Negocio urbanístico

La Cambra sacará en marzo el concurso de 50 millones para construir su futura sede en el 22@

La presidenta de la entidad empresarial presenta la estrategia para el periodo 2030-2040 y la nueva imagen corporativa, exenta de símbolos monárquicos

La gerente y la presidenta de la Cambra

La gerente y la presidenta de la Cambra / Laura Guerrero

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Cambra de Comerç de Barcelona ya tiene fecha para sacar a concurso la construcción de su nueva sede en el 22@: marzo del 2023. Allí pretende licitar un edificio de 21 plantas por precio de entre 50 y 54 millones de euros. La estimación de la entidad presidida por Mònica Roca es que dicho concurso genere unos ingresos para el ganador de unos 5,7 millones de euros anuales, en tanto que el alquiler de esas 21 plantas ya está asegurado. 13 se las quedará el Ayuntamiento de Barcelona para instalar el departamento de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad y el resto las arrendará la Cambra. Con dicha estimación de ingresos la inversión quedaría amortizada en menos de 10 años y la licitación de los terrenos sería a 35 años vista.

La presidenta de la entidad empresarial, Mònica Roca, ha presentado este martes en la Casa de la Llotja la estrategia para el periodo 2030-2040 y el nuevo logo corporativo, que como el escudo que ya presentó este pasado verano está exento de toda simbología monárquica. En el marco de dicha estrategia uno de los hitos más inmediatos y relevantes es el cambio de la sede de la Cambra, que será a ese edificio todavía por construir en el 22@. La entidad empresarial prevé dejar su actual cuartel ubicado en Diagonal, también en obras actualmente, que han supuesto un coste de 6,5 millones de euros. Y a partir de finales del 2025 trasladarse al Poblenou. La previsión de la corporación de derecho público no es deshacerse de su edificio en la Diagonal, sino retenerlo para instalar nuevos servicios y/o alquilar una parte del mismo para aumentar sus ingresos.

El proyecto, erigido sobre unos terrenos de propiedad municipal pero cedidos en uso hasta el 2085 a la Cambra, todavía está pendiente de flecos administrativos en el consistorio. Si bien el pleno ya ha dado su visto bueno. La actual dirección de Mònica Roca aspira a culminar un proyecto urbanístico que empezó a forjarse en el 2006, bajo presidencia Miquel Valls.

Ese cambio de localización, en pleno distrito tecnológico de la ciudad de Barcelona, representa una declaración de intenciones. Pues la Cambra aspira a pasar de su tradicional papel como asesora de empresas en materia de formación de trabajadores a una cartera diversificada de servicios. Con los que así amplificar su presencia e influencia entre el tejido empresarial y disputar parte del terreno que también aspiran a copar las patronales. "Queremos que sea la Cambra de todos, [...] Una Cambra para un país digital, sostenible, emprendedor y avanzado. Tenemos claro hacia donde queremos ir", ha declarado Roca.

Hasta ahora el 75% de la actividad de la Cambra se basaba en la emisión certificados y asesoría en formación. Ahora quieren potenciar los servicios para la internacionalización de las empresas, la mejora de la competitividad, la transformación digital de las pymes y el asesoramiento para la captación de fondos europeos. Según datos facilitados por Roca, en los últimos tres años la Cambra ha asesorado a unas 35.000, es decir, cerca del 15% del tejido empresarial catalán.