Cuentas anuales

La fusión CaixaBank-Bankia aportará más de 1.000 millones de beneficios al Estado en 2022

La operación generó pérdidas al FROB en 2020 y 2021, pero este año le supondrá una aportación positiva que a septiembre ascendía a 1.362 millones

La subida en bolsa del banco genera unas ganancias sin impacto en el déficit y la deuda pública, pero que aumentan las ayudas consideradas "recuperables"

José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar, esta mañana en València.

José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar, esta mañana en València.

Pablo Allendesalazar

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La absorción de Bankia por parte de CaixaBank comienza a dar buenas noticias al Estado. La gran apuesta del Gobierno para tratar de aumentar el porcentaje de ayudas que podrá recuperar de los 24.069 millones de euros inyectados en el grupo nacionalizado por los Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy aportará previsiblemente este año más de 1.000 millones de euros (1.362 millones hasta septiembre) de beneficio al sector público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tras provocarle unas pérdidas de 3.556 millones en 2020 y de 1.483 millones en 2021, según ha podido confirmar este diario. 

Se trata, eso sí, de unos beneficios contables, que no disminuyen la cifra del rescate estatal a la banca ni reducen el déficit y la deuda públicas. La mayoría de estos impactos, así, se reflejaron en las cuentas del Estado cuando este desembolsó los fondos necesarios para salvar a las entidades quebradas en 2012. La normativa contable, con todo, obliga a ir reflejando cada año en las cuentas del FROB el importe considerado "recuperable" de la inversión pública en el banco. Dicho importe, que no paró de bajar en los años previos a la fusión, se redujo aún más y de forma notable por dicha operación, al pasar el Estado de tener una posición mayoritaria y de control en Bankia (61,83% de capital) a ser el segundo accionista y minoritario en CaixaBank (16,11%). Pero ahora está aumentando gracias a la buena evolución bursátil del banco catalán.

Al ser el propietario de control tanto de BFA (matriz de Bankia) como de la filial (la propia Bankia), el FROB no contabilizaba su participación en ambas según su hipotético valor de mercado, sino en función del patrimonio neto de todo el grupo menos los intereses minoritarios (básicamente, la parte del patrimonio neto de Bankia que correspondía al resto de sus accionistas que no eran el Estado). En 2020, la inminente fusión del banco con CaixaBank obligó al grupo BFA a reclasificar su participación en Bankia como disponible para la venta y a recalcular a la baja el valor de los activos que iba a traspasar. Ello provocó que el patrimonio neto del grupo bancario bajase de 9.530 a 5.974 millones de euros, de lo que se derivaron las citadas pérdidas para el FROB de 3.556 millones.

Nuevo criterio contable

En las cuentas de 2021, se reflejó un nuevo deterioro de ese "valor recuperable". Al haber dejado BFA de formar un grupo con la desaparecida Bankia, el FROB tuvo que empezar a valorar su participación según el patrimonio neto individual de BFA (corregido, de haberlas habido, por las plusvalías latentes de más fácil ejecución). El patrimonio neto de BFA, así, subió el año pasado de los 4.029 millones de 2020 a 4.491 millones gracias al 14% de revalorización bursátil de su participación en Bankia y, tras la fusión, CaixaBank. Pero pese a ese incremento, el FROB sufrió las citadas pérdidas de 1.483 millones en sus cuentas de 2021. Los 4.491 millones eran inferiores a los 5.974 millones en que estaba valorada la participación al cierre de 2020 debido al citado cambio del criterio de contabilización provocado por la fusión y porque no había plusvalías latentes que lo subsanasen parcialmente.

La situación es totalmente opuesta en 2022. CaixaBank ha subido en bolsa en torno a un 45% en lo que va de año, con lo que el el patrimonio neto individual de BFA al cierre de septiembre había repuntado a 4.937 millones. Sumado a los 916 millones en plusvalías tácticas sobre el banco catalán no reflejadas en el patrimonio neto de BFA, implica un "valor recuperable" de 5.853 millones, lo que respecto a los 4.491 millones del año pasado suponen un beneficio para el FROB de 1.362 millones. La cifra final en sus cuentas del año dependerá de la evolución bursátil del banco en el cuatro trimestre, en el que de momento ha subido otro 6%.

Factura final

La presidenta del FROB, Paula Conthe, apuntó la semana pasada en el Congreso que su institución cerrará probablemente este año sus cuentas con beneficios por primera vez desde su creación en 2009. "Pero al igual que las pérdidas de otros años eran contables y no reflejaban realmente la valoración de la participación en BFA, en este caso tampoco vamos a lanzar las campanas al vuelo de que por tener beneficios contables sea realmente un cambio tan significativo. El FROB trabaja diariamente para maximizar la recuperación de ayudas", apuntó.

La alta funcionaria, en cualquier caso, volvió a defender que la fusión CaixaBank-Bankia permitirá al Estado una mayor recuperación de ayudas. Desde que se anunciaron los contactos entre las dos entidades en septiembre de 2020, la participación pública se ha revalorizado en bolsa un 130%, de los 1.965 millones a rondar los 4.550 millones. "Es una noticia positiva sobre cuánto se va a poder recuperar, sin perjuicio de que tenemos que asumir que va a ser muy difícil recuperar la totalidad", admitió. La factura final del rescate, así, no se sabrá hasta que el Estado salga del capital (se ha dado hasta el final de 2023 para hacerlo, pero el Gobierno tienen intención de ampliar el plazo).

De momento, las arcas públicas solo han ingresado 346 millones de euros, el equivalente a un 1,4% de los 24.069 millones que se inyectó. Bankia devolvió 3.303 millones (a lo que se suman los 224,8 millones en dividendos cobrados de CaixaBank), pero esos fondos nunca llegaron a las cuentas del Estado porque sirvieron para cubrir parte de la caída en el patrimonio de BFA provocada por las pérdidas que acumuló desde el 2015 a causa de la continua bajada en bolsa de Bankia por el entorno de tipos de interés negativos. Ello ha impedido que el grupo comenzara a devolver el capital que se le inyectó a las arcas del FROB, como estaba previsto en el acuerdo alcanzado con la Comisión Europea en 2012.

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