Perfil

Virgínia Guinda: Una amante de la literatura en papel reciclado

La consejera delegada de Iberboard, que opta a presidir la CEOE, defiende "hacer siempre caso a la intuición" y mantener la positividad, sobre todo en momentos de crisis 

Guinda abandera la "transparencia y pluralidad" para disputar las elecciones a la CEOE

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Lorena Martín

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Virginia Guinda (Barcelona, 1974) es una directiva apasionada por la literatura que entró en el mundo del papel reciclado para tomar parte en la ecología y la sostenibilidad del planeta. Actualmente, combina la vicepresidencia en la patronal empresarial de Foment del Treball con ser consejera delegada de Iberboard, una fábrica de papel reciclado situada en Alcover (Tarragona), que actualmente emplea a 170 personas y prevé facturar cerca de 45 millones de euros en 2020.

"Ser directiva, hoy en día, es difícil. Pero soy una persona de retos", afirma Guinda, convencida de que esa es la actitud que ha marcado su trayectoria. Cuenta de forma entrañable que ya era así de niña y adolescente, cuando se propuso escribir una novela y lo hizo -aunque nunca la vendió-, o cuando se llevó varias medallas en competiciones de natación y de esquí. Incluso consiguió "una beca para bailar danza clásica en Francia".

A partir de los 12 años, sus padres la enviaron varios veranos al extranjero y, gracias a eso, superó su timidez, conoció sus "límites" y aprendió idiomas. Visitó países como Reino Unido, Estados Unidos o Australia. Allí se vio obligada a adaptarse a una nueva cultura y costumbres y adoptó "una óptica más internacional", que posteriormente ha aplicado también en sus negocios.

Guinda no tenía una vocación clara cuando escogió su carrera, así que eligió una de carácter técnico "por eliminación" y por su gran número de salidas profesionales. Se decantó por ingeniería industrial superior en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC). Allí descubrió que lo que realmente le gustaba era el mundo de la energía por su transversalidad en todos los sectores; área en la que terminó especializándose y dónde consiguió su primer trabajo a raíz de unas prácticas.

De esa primera experiencia laboral, recuerda cómo le marcó el que considera su "mentor", José María Roqueta. Fue su profesor en un inicio, pero pronto pasó a ser su persona de referencia, su ayudante y quién le dio «toda la responsabilidad que era capaz de asumir». Y así fue durante seis años. Posteriormente, pasó por la Asociación Española de Cogeneración, donde ocupó un puesto directivo "a tiempo parcial", que le permitió disponer de más tiempo para sus hijos.

Tenía 32 años cuando decidió emprender por primera vez. En 2008, fundó la empresa Energia Local, una consultoría con sede en Barcelona centrada en servicios profesionales para optimizar el vector energético en las industrias, los negocios y en la mejora de las políticas energéticas. Llegó un momento en que la formación se le quedó corta, y eligió especializarse de nuevo en finanzas en IESE Business School. "Mientras sigues estudiando, sigues siendo joven", afirma entre risas.

La emprendedora defiende "hacer siempre caso a la intuición" y mantener la positividad; sobre todo en el caso de los empresarios, que pasan por momentos difíciles por el contexto de crisis actual. En su opinión y experiencia, es básico "tener ilusión en cada proyecto" y normalizar el encontrar barreras en el camino. Para ella, rendirse no es una opción.

Finalmente, decidió vender la compañía Energía Local a la empresa Abintio, aunque permaneció en el consejo de administración durante tres años más. "Me apetecía una experiencia más de fábrica y quería formar parte del cambio que vemos en el mundo hacía una concienciación más ecológica y sostenible", argumenta.

En el año 2017 y con cuatro millones de euros de inversión inicial, decidió -junto a varios socios- reflotar una empresa centenaria que había entrado en concurso de acreedores. La fábrica se orientó hacía la actividad de investigación y desarrollo, para crear cartones con "acabados y propiedades distintas" y que consiguen sustituir a otros materiales, como el plástico de los embalajes o la madera en los muebles. "Ese cambio me hacía mucha ilusión", enfatiza.

Explica que en Iberboard existen el mismo número de hombres que de mujeres en los puestos de dirección, aunque "queda mucho por hacer" en otros puestos como los de maquinista, donde ahora empiezan a introducirse mujeres.

Pero la energía es algo que nunca ha dejado de lado. Con Foment del Treball, fundó el Foro de Energía y Empresa, y fue en 2018 cuando se unió también a la junta directiva de la patronal como vicepresidenta. La organización, con la que comparte los valores, defiende los derechos de las grandes empresas y actualmente se encuentra inmersa en aspectos como la problemática que supone el aumento del coste de la energía para las compañías.

La vicepresidencia de Foment le da "mucha responsabilidad", pero también mucha satisfacción por ver cómo la entidad logra "ocupar un espacio que la política ha dejado huérfano".

En su equipo de trabajo, valora mucho la "alineación y lealtad" con la dirección y los objetivos. Pero la prioridad en su vida es su familia. Lo que le ayuda a mejorar la conciliación familiar es "autoimponerse unos horarios en casa". A las 20.30 horas cena con su familia y luego pasa tiempo con sus hijos. Los fines de semana los dedica "enteramente" a los suyos. 

El papel de las mujeres en las compañías

A propósito del 8-M, Virginia Guinda reflexiona sobre el papel de la mujer en el mundo económico y afirma que si hubiera más mujeres empresarias "habría más igualdad en los consejos de administración". La solución cree que podría estar en que sean los hombres los que "den paso" a las mujeres, teniendo en cuenta que ocupan la mayoría de puestos directivos.

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