Agricultura

La peor campaña en 15 años presiona al alza el precio del aceite de oliva

Las cooperativas catalanas prevén la reducción drástica de la cosecha tras dos años de sequías

La organización Asaja constata un alza de precios en origen de más del 20% en un año

olivos

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Eduardo López Alonso

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El precio del aceite de oliva seguirá alto en los próximos meses como consecuencia del alza de costes y el recorte de la producción. La Federació de Cooperativas Agràrias de Catalunya (FCAC) alerta de que la campaña de oliva 2022-2023 podría caer hasta las 16.000 toneladas y convertirse en la peor de los últimos 15 años. La caída de la producción se suma a una situación de incremento de precios en origen y en el punto de venta del aceite de oliva. La organización agraria Asaja calcula que el precio en origen subió más del 20% en 2022, hasta una media de 3,48 euros el litro. En el supermercado esa subida se ha repercutido minimizando la reducción de IVA decidida para contener la inflación. El impacto en los precios del aceite en el supermercado fue de un 40% de encarecimiento, según los datos de Nielsen dados a conocer este jueves.

El responsable del aceite de oliva de la FCAC, Antoni Galceran, explica que los productores catalanes han soportado dos años de sequía, agravada por las olas de calor del mes de mayo y las heladas de abril, que causaron una caída drástica de la cosecha. En este sentido, Galceran alerta de que "las expectativas no son buenas" y, por ello, desde la FCAC piden al Govern medidas para hacer frente a la situación que sufren las cooperativas del sector, con el fin de evitar que "nos veamos abocados a un aumento sustancial del precio del aceite al consumidor".

 "Sobre la evolución futura de los precios es difícil hacer previsiones. Considero que lo más probable es que se mantengan al nivel actual, pero una primavera muy lluviosa podría anunciar una mejor cosecha de lo previsto e impulsar los precios a la baja. Pero si la sequía actual se mantiene los precios podrían subir todavía más", explica Galceran.

Por zonas productoras, las comarcas tarraconenses del Baix Ebre y el Montsià podrían protagonizar una caída del hasta 80% en relación con la media y se situarían en las 4.500 toneladas. Por su parte, en Lleida, concretamente en las comarcas de Les Garrigues y el Segrià, la reducción estaría alrededor del 50% (6.000 toneladas) y, en el resto de zonas, en Tarragona la situación será variable dependiendo de la producción obtenida en la campaña anterior y en Barcelona y Girona se obtendrían unas 1.000 toneladas, lo que representa un 33% menos.

En Europa se prevé una caída del 35% de la producción, que se situaría en 1.470.000 toneladas, hecho que supone una reducción de la disponibilidad del aceite en el mercado internacional de cerca de 800.000 toneladas.

Crisis agrícola y ganadera

El sector agrícola catalán sufre una caída de ingresos casi inversamente proporcional al alza de la inflación. La presidenta de Asaja en Catalunya, Rosa Pruna, define el balance del 2022 como un año "convulso", entre sequías, heladas y olas de calor, la guerra de Ucrania y alzas de prcios. Pruna asegura que aunque desde el Ministerio de Agricultura se apunta a una caída de la renta agraria del 5,5% el año pasado la realidad es mucho peor. Calcula que los ingresos de los agricultores y ganaderos han caído una media del 7%.

Según Asaja, la electricidad se encareció un 78,81%, los sulfatos el 106,18%, el gasóil un 89,47%. El pienso para los animales subió el 44,31%. El precio de venta también se incrementó. Según la misma fuente, la leche se encareció el 33,33%, la ternera el 28,77%, los huevos más del 65,27% y el aceite el 22%. 

El balance anual de Asaja constata que en 2022 la productividad agraria fue baja en general, especialmente en la fruta, debido a las heladas de abril, mientras que las olas de calor destrozaron las expectativas en cereales, viñas y olivos, también con bajas producciones. "Los precios altos de la producción no han podido compensar el aumento de precios que hemos tenido tanto en el sector agrícola como en el ganadero. Pese a que los precios subieron no pudo compensarse lo pagado para poder mantener la producción", explica Pruna.