El salón del audiovisual ISE prevé recuperar en 2023 su vigor prepandémico

A mes y medio de su celebración, el Integrated Systems Europe (ISE) ya tiene tantos asistentes registrados como tenía en diciembre de 2019, semanas antes de que la pandemia lo arrastrara todo. El salón del audiovisual más importante del mundo se preparaba entonces para celebrar su última edición en Ámsterdam y mudarse a Barcelona, ciudad que iba a acoger el evento durante los siguientes cuatro años. No será, sin embargo, hasta este 2023 que la feria se celebrará con las mismas dimensiones que en los Países Bajos. Así lo ha avanzado este jueves el director general del congreso, Mike Blackman, en un evento organizado por Foment del Treball: la organización de la feria trabaja con la previsión de igualar el próximo mes, tras dos años de complicaciones por el covid, las cifras y el vigor de antes de la pandemia.

"Tenemos ya unas 900 compañías y creemos que llegaremos a las 1.000", ha detallado Blackman, atribuyendo la diferencia con las 1.200 empresas que habían llegado a captar, a las dificultades que tiene todavía el mercado asiático para viajar. "En cuanto a los asistentes, por ahora estamos avanzando prácticamente en paralelo a 2019, cuando nadie hablaba de pandemia: en base a eso creemos que la participación será igual o incluso mejor que la que tuvimos en 2020 en el último 'show' en Ámsterdam", ha añadido el director general del evento.

En 2021 el congreso se celebró con unas 800 empresas y cerró con en torno a 43.000 participantes, aproximadamente un 20% menos que en febrero de 2020.

Así, la previsión es optimista. Sobre todo porque el salón crece también en espacio y en oferta: el ISE contará este año con un enclave específico, por ejemplo, para la creación y distribución de contenidos especialmente a través de internet. Y, de hecho, la conferencia principal girará alrededor de este tema.

El ISE y Barcelona

Como ya había dicho varias veces antes, Blackman ha insistido de nuevo en que el congreso se siente muy cómodo en Barcelona. Según ha explicado este responsable, la organización de la feria tiene atadas ya sus próximas dos ediciones en la ciudad, aunque la idea es establecer colaboraciones más allá de 2025. Si las discusiones con Fira de Barcelona están abiertas es sobre todo por una cuestión de garantizarse la posibilidad de negociar las condiciones cada determinado tiempo, pero también para que los servicios asociados a la industria de los eventos (vuelos, hoteles, restauración...) no conviertan esa semana del año por defecto en una mucho más cara para visitar la ciudad.

"Queremos crear una impresión positiva en Barcelona, no queremos que sus ciudadanos vivan la llegada del ISE como algo negativo", ha contextualizado Blackman, que ya antes había recordado que espera que la feria suponga para la ciudad un impacto económico de entre 250 y 300 millones de euros cada año y que ya sabe de seis empresas que han instalado sedes aquí por el evento. "Barcelona está en muy buena posición para ofrecerse como base para muchas más compañías", ha concluido.