Perspectivas

La OCDE sube cuatro décimas su previsión de crecimiento para España, hasta el 1,7%

La organización de países desarrollados también mejora la previsión de inflación y la rebaja a una media del 4,2%

Barcelona. 07.01.2023. Barcelona. Compradores por el centro de Barcelona el día que se Inician las rebajas oficiales en el comercio tradicional. Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona. 07.01.2023. Barcelona. Compradores por el centro de Barcelona el día que se Inician las rebajas oficiales en el comercio tradicional. Fotografía de Jordi Cotrina / Jordi Cotrina

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La OCDE ha mejorado su previsión de crecimiento para España este año al 1,7 %, cuatro décimas más de lo que había anticipado en noviembre y más del doble de la media de la zona euro (0,8%), gracias en particular a una inflación más contenida.

En su informe intermedio de Perspectivas publicado este viernes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se muestra así más optimista sobre España que la Comisión Europea, que hace un mes había estimado un aumento del producto interior bruto (PIB) del 1,4%.

Ese 1,7% es, con diferencia, el ritmo de crecimiento más elevado entre los grandes países de la eurozona, por encima de Francia (0,7%), Italia (0,6%) y, sobre todo, Alemania (0,3%), el más afectado de ellos por los efectos de la guerra en Ucrania.

Para 2024, los autores del informe calculan que la progresión del PIB español se mantendrá en el 1,7%, que es lo mismo que habían dicho en noviembre, y tres décimas menos de lo que preveía en febrero la Comisión Europea.

Los otros grandes Estados de la moneda única se acercarán el año próximo a ese ritmo, con un 1% en Italia, un 1,3% en Francia y un 1,7% en Alemania.

Inflación

España, según las proyecciones de la OCDE, tendrá este año una inflación media del 4,2%, seis décimas menos de lo que estimaba hace tres meses y medio, es decir, prácticamente la mitad de la que registró en 2022 (8,3%).

La de 2023 será una inflación netamente inferior a la del conjunto de la zona euro (6,2%) y a la de sus grandes socios europeos, que son Francia (5,5%), Italia (6,7%) y Alemania (6,7%).

El problema es que para 2024 esa tasa apenas disminuirá en España (al 4%, ocho décimas menos de lo aventurado en noviembre), a diferencia de lo que ocurrirá en esos otros países: 2,5 % en Italia y Francia, y el 3,1 % en Alemania.

Uno de los factores que pesan en esa lenta reducción es el repunte particularmente marcado (y preocupante) en España de la inflación subyacente -la que excluye los precios más volátiles, los de la energía y los alimentos frescos-, que pasará del 3,8 % en 2022 al 5 % este año.

La inflación subyacente en España será, de acuerdo con la OCDE, del 3,7% en 2024, por tanto muy superior a la media de la eurozona (3 %), así como a las de Alemania (3,1 %), Francia (2,3 %) e Italia (2,9 %).

Limitado riesgo de contagio

En la rueda de prensa de presentación del informe de perspectivas mudiales, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha considerado "limitado" el riesgo de contagio de las turbulencias financieras por la quiebra de varios bancos en Estados Unidos y por la delicada situación de Crédit Suisse ya que "el marco reglamentario ha mejorado con los años". "No creemos que haya razón para la inquietud", afirmó Cormann, al ser preguntado por la repercusión de lo que ocurre en el sector bancario en Estados Unidos y en Suiza. En todo caso, ha insistido en que la prioridad es yugular la inflación para lo que hay que continuar con las subidas de tipos de interés. 

Economía mundial

En general, el informe intermedio de la OCDE mejora las perspectiva del conjunto de la economía mundial para 2023. Aunque se prevé un crecimiento menor que el anotado en 2022 (3,2%), la nueva previsión para 2023 (2,6%) es cuatro décimas superior a la estimada en noviembre para el PIB mundial. "Un factor clave en la mejora de la actividad y la confianza a principios de 2023 fue la reciente caída de los precios de la energía y los alimentos", subraya el informe. "Si bien los niveles de los precios siguen siendo relativamente altos en comparación con los de antes de la guerra, la reciente caída está impulsando el poder adquisitivo de la mayoría de las empresas y los hogares y está ayudando a reducir la inflación general. También se espera que la reapertura antes de lo esperado en China tenga un impacto positivo en la actividad global, reduciendo las presiones de la cadena de suministro y dando un impulso al turismo internacional", se afirma.

No obstante, se observa que "la mejora de las perspectivas sigue siendo frágil", y que los riesgos, aunque se han equilibrado un poco mejor, siguen inclinados a la baja. "La incertidumbre sobre el curso de la guerra en Ucrania y sus consecuencias más amplias es una preocupación clave. La fuerza del impacto de los cambios en la política monetaria es difícil de medir y podría continuar exponiendo las vulnerabilidades financieras de la alta deuda y las valoraciones de activos estiradas, y también en segmentos específicos del mercado financiero", se advierte. Además, "las presiones en los mercados energéticos mundiales también podrían reaparecer, lo que daría lugar a nuevos picos de precios y una mayor inflación".

Desde el punto de vista de la organización que dirige Mathias Cormann, "la política monetaria de los bancos centrales debe seguir siendo restrictiva hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes se reduzcan de manera duradera". En opinión de la OCDE, "todavía se necesitan más aumentos de las tasas de interés en muchas economías, incluidos Estados Unidos y la zona del euro" y se advierte de que "con la inflación subyacente retrocediendo lentamente, es probable que las tasas oficiales se mantengan altas hasta bien entrado 2024".