Puig concentra su producción en las plantas de Vacarisses y Alcalá

Puig está de reorganización. La multinacional familiar de perfumería y cosmética cerrará a finales del año que viene su vieja fábrica de la zona del Besòs y trasladará la producción a sus plantas de Vacarisses (Vallès Occidental) y Alcalá de Henares, que a diferencia de la de Bon Pastor, tienen margen para seguir creciendo. La empresa ha pactado con los sindicatos que alrededor del 30% de los casi 400 empleados de la planta que cerrará pasen a la de Vacarisses y el resto, el 70%, a la nueva torre que se está construyendo al lado de la sede actual, en L´Hospitalet de Llobregat, donde irá el centro de investigación y desarrollo (I+D) y oficinas.

La fábrica que cerrará se encuentra casi integrada en el entorno urbano y data de 1968. Flanqueada por otros inmuebles, la factoría, en la que se producen fragancias, no tenía ya margen para crecer horizontalmente ni para modernizarse, según fuentes de la compañía. De ahí que se decidiera trasladar toda la producción de fragancias a Alcalá de Henares (Madrid), donde el grupo cuenta con una fábrica mucho más moderna.

La producción de artículos de la división Derma (que engloba Apivita, Uriage e Isdin) pasarán a concentrarse en la fábrica de Vacarisses, el área que más potencial tiene de crecimiento y empleo, según la compañía. Esta última fábrica, en la que también se realizan complementos para perfumería, permaneció abierta durante la pandemia para elaborar geles hidroalcohólicos. La fábrica de Besòs era la más antigua de Puig en funcionamiento

Puig, que cuenta también con una fábrica en Francia, es uno de los mayores grupos de perfumería selectiva del mundo. La empresa controla marcas como Paco Rabanne, Nina Ricci, Jean Paul Gaultier y Carolina Herrera, entre otras. A su vez es licenciataria de marcas como Don Algodón, Comme des Garçons o Antonio Banderas.

En los últimos años, el grupo presidido por Marc Puig ha reforzado su cartera de marcas propias, apostando por firmas de nicho como Penhaligon’s o Byredo y de wellness como Kama Ayurveda o Loto del Sur, con las que también ha reforzado su presencia internacional y su apuesta por el lujo. A finales de 2020, la compañía acometió una reforma estratégica para apuntar la su crecimiento.

Puig cerró el ejercicio 2021 con una facturación de 2.585 millones de euros, un récord histórico que supone un crecimiento del 27% respecto a 2019, antes del estallido de la pandemia. El resultado neto ascendió a 234 millones de euros. Con estas cuentas dio la vuelta a las primeras pérdidas de la historia en 2020, como consecuencia del covid.