Reunión de la Eurozona

El Eurogrupo confirma que todos los países del euro deben limitar las ayudas energéticas a los más vulnerables

El irlandés Paschal Donohoe, reelegido “por consenso”, presidente del Eurogrupo para los próximos dos años y medio

El ministro irlandés de Finanzas y presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.

El ministro irlandés de Finanzas y presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe. / AFP / John Thys

Silvia Martinez

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A medida que disminuyan las presiones sobre los precios de la energía, todos los Estados miembros tendrán que retirar progresivamente las medidas de apoyo energético. Es el compromiso al que han llegado este lunes en su reunión mensual los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona que, en una declaración conjunta, reconocen que “no se justifica un estímulo fiscal generalizado” y que el foco tendrá que ponerse en 2023 “en proteger a los hogares y empresas más vulnerables” aunque con “agilidad” para adaptarse a la situación. El texto, sobre los planes presupuestarios en 2023, da por bueno el análisis de Bruselas sobre el plan presupuestario español aunque avisa que los países con niveles de deuda elevados deberán aplicar una política fiscal prudente. 

El coste presupuestario directo de las medidas adoptadas este año se estima en el 1,3% del PIB de la zona del euro. Dado que muchas expirarán a comienzos de 2023, el coste el próximo año podría limitarse al 0,9% aunque el Eurogrupo reconoce que “podría aumentar significativamente” si finalmente se prorrogaran durante todo el año. De ahí el compromiso conjunto a garantizar que el apoyo sea en el futuro “más eficientes, mejor coordinado, y al mismo tiempo, fiscalmente asequible”, señalan. “En 2023 examinaremos nuestras medidas para asegurarnos de que están dirigidas y centradas en los hogares vulnerables y las empresas viables que están temporalmente expuestas”, añaden. 

Y es que, tal y como ha advertido el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, “si las medidas existentes se prolongan o se promulgan otras nuevas, los déficits podrían aumentar notablemente más de lo previsto. Y esto iría en contra de los esfuerzos del Banco Central Europeo para frenar la inflación”, ha dicho tras la reunión que ha reelegido “por consenso” al irlandés Paschal Donohoe como presidente del Eurogrupo por otros dos años y medio. Donohoe ha recordado por su parte que trabajarán “mes a mes” para mejorar la calidad de las medidas.

Sistema a dos niveles

El Eurogrupo plantea la posibilidad de establecer un modelo “bien calibrado de fijación de precios de la energía a dos niveles” y “otros regímenes que alcancen objetivos similares teniendo en cuenta las características nacionales”. El sistema debe permitir reducir la dependencia energética de Rusia y acelerar la descarbonización de la economía al tiempo que preserve la señal de precios para reducir el consumo de energía e incentivar las inversiones en eficiencia energética, infraestructuras energéticas preparadas para el futuro, incluidas las interconexiones, almacenamiento y tecnologías renovables innovadoras. 

“Seguiremos coordinando nuestra respuesta de política fiscal en relación con el apoyo a la energía en la zona del euro y seguiremos debatiendo en nuestras próximas reuniones un enfoque común para los hogares, que incluya una reflexión sobre las formas adecuadas de reducir el apoyo”, manifiestan. Al hilo de este debate la vicepresidenta y ministra de economía, Nadia Calviño, ha confirmado que estudian ya cómo limitar las ayudas energéticas. “El Gobierno está evaluando el conjunto de medidas para ver cuáles deben prorrogarse más allá del 31 de diciembre y cuáles deben finalizar o adaptarse a un colectivo” determinado, ha explicado.

Recesión técnica

En la declaración, los países del euro hacen suyo el análisis macroeconómico de Bruselas y advierten de que los países de la Eurozona y la mayoría de los Estados miembros “corren el riesgo de experimentar una recesión técnica este invierno”. El motivo: una desaceleración de la actividad debido a las elevadas presiones sobre los precios de la energía, la erosión del poder adquisitivo de los hogares, un entorno exterior más débil y unas condiciones de financiación más restrictivas. Aunque “se prevé que el crecimiento regrese en primavera” las previsiones macroeconómicas están rodeadas de una gran incertidumbre. 

Según las mismas, el déficit de la zona del euro seguirá disminuyendo en 2022 hasta situarse en el 3,5% del PIB, aunque se espera que aumente en 2023 hasta el 3,7% del PIB. Unas cifras que esconden realidades muy distintas. El número de Estados miembros con déficits superiores al umbral del 3% del PIB aumentará de 10 a 12 entre 2022 y 2023. Mientras tanto, la deuda pública de la zona del euro descenderá el próximo año al 92% del PIB, todavía muy por encima del nivel anterior a la crisis del covid. La declaración celebra que “el gasto público en inversión haya seguido una tendencia al alza en la mayoría de los Estados miembros”, gracias en buena medida al plan de recuperación. En cuanto a los planes presupuestarios, el Eurogrupo avisa de que los Estados miembros con niveles de deuda elevados “deberán aplicar una política fiscal prudente, en particular limitando el crecimiento del gasto corriente primario con financiación nacional”. Los países con niveles de deuda bajos/medios, mientras tanto, tendrán que aspirar “a una política fiscal neutra”.