Salud

Hawk Biosystems halla el modo de anticipar a qué pacientes de cáncer les funcionará la inmunoterapia

La biotecnológica vasca valida clínicamente su tecnología y abre una ronda de financiación para captar el millón de euros que necesita para industrializar y llegar a los hospitales

Fernando Aguirre Hawk Biosystems 1

Fernando Aguirre Hawk Biosystems 1 / Hawk Biosystems

Paula Clemente

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Doble pequeña victoria ‘made in Spain’ en la lucha contra el cáncer. La empresa biotecnológica vasca Hawk Biosystems ha descubierto un fenómeno que permite anticipar si a un paciente le funcionará o no la inmunoterapia (un tratamiento mucho menos agresivo que la ‘quimio’ o la radiación), y ha desarrollado la tecnología capaz de identificarlo. La compañía ha validado clínicamente el avance entre pacientes con cáncer de pulmón y ha llegado a la conclusión de que su sistema puede multiplicar por tres la tasa de respuesta al tratamiento y duplicar los niveles de supervivencia a la enfermedad. Además, los primeros indicios en melanomas y cánceres colorrectales y de riñón apuntan en la misma dirección. “Está todo el mundo buscando solución a un problema que preocupa mucho al sistema de salud, y nosotros creemos que la hemos encontrado”, anuncia el consejero delegado de Hawk Biosystems, Fernando Aguirre.

El problema en cuestión es que la inmunooncología, que trata básicamente de reforzar el sistema inmunitario para que combata él solo el cáncer, es un tratamiento muy caro que funciona en muy pocos pacientes. Y que las herramientas que existen para intentar discriminar entre unos y otros no están dando muy buenos resultados. Según los datos que maneja Aguirre y su equipo, solo a un tercio de los pacientes de pulmón se les deriva a la inmunoterapia y el 60% no responde al tratamiento. A su vez, hay muchos pacientes muy afectados por las consecuencias de la quimioterapia a quienes se ha aplicado inmunoterapia como último recurso y ha funcionado a la perfección.

La compañía fundada en el País Vasco por un grupo de científicos ingleses, dirigida por Aguirre y que tiene en su consejo de administración a otras reputadas figuras del sector como Antonio Parente y Antonio Ferrer, ha detectado que es la interacción entre dos proteínas concretas la que permite saber si la inmunoterapia será eficaz o no, y ha inventado una especie de microscopio capaz de identificar esta interacción en una biopsia.

“Lo que existe hoy en día te permite ver en una ciudad cuantos semáforos hay, pero nosotros vemos si esos semáforos están en rojo o en verde”, ejemplifica el consejero delegado. “Y hemos descubierto que aproximadamente a una cuarta parte de los pacientes a los que normalmente no se daría inmunoterapia podrían responder bien a ella”, apunta.

Llegar a los hospitales

La empresa cuenta ya con una prueba clínica hecha en hospitales de Italia, Francia y Holanda, y este mes, la prestigiosa revista Journal of Clinical Oncology publicará los resultados favorables. Ahora, su estrategia pasa por empezar ensayos clínicos con grandes farmacéuticas para certificar la máquina e industrializar la tecnología para poder llevarla a los hospitales. Cuentan con 2,5 millones de euros de la Agencia Española de Investigación, de la Comisión Europea y del CDTI, y han decidido abrir además una ronda de financiación para captar mínimo otro millón de euros de inversores privados en la plataforma Capital Cell. Es lo que necesitan para sostener la empresa los dos o tres años que calculan que tardarán en llevar el invento a los hospitales.

“La ventaja es que lo hacemos a un precio muy similar a las pruebas que se hacen hoy en día, no hay una diferencia muy grande”, afirma Aguirre. “Lo que queremos es incluir a ese 25% de pacientes que no se están tratando, convertirnos en una especie de ‘test’ de segunda ronda para ver cuáles son susceptibles de responder”, concluye. 

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