Las bodegas Corpinnat venden un 5% más de botellas en 2022, pese a la sequía y la guerra en Ucrania

Cinco años después de su nacimiento (y cuatro después de separarse de la DO cava), la asociación de viticultores y elaboradores Corpinnat da por consolidada su marca. Este conjunto de bodegas agrupadas para reivindicar la producción de vino de calidad en la zona del Penedès ha vendido casi 2,5 millones de botellas en 2022 e ingresado en torno a 25,9 millones de euros. Ambas cifras suponen ralentizar la dinámica de crecimiento que lograban el año anterior, pero avanzar igualmente un 5,7% y un 12% respectivamente. Eso pese a que la sequía les ha llevado a recoger de media solo 5.300 kg por hectárea (menos de la mitad del máximo autorizado) y a que el conflicto entre Rusia y Ucrania ha reducido prácticamente a cero las exportaciones en ambos países y disparado el precio de materias primas como el vidrio o el corcho o de suministros como la luz, imprescindible para ellos sobre todo en época de vendimia.

En cualquier caso, el presidente de Corpinnat, Ton Mata, y su vicepresidente, Xavier Nadal, se han mostrado “otpimistas” y “muy satisfechos” tanto con las cifras logradas este año, como con el avance respecto a 2018. “Corpinnat se ha consolidado en muy poco tiempo y es un referente de prestigio en Catalunya”, han sintetizado este lunes ambos responsables como representantes de Gramona, Llopart, Nadal, Recaredo, Sabaté i Coca, Torelló, Huguet de Can Feixes, Júlia Bernet, Mas Candí, Descregut y Pardas.

Entre otras cosas, Mata y Nadal han destacado que ha subido en más de 1 euro el precio medio de las botellas Corpinnat (de 17,35 euros en 2021 a 18,55 euros en 2022), un incremento que, a su juicio, redunda en el objetivo de convertirse en una marca de valor. En este sentido, también celebran que estos productores pagaran de media 0,89 euros por cada kilo de uva comprado a otros viticultores el año pasado, un 18% más que en 2021. Y que ocho de cada diez botellas que vendieron, se comercializaron tras 2 años y medio de crianza.

“Corpinnat es un proyecto de valor, es decir que solo tiene sentido si somos capaces de dar valor”, ha asegurado Mata, que ha recordado que esta asociación se sustenta en la obligación de pagar un precio mínimo por la uva, de producir con criterios ecológicos y de que todo se produzca en la misma bodega.

Exportaciones y alianzas

Según otros datos ofrecidos este lunes, las bodegas que forman parte de Corpinnat han mantenido estable el 19% de botellas que exportaron al extranjero el año previo, y han añadido siete nuevos mercados a la lista: Honduras, Emiratos Árabes Unidos, Serbia, Indonesia, Malta, Grecia y Chipre. Los países en los que más venden son Estados Unidos, Países Bajos y Finlandia, un podio que miran con especial cariño teniendo en cuenta que los países nórdicos no solían aceptar vinos que no estuvieran amparados bajo una denominación de origen (DO). “Poco a poco hemos cogido confianza en esta figura jurídica y el mercado también”, ha sostenido Mata.  

De todos modos, el presidente de esta agrupación de bodegas no ha querido dejar pasar la oportunidad de denunciar que han perdido hasta 400.000 euros en subvenciones estatales relacionadas con el covid precisamente por no ser una DO.

En cualquier caso, este responsable ha confesado que las conversaciones con Clàssic Penedès para montar una posible DO de vino espumoso del Penedès se han reactivado recientemente tras dos años paradas. Ni Mata ni Nadal han dado muchos más detalles al respecto, solo que están dispuestos a hablar de todo con todo el mundo, pero que en ningún caso quieren prescindir de uno de sus requisitos estrella: que el vino se produzca por completo en una misma bodega.