hace un año en Barcelona, en el histórico edificio La Farinera de la calle Aribau, prometiendo convertirse en un espacio en el que impulsar y desarrollar el talento femenino. Y así lo han entendido las ya más de 500 socias que conforman Juno House y que disfrutan de los servicios que ofrece este exclusivo club. Ellas son, de facto, las que lo mantienen y hacen crecer con una matrícula de 475 euros que tienen que pagar para entrar -aunque en breve se rebajará a los 375- y una cuota mensual de aproximadamente 150 euros.

Silvio Elías, cofundador de Veritas, fue en su momento el principal socio inversor. La inyección inicial se situó en más de dos millones de euros. Él mismo ha rechazado en rueda de prensa dar más detalles sobre las cuentas del club: "las cifras, aunque sean relevantes, son lo de menos durante los primeros años de un proyecto", ha argumentado. Sin embargo, ha asegurado que el club ya camina solo, y que no ha hecho falta ningún otro desembolso destacado por el momento. De hecho, solo con las cuotas mensuales, el club ingresa cerca de un millón de euros al año, una cifra que supera con la suma de las matrículas.

"Cuando nació Juno House, se pensaban que sería una tendencia, que no sería un proyecto sólido. La realidad es que, en solo un año, se ha convertido en un caso de éxito que abarca un mercado de oportunidad mucho más grande del que imaginamos", ha celebrado Natalie Batlle, una de las cofundadoras de Juno House.

Aunque ya cuentan con partners destacados como la plataforma Bumble -creada por Whitney Wolfe-, Andbank o Shiseido, uno de sus objetivos más importantes a corto plazo es atraer a más inversores. También pretenden diversificar el negocio: están estudiando un e-commerce para dar visibilidad a los productos de las propias socias y lanzarán un podcast.

El club ha lanzado recientemente otra tipología de membresía, cuya tarifa se reduce a los 65 euros al mes. Incluye, sin embargo, la misma matrícula. Está pensado para personas que no tienen previsto utilizar el espacio físico del club, en el que se realizan conferencias, charlas, reuniones, encuentros, comidas, cócteles, etc. Entre otros servicios, el club pone a disposición de las socias clases de yoga, por ejemplo, y guardería a demanda.

Espacio en el que sentirse segura

"Tenemos espacios en los que las mujeres se sienten seguras. Pueden compartir y empatizar. Ellas saben que tienen que ser fuertes, liderar, subir el nivel. Demostrar que pueden ser más fuertes que los hombres. Pero también ser diversas y necesitan tener espacios en los que se sientan cómodas", ha explicado otra de las tres socias fundadoras, Liana Grieg.

"No somos una ONG, somos una empresa. Somos mujeres ambiciosas y no nos da miedo decirlo. Hemos nacido para tener un impacto social", ha concluido Eva Vila-Massanas, la tercera de las socias. En este sentido, el club también tiene la vista puesta en expandirse a otros países del sur de Europa. Cerdeña podría ser una de las ubicaciones elegidas, han comentado las tres. Aunque todavía es un proyecto que están estudiando y al que solo darán salida tras consolidarse en Barcelona.