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Abanca negocia con la canadiense Cooke como nueva 'socia industrial' para Nueva Pescanova

Con ramificaciones en España, Chile, Escocia o Argentina, es una de las principales pesqueras del mundo | Las conversaciones están “muy avanzadas” | La operación reforzaría márgenes de la firma gallega con más volumen

Empleado de la canadiense Cooke en Escocia, alimentando salmones.

Empleado de la canadiense Cooke en Escocia, alimentando salmones.

Lara Graña

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Se conocen muy bien. Las dos tomaron impulso desde embrionarias empresas familiares y ambas han basado su estrategia en la integración vertical, con grandes operaciones de crecimiento inorgánico –adquisición de otras compañías– y abastecimiento directo en origen, tanto de acuicultura como pesca extractiva. Son Nueva Pescanova y Cooke Inc., y negocian una alianza que alumbraría uno de los diez mayores grupos pesqueros mundiales. Una unión forjada en intereses mutuos y sin duplicidades insalvables: Pescanova busca un socio industrial estable y mayor volumen con el objetivo de hormigonar su rentabilidad; la canadiense Cooke, gestionada por descendientes de los fundadores, desea elevar su capacidad de procesado en suelo europeo, amén de diversificar todavía más su oferta y mercados. “Las conversaciones están muy avanzadas”, constatan a FARO fuentes conocedoras del proceso. Desde la compañía de Chapela, controlada casi en su totalidad por Abanca, han eludido realizar comentarios. De cristalizar estos contactos, se colmaría el objetivo fijado por la entidad que preside Juan Carlos Escotet: incorporar un “socio industrial” al proyecto, darle garantías de futuro, evitar su desmembramiento o venta en partes y retener la dirección del grupo en Galicia.

Las mismas fuentes acotan que no es una negociación que se esté realizando con prisas o presiones, aunque sí “con determinación”. El propio Escotet ya incidió, en diversas comparecencias públicas, que el proceso de desinversión parcial de Nueva Pescanova se ejecutaría en el momento adecuado, sin injerencias externas. Cooke, que es la sociedad matriz del holding, acaba de cerrar la toma de control de la australiana Tassal, especializada en la cría de salmónidos y con un volumen de facturación de unos 600 millones de dólares australianos al año (datos del ejercicio 2021, equivalente a unos 375 millones de euros al tipo actual de cambio). El acuerdo se formalizó el pasado noviembre, entre el director ejecutivo de Cooke y su homólogo en Tassal, Glenn Cooke y Mark Ryan, respectivamente; la acuícola de Tasmania fue valorada –era una firma cotizada– en 1.100 millones de euros. Ha sido la mayor operación corporativa de la historia de Cooke, fundada en 1985 en New Brunswick.

Los contactos avanzan tras no prosperar la compra de la argentina Veraz

Las negociaciones de la canadiense con Nueva Pescanova avanzan después de que la multinacional que preside José María Benavent no pudiese cerrar la adquisición de la argentina Veraz, una pesquera con nueve buques y tres plantas de elaboración y logística propiedad de la familia Contessi. Esta transacción quedó aparcada por las diferencias entre las partes por los tipos de cambio, avivadas por una inflación que, solo en enero, avanzó un 6% mensual en el país sudamericano (98,8% anual). “Es muy difícil a día de hoy hacer una venta en dólares e ingresarlos en Argentina”, explicaron desde Mar del Plata. No pudo ser. La integración de Veraz –no incluía ni el astillero ni la conservera Marechiare– habría aportado a Pescanova no solo tamaño y volúmenes, que los necesita para elevar su rentabilidad, sino también una mayor penetración en el mercado norteamericano, que se ha convertido en el primer comprador neto de pescado a nivel global. Es un país en el que la compañía gallega ha incursionado ya con éxito –representa en torno al 9% de las ventas totales–, con su entrada en lineales del músculo de Costco, Albertsons o Aldi. Nada que ver, eso sí, con la “sólida posición de mercado” que tiene el grupo Cooke en toda Norteamérica, como destacó la agencia de calificación Moody’s en su última evaluación de la pesquera canadiense. Las sinergias son claras.

“De referencia”

En la presentación elaborada por Nueva Pescanova el pasado mes de junio, para la emisión de pagarés en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), el grupo gallego ya mencionó a Cooke como una “compañía de referencia” gracias a su integración global, al disponer de toda la cadena de valor: pesca salvaje, acuicultura, transformación y comercialización. Solo incluía en este selecto grupo, además, a gigantes de la talla de las japonesas Maruha Nichiro (número 1 mundial) y Nissui (antes Nippon Suisan Kaisha, número 2). Porque Nueva Pescanova es una de las pocas que también puede presumir de un nivel de diversificación y verticalidad semejantes. Tras dejar el cultivo de tilapia en Brasil y perder el de salmón (durante el concurso de acreedores, con la anterior cúpula directiva), obtiene 39.000 toneladas anuales de langostino vannamei y rodaballo. En pesca salvaje faena más de 60.000 toneladas de merluza del cabo, merluza hubbsi, merluza negra, langostino, gambón o pota. En el último ejercicio (hasta marzo de 2022), sumó una facturación de casi 1.090 millones de euros.

Pescanova cataloga a Cooke como una firma “de referencia” por su integración

Cooke nació como una compañía centrada en el cultivo de salmón –la empresa se creó como Cooke Aquaculture, de hecho–, pero poco a poco fue diversificando proteínas y métodos de producción y transformación. Es propietaria de Wanchese, por ejemplo, referencia global en la pesca de vieira; su filial argentina construye un pesquero de 51 metros en Astilleros Ría de Vigo, en las antiguas gradas de Barreras ahora gestionadas por Grupo Armón. En suma, aunque la información financiera de Cooke es muy escasa, sus ingresos superan los 2.000 millones de euros. Tiene granjas en Chile –intentó comprar una de las filiales de la antigua Pescanova SA en Porvenir–, o Escocia, y es dueña de la española Culmarex, especializada en la cría de lubina y dorada.

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